domingo, 29 de marzo de 2015

Enfermedad...

Vuelve a empezar

Después de cada enfermedad.
Cuando estamos enfermos y luego mejoramos o sanamos del todo, es porque Dios nos está dando una oportunidad para que aprovechemos mejor el tiempo en adelante.
¡Cuántas veces, cuando estamos sanos, desperdiciamos el tiempo y lo malgastamos en cosas inútiles y hasta pecaminosas! Llega le enfermedad y caemos en la cuenta de lo valioso que es el tiempo, que esta vida es pasajera y caduca.
Por eso si Dios nos concede la gracia de mejorar y sanar de nuestra enfermedad, aunque sólo sea de un resfriado, démosle gracias y dispongámonos a aprovechar mejor nuestro tiempo de vida en adelante. Porque llegará un día en que no resurgiremos de la enfermedad o dolencia, que será la última de nuestra vida en la tierra. Entonces, mientras tenemos el tiempo a nuestra disposición, aprovechémoslo para hacer buenas obras, para ser apóstoles intrépidos del Señor, ayudando a salvar incontables almas con la oración, el sacrificio, la palabra y el buen ejemplo.
Demos gracias a Dios que, de vez en cuando, nos envía algún dolor o alguna enfermedad, para llamarnos la atención sobre cómo estamos empleando el precioso tesoro que Él nos ha confiado, que es el tiempo de vida en este mundo.
Así que si estamos saliendo de una enfermedad, hagamos el propósito de volver a empezar. Y si estamos sanos, que este mensaje nos abra los ojos para aprovechar al máximo cada segundo de vida, porque como dicen los santos: “El tiempo es gloria”, ya que en cada minuto podemos conquistar un mayor grado de gloria que disfrutaremos para siempre en el Cielo.