viernes, 11 de mayo de 2018

Poder...

Poder de la Coronilla.

Dos casos aparecen en el Diario de Santa María Faustina que envuelven tormentas, #1731 y # 1791, y en ellos ella usa la Coronilla de la Divina Misericordia como un látigo poderoso:
“Hoy me despertó una gran tormenta, el viento estaba enfurecido y llovía como si hubiera un huracán, a cada rato caían rayos. Me puse a rogar que la tempestad no causara ningún daño; de repente oí estas palabras: Reza la coronilla que te he enseñado y la tempestad cesará. En seguida he comenzado a rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad.” (1731)
“Cuando se acercaba una gran tormenta me puse a rezar la coronilla. De repente oí la voz de un ángel: no puedo acercarme con la tempestad, porque el resplandor que sale de su boca me rechaza a mí y a la tormenta. Se quejaba el ángel con Dios. De súbito conocí lo mucho que habría de devastar con esa tempestad, pero conocí también que esa oración era agradable a Dios y lo potente que es la coronilla.” (1791)
Fue el 22 de mayo, cuando ocurrió el siguiente incidente y la Hermana Faustina lo anotó para mostrar el poder que Jesús mismo le atribuyó a la coronilla de la Divina Misericordia, que Él le enseñó:
“Hoy el calor es tan intenso que es difícil soportarlo. Todos estamos sedientos por la lluvia, y ella todavía no viene. Por muchos días el cielo ha estado nublado, pero no llueve. Cuando miro a las plantas, sedientas de agua, sentí mucha compasión y decidí rezar la coronilla, hasta que el Señor nos mandara lluvia. Antes de la cena, el cielo se cubrió de nubes, y una fuerte lluvia cayó sobre la tierra. Yo había estado rezando esta plegaria por tres horas sin cesar. Y el Señor me ha dado a conocer que a través de esta oración se puede obtener todo”. (1128)