viernes, 4 de abril de 2014

Infancia espiritual...

Evangelio explicado

Mt 11, 25-26. 
Infancia espiritual. 
Por aquel tiempo Jesús dio una respuesta, diciendo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque encubres estas cosas a los sabios y a los prudentes, y las revelas a los pequeños. Así es, oh Padre, porque esto es lo que te agrada a Ti.”  
Comentario: 
Y un ejemplo de esto lo tenemos en el Nacimiento de Jesús en Belén, que no fue anunciado a los grandes y a los sabios y doctos, sino a los pequeños, a los humildes, a los pastores y gente sencilla. Porque Dios elige a lo que el mundo tiene como despreciable y a lo que no vale, para confundir a lo que vale.
Demos gracias a Dios si el Señor nos ha elegido para confesarnos sus secretos, porque no nos ha elegido porque valgamos algo, sino porque Él por su bondad ha tomado nuestra nada, para dejar desconcertados a los sabios de este mundo. Y en la medida en que quedemos pequeños y sencillos, en esa misma medida el Señor nos irá comunicando sus luces para que iluminemos el mundo.
Hay muchos que conocen las cosas de Dios, pero no se salvan ellos ni dejan que otros se salven, de tan complicada que hacen la salvación. Son como esos doctores de la Ley que habla Jesús en el Evangelio, que se han apoderado de la llave de la ciencia y no entran ellos, y a los que quisieran entrar, se lo impiden.

En cuanto a nosotros, cuanto más sencillos seamos, tanto más Dios se complacerá en nosotros, volcando en nosotros un mar de gracias y de sabiduría.

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COMENZANDO EL DÍA



Dormir bien.



En mi ciudad hay una fábrica de colchones que tiene como eslogan la siguiente frase: “Para estar bien despiertos hay que estar bien dormidos”, es decir que para estar espabilados durante el día, es necesario haber pasado una buena noche, y estar bien descansados, y ellos luego hacen publicidad de las bondades de sus colchones.

Y nosotros podemos trasladar esta verdad, del plano natural al sobrenatural, porque si bien es necesario, para tener un buen descanso, que las condiciones materiales de nuestra habitación sean adecuadas, no debemos olvidar que en nuestro mundo no sólo existe lo material, sino también lo espiritual. Por ello convendrá que antes de tomar nuestro reposo nocturno, rociemos con agua bendita la habitación donde descansaremos, para que los demonios estén lejos de ella, y nos permitan tener una noche tranquila, sobre todo lejos del pecado y de las perturbaciones.

Entonces al día siguiente comenzaremos el día con la primera batalla ya ganada.