miércoles, 28 de febrero de 2018

Frutos...

Diario vivir

Dar frutos.
Dios nos ha creado para dar frutos.
Los frutos que espera Dios de nosotros son las buenas obras y la caridad y misericordia ejercidas con el prójimo.
Cada día tenemos la oportunidad de hacer buenas obras, basta que vayamos de visita a un hospital y podremos consolar a los enfermos, o ir a un barrio pobre y ayudar a alguna familia.
Son casi infinitas las posibilidades que tenemos de hacer el bien, ¡y a veces somos tan cómodos y despreocupados! Creemos que a nosotros nunca nos tocará la desgracia y vivimos felices y desentendidos de los males del prójimo.
Que a partir de hoy esto ya no sea así y que tengamos presente en adelante que cada hombre es nuestro hermano, hijo de un mismo Padre celestial y de una misma Madre, María Inmaculada. ¿Y entre hermanos no nos vamos a ayudar? No importa que nos topemos con la ingratitud humana, basta recordar que nosotros no trabajaremos por los hombres en sí sino por Dios, ya que es Él el que nos premiará, el que nos pagará muy bien la obra realizada.
Tengamos presente que Dios no remedia todas las miserias humanas con el fin de que nosotros nos ejercitemos en la misericordia, para que tengamos con Dios esta semejanza: la de ser misericordiosos como Él. Pero si en lugar de practicar la misericordia, miramos para otro lado y somos duros con los demás, un día el Señor será duro con nosotros y nos dejará a merced de los demonios, porque al no socorrer a los hermanos necesitados fuimos crueles como los demonios.
Estamos a tiempo todavía, antes que el agricultor nos corte como a una planta que no produce fruto, tratemos de dar frutos dulces y ganarnos con ello las alabanzas del agricultor divino.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.