jueves, 31 de julio de 2014

Santidad...

Ser santos
No tener miedo.
El miedo paraliza en la vida espiritual, y si tenemos miedo, entonces estamos como atrofiados para alcanzar la santidad. Por eso el Papa Juan Pablo II insistía tanto en que no tengamos miedo.
Y el demonio tiene mucho que ver en meternos miedo, porque quiere hacernos creer que él tiene más poder del que en realidad tiene, y como un mago que con sus trucos está frente a una audiencia de niños, el demonio quiere darnos la impresión de que es todopoderoso y que puede hacer grandes prodigios. Pero quien presta atención y es un poco observador, se da cuenta de que el demonio no tiene poder ninguno sobre quienes son de Dios, y que no se le permite actuar más allá de la medida. Esto nos debe dar una gran paz y tranquilidad, sabiendo que Dios cuida de nosotros, y que NADA malo nos puede pasar, sino que todo lo que nos suceda en la vida, será querido, o al menos permitido, por Dios, y será todo para bien.
Este pensamiento que en definitiva es confiar en Dios, entregarse a Él dejándole actuar en nosotros, en nuestras vidas y en las vidas de quienes amamos, es el camino directo al Corazón de Jesús, es decir, a la santidad. Porque Dios nos ha creado para el Cielo, y Él, más que nosotros, es el interesado en que lleguemos a la meta.
El miedo paraliza nuestra vida espiritual y de piedad. Por eso tenemos que luchar contra el miedo, o al menos ofrecérselo a Dios, para que Él los transforme en coraje y valentía, así seremos anunciadores del Reino de Dios entre los hombres, y llegaremos un día a la santidad.

Conversión...

Mensaje de conversión
La Madre. 
12-12-88                                                                                                       1574

Gladys, Soy la Madre, que con Amor Misericordioso, mira a sus pobres hijos.
Digo a todos tus hermanos: Ha llegado la hora de dirigir los pasos hacia Dios, de crecer en amor a Dios.
Cerca de Mí, podéis adquirir lo que lejos no podríais; fuerzas, fe, perseverancia.
Los hijos recibirán de la Madre; sólo responded a la Madre.
Amén, amén.
Hazlo conocer.
(Mensaje de María del Rosario de San Nicolás - Argentina) 
Comentario: 
Dios no hace nada inútilmente, y si nos está enviando a su Madre, que con sus apariciones y mensajes, nos invita a la conversión y al acercamiento a Dios, entonces los hombres tenemos que acercarnos a María y seguirla, escuchar sus palabras amorosas y ser fieles a Ella.
Nosotros somos como niños recién nacidos que, en la vida espiritual, necesitamos de una Madre para poder crecer y desarrollarnos. Y es María Santísima la encargada por Dios, de llevarnos al Corazón Divino de Jesús.
Jesús ha dicho en su Evangelio que quien lo rechaza a Él, rechaza también al Padre que lo envió. Y se puede decir también que quien rechaza a María, rechaza también a Jesús, y por ende, rechaza igualmente al Padre eterno.
No desaprovechemos esta ayuda valiosísima que nos da el Cielo, que es María Santísima, porque Ella es la perla de la que habla la parábola del Evangelio, por la que vale la pena vender todo lo que tenemos para hacerla nuestra.
Si tenemos a María, entonces lo tendremos todo, porque Ella es la Portadora de Dios, y en su seno está siempre Jesús, con su perfección de Hombre y Dios. Y si nos encomendamos a la Virgen, entonces automáticamente seremos de Dios.