domingo, 24 de julio de 2016

Tom Jones - Sex Bomb ("Новая волна 2012")

Oraciones...

Oración de las madres por sus hijos

Oración de madre
La oración es todopoderosa para el bien. Todopoderosas fueron las lágrimas, la oración y la fe de Santa Mónica, que obtuvieron, tras años de pedir a Dios, la conversión de uno de los más grandes santos de la historia de la Iglesia: Su hijo San Agustín de Hipona, Doctor de la Iglesia.

Todopoderosas son también las lágrimas de tantas otras madres que dedican su vida a rezar por los hijos, humildemente, sin ser vistas, sin que nadie se lo agradezca, esperando siempre contra toda esperanza y confiando en Dios, que todo lo puede.

Y para ayudar a las madres en sus plegarias, les dejamos esta oración que ha escrito nuestro hermano en la fe, Bruno.

Oración de una madre por sus hijos

Mi Señor Padre eterno,
Fuente de todo consuelo,
Te ruego por los hijos
Que me has regalado.
Tú que ya pensaste en ellos
Antes de la creación del mundo
Y que les quieres mucho más que yo,
Bendícelos siempre,
Envía a tus ángeles
Para que sus pies no tropiecen
Y no les dejes caer en la tentación.

Mi Señor Jesucristo,
Que quisiste nacer en una familia,
Por tu bendita Madre,
Que tanto sufrió al verte en la Cruz,
Apiádate de mis lágrimas
Y concede a mis hijos
La fe, que vale más que el oro,
Y la vida eterna.

Mi Señor Espíritu Santo,
Sé para ellos
Brisa suave que alivie sus penas,
Fuego que arda en sus corazones
Y Maestro que les enseñe a orar,
Para que nunca se desvíen
Del camino que lleva al cielo
Y un día podamos sentarnos juntos
En el banquete del Reino
Que dura para siempre.
Amén...

Salmo y Evangelio...

Salmo 138(137),1.2a.2b.2c.2d.2e-3.7c.8.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
te cantaré en presencia de los ángeles.
Me postraré ante tu santo Templo.
y daré gracias a tu Nombre

por tu amor y tu fidelidad.
poque tu promesa ha superado tu renombre.
Me postraré ante tu santo Templo,
y daré gracias a tu Nombre

por tu amor y tu fidelidad,
porque tu promesa ha superado tu renombre.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.

Tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.
Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos.

Evangelio según San Lucas 11,1-13.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano;
perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".
Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes,
porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".