domingo, 15 de noviembre de 2015

Angelus Domini 2015.11.15

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1 de agosto de 1973
Fiesta de San Alfonso María de Ligorio
Será una Iglesia nueva.
“‘Jesús, dame tu Corazón, porque quiero amar a la Virgen como Tú la has amado’. Ésta hijo mío, es una oración que Yo misma te he inspirado: nadie en verdad, me ha amado como mi Hijo Jesús. 
¡De qué ternura me ha rodeado! ¡Él ha estado siempre en Mí; hemos crecido juntos en la vida privada, en la pública; hemos sido una sola cosa durante la Pasión y su muerte en la Cruz en aquel trágico Viernes Santo! 
El ver el dolor de la Madre, que asistía a su atroz agonía, le ha acortado la vida; más que los sufrimientos físicos, su Corazón de Hijo no pudo resistir este indecible dolor. 
“¡Madre!”, ha sido la última palabra, el fuerte grito con el que ha expirado sobre la Cruz. 
Ahora Jesús está muy entristecido y hasta disgustado, al ver cuán numerosos son los Sacerdotes que me han alejado de su alma, me han olvidado en su vida, me han hecho desaparecer del alma de tantos fieles. 
Por culpa de ellos, la devoción a Mí, siempre tan viva en la Iglesia, ahora ha languidecido mucho; en algunos sitios casi se ha apagado. 
¡Dicen que Yo –la Madre– eclipso la gloria y el honor debidos solamente a mi Hijo!
¡Pobres hijos míos, cuán insensatos son, cuán ciegos están! ¡Cómo el demonio ha sabido atraparlos! A tan gran ceguera han llegado por no habernos escuchado ni a Jesús ni a Mí. 
¡Se han dejado conducir sólo por sí mismos, por su inteligencia, por su soberbia, y así se han prestado al juego de Satanás, que era el de lograr –finalmente– oscurecerme en la Iglesia y borrarme de las almas! 
Será preciso que me ponga en camino para buscar entre los Sacerdotes a los fieles, a los que me escuchan, a los que me aman. 
Por medio de ellos volveré a resplandecer más luminosa en la Iglesia, después de la gran purificación... La Madre tiene de Jesús el poder de hacer volver a casa a los hijos que se han extraviado. 
Pero tengo necesidad de Sacerdotes humildes y valientes: prontos a dejarse escarnecer, prontos a dejarse pisotear por Mí. 
Será con estos Sacerdotes humildes, despreciados y pisoteados con los que Yo formaré el ejército que me permitirá llevar a Jesús una innumerable cantidad de hijos, purificados ya por grandes tribulaciones. 
Y será una Iglesia nueva para un mundo nuevo, donde finalmente reinará mi Hijo Jesús. 
Satanás tan sólo teme esta victoria mía que la obtendré por medio de vosotros mis Sacerdotes predilectos, a quienes estoy reuniendo en mi Movimiento.”
(Mensaje de la Santísima Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano)