viernes, 11 de octubre de 2013

Papa Francisco...

Papa Francisco ‏@Pontifex_es
Cuando nos encontremos con la cruz, digamos a María: ¡Madre nuestra, danos fuerza para aceptar y abrazar la cruz!

Dios...


Papa Francisco...


Home > Iglesia > Noticia del 2013-10-10 15:15:25 
A+ A- Drucken



Es necesario pedir, buscar y llamar, el Papa el jueves



(RV).- (Audio y video) RealAudioMP3 En la oración debemos ser valientes y descubrir cuál es la verdadera gracia que nos ha sido dada, o sea Dios mismo: Lo dijo el Papa en la misa de la mañana del jueves en la Casa de Santa Marta. El Obispo de Roma centró su homilía en el Evangelio propuesto por la liturgia del día: Jesús hace hincapié en la necesidad de orar con confiada insistencia. La parábola del amigo inoportuno, que gracias a su insistencia consigue lo que quiere, fue el punto de partida de la reflexión del Papa, quien meditó sobre la calidad de nuestra oración:

“Nosotros, ¿cómo oramos? Oramos así nomás por costumbre, piadosamente pero tranquilos, por costumbre, ¿o con coraje nos ponemos ante el Señor para pedir la gracia, para pedir por aquello por lo que oramos? El valor en la oración: una oración que no sea valiente no es una verdadera oración. El coraje de tener confianza que el Señor nos escuche, el coraje de llamar a la puerta… El Señor lo dice: ‘Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama, se le abrirá’. Pero es necesario pedir, buscar y llamar”.

“Nosotros, ¿nos involucramos en la oración?” – preguntó el Pontífice – “¿Sabemos llamar al corazón de Dios?”. En el Evangelio, Jesús dice: “Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan”. Esto - notó el Papa – “es una gran cosa”:

“Cuando oramos con valor, el Señor nos da la gracia, y también se da a sí mismo en la gracia: el Espíritu Santo, es decir, ¡a sí mismo! El Señor nunca da o manda una gracia por correo: ¡nunca! ¡la lleva Él! ¡Es Él, la gracia! Lo que nosotros pedimos es un poco como... el papel en el que se envuelve la gracia. Pero la verdadera gracia es Él que viene trayéndomela. Es Él. Nuestra oración, si es valiente, recibe aquello que pedimos, pero también aquello que es más importante: el Señor”.

En los Evangelios - observó Francisco – “algunos reciben la gracia y se van”: de los diez leprosos sanados por Jesús, sólo uno regresó a darle las gracias. También el ciego de Jericó encuentra al Señor en la curación y alaba a Dios. Pero es necesario orar con el “valor de la fe” empujándonos a pedir también aquello que la oración no se atreve a esperar, es decir, a Dios mismo:

“Pedimos la gracia, y no nos atrevemos a decir: ‘Pero tráela tú’. Sabemos que la gracia es siempre traída por Él: es Él quien viene y nos la da. Nosotros damos la fea impresión de tomar la gracia y no reconocer a quien nos la trae, aquel que nos la da: el Señor. Que el Señor nos conceda la gracia de darse a sí mismo, siempre, en cada gracia. Y que nosotros lo reconozcamos, y que lo alabemos como aquellos enfermos sanados del Evangelio. Porque en aquella gracia hemos encontrado al Señor”. (RC-RV)

windows girl...


Friday...

hola, buenos días para todos ustedes...
les deseo un felíz viernes y un hermoso fin de semana...
la amistad, es el brazo derecho del amor, no lo olviden...
Dios los bendiga, amén...

hello, good morning to you all ...
I wish you a happy Friday and a beautiful weekend ...
friendship, is the right arm of love, do not forget ...
God bless you, Amen ...

Avanzar...

MEDITACIÓN DE HOY
Avanzar siempre. 
Explicando San Gregorio estas palabras: La caridad no se pavonea, dice que la caridad, deseosa de ir siempre adelante en el amor de Dios, no admite nada que no sea recto y santo. Que es lo que antes había escrito el Apóstol: Revestíos de la caridad, que es el vínculo de la perfección. Y porque la caridad ama la perfección, se desprende que aborrece la tibieza con que sirven a Dios ciertas almas, con grave riesgo de perder la caridad, la gracia divina, el alma y todo. 
“Práctica de amor a Jesucristo” – San Alfonso María de Ligorio 
Comentario: 
Hay que tener mucho cuidado porque en la vida espiritual uno nunca se queda en el mismo punto fijo, sino que o bien avanza, o retrocede, y nunca se queda estático. De modo que siempre tenemos que esforzarnos en avanzar, en adelantar en la vida espiritual, para no quedarnos en la pendiente y deslizarnos hacia abajo, hacia atrás, con grave riesgo de perder los frutos que logramos en el tiempo, y en peligro de perder también el alma en el Infierno.
Porque hay que saber que quien desprecia lo pequeño, poco a poco caerá en pecados graves, ya que el mismo Señor nos ha dicho en su Evangelio que quien es infiel en lo poco, también es infiel en lo mucho.
Si no cuidamos que TODO en nuestra vida, hasta las más pequeñas acciones y pensamientos, sean del agrado de Dios, eso ya nos predispone a caer en faltas cada vez más graves.
Debemos encender la caridad, el amor a Dios. Y lo hacemos por medio de la recepción de los sacramentos, por la oración y la práctica de las buenas obras, las obras de misericordia, porque el amor se acrecienta cuando amamos, y debemos amar para incendiarnos de amor y caridad para todos, en primer lugar para Dios y la Virgen.