sábado, 21 de junio de 2014

Papa Francisco...

El Papa Francisco viajó al pueblo de Calabria en el que la mafia asesinó a un nene de 3 años...
"La mafia es el desprecio del bien común. Tiene que ser combatida, alejada, y la Iglesia tiene que ayudar", agregó.
Francisco se dirigió a los jóvenes. "No dejen que les roben la esperanza. Permaneciendo junto a Jesús, sabrán oponerse al mal, a la injusticia y a la violencia", sostuvo...
Recemos por Su Santidad, amén...

Permanencia...

La Iglesia permanecerá

hasta el fin de los tiempos

Meditación y Reflexiones Cristianas: La Iglesia permanecerá hasta el fin de los tiemposNos narra el Evangelio en Mateo 14, 24-25 que los Apóstoles navegaban hacia Cafarnáun cuando ya había oscurecido. El mar estaba agitado por el fuerte viento, y la barca era vapuleada por las olas.

La Tradición ha visto en esta barca la imagen de la Iglesia, zarandeada a lo largo de los siglos por el oleaje de las persecuciones, de las herejías y de las infidelidades. Siempre, desde el principio sufrió contradicciones y ataques, y hoy como ayer se sigue combatiendo a la Iglesia.

Eso nos hace sufrir a quienes la amamos, pero a la vez nos da una inmensa seguridad y una gran paz, porque Cristo mismo está dentro de la barca; vive para siempre en la Iglesia, y por eso, las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella (Mateo 16, 18); la Iglesia durará hasta el final de los tiempos, pésele a quien le pese y por más que sea atacada.

No nos dejemos impresionar porque ha arreciado la tempestad contra nuestra Madre, pues podríamos perder la paz, la serenidad y la visión sobrenatural. Cristo está siempre cerca de nosotros, de cada uno, y nos pide confianza.

La Iglesia tiene carácter imperecedero, es decir, durará hasta el fin del mundo: no habrá cambio sustancial en su doctrina, en su constitución o en su culto. La razón de la permanencia de la Iglesia está en su íntima unión con Cristo, que es su Cabeza y Señor.

Después de subir a los cielos, Jesucristo envió a los suyos el Espíritu Santo para que les enseñe toda la verdad (Juan 14, 16), y cuando les encargó predicar el Evangelio a todas las gentes, les aseguró que Él estaría siempre con ellos hasta el final del mundo (Mateo 28, 20). La fe nos atestigua que esta firmeza en su constitución y en su doctrina durará siempre, hasta que Él venga.

Los ataques a la Iglesia, los malos ejemplos, los escándalos, nos llevarán a amarla más, a pedir por esas personas y a desagraviar al Señor ofreciéndonos para el perdón de sus ofensas. Permanezcamos siempre en comunión con la Iglesia, fieles a su doctrina, unidos a sus sacramentos, y dóciles a la jerarquía.

Meditación y Reflexiones Cristianas: La Iglesia permanecerá hasta el fin de los tiemposA aquella barca, Jesús llega inesperadamente caminando sobre las aguas, para auxiliar a los Apóstoles que se encontraban llenos de pavor, para robustecer su fe débil y para darles ánimos en medio de la tempestad. Las tempestades con el Señor, mediante la oración y los sacramentos, sean interiores o a nuestro alrededor, se tornan en oportunidades para crecer en fe, en esperanza, en caridad y en fortaleza.

Así nos lo indica la Palabra de Dios, mediante la exhortación de San Pablo:

“Fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.

Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad como cinturón y la justicia como coraza; estén bien calzados, listos para propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios.

Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.” (Efesios 6, 10-18).

En nuestra vida personal no faltarán tormentas. Con el tiempo comprenderemos el sentido de estas dificultades. Y, recordemos, siempre contamos con la ayuda de nuestra Madre del Cielo, especialmente cuando estamos en medio de la dificultad. ¡Acudamos a Ella con amor y confianza!