viernes, 4 de abril de 2014

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COMENZANDO EL DÍA



Dormir bien.



En mi ciudad hay una fábrica de colchones que tiene como eslogan la siguiente frase: “Para estar bien despiertos hay que estar bien dormidos”, es decir que para estar espabilados durante el día, es necesario haber pasado una buena noche, y estar bien descansados, y ellos luego hacen publicidad de las bondades de sus colchones.

Y nosotros podemos trasladar esta verdad, del plano natural al sobrenatural, porque si bien es necesario, para tener un buen descanso, que las condiciones materiales de nuestra habitación sean adecuadas, no debemos olvidar que en nuestro mundo no sólo existe lo material, sino también lo espiritual. Por ello convendrá que antes de tomar nuestro reposo nocturno, rociemos con agua bendita la habitación donde descansaremos, para que los demonios estén lejos de ella, y nos permitan tener una noche tranquila, sobre todo lejos del pecado y de las perturbaciones.

Entonces al día siguiente comenzaremos el día con la primera batalla ya ganada.

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