miércoles, 2 de octubre de 2013

Entre las bombas...

DIOS ENTRE LAS BOMBAS 
Quiero transcribir a continuación un episodio, que  desborda una espontaneidad y fe al tratar con Dios envidiables.
“Escucha, Dios... Yo nunca he hablado contigo. Hoy quiero saludarte: ¿Cómo estás? ¿Tú sabes...? Me decían que no existías y yo... -¡tonto de mí!- creí que era verdad. Yo nunca había mirado tu gran obra, y anoche, desde el cráter que cavó una granada, ví tu cielo estrellado. Y comprendí que había sido engañado.
“Yo no sé si Tú, Dios, estrechas mi mano, pero, voy a explicarte y comprenderás... Es bien curioso: en este horrible infierno he encontrado la luz para mirar tu faz. Después de esto, mucho qué decirte no tengo. Tan sólo me alegro de haberte conocido...
“¡La señal...! Bueno, Dios, ya debo irme... Me encariñé contigo... Aún quería decirte que, como Tú sabes, habrá lucha cruenta... Y quizá esta misma noche llamaré a tu puerta. Aunque no fuimos nunca amigos, ¿me dejarás entrar, si hasta ti llego?
“Pero... ¡si estoy llorando! ¿Ves, Dios mío? Se me ocurre que ya no soy tan impío... Bueno, Dios, debo irme. ¡Buena suerte! Es raro, pero ya no temo a la muerte”.
(Carta encontrada en el bolsillo de un soldado americano destrozado por una granada durante la 2ª Guerra Mundial).
¿Impío? De ninguna manera. Porque miren que hace falta fe para descubrir la faz de Dios en medio del infierno de una guerra y para tratar con Él con esa naturalidad, confianza y cariño... Impíos más bien muchos de nosotros que ya quisiéramos tener una fe la mitad de viva que la de ese soldado.
Estoy seguro que Dios sí estrechó su mano y le dejó entrar cuando aquella noche llegó hasta Él. Como también estrechará la nuestra cada vez que con fe le busquemos para hablar con Él en la oración. Y de igual modo nos dejará entrar cuando hasta Él lleguemos el día de nuestra muerte, si lo hemos descubierto y amado en todas y cada una de las circunstancias -por duras que sean- por las que ha transcurrido nuestra vida.

Autor: Marcelino de Andrés y Juan Pablo Ledesma

Micro-reflexión:
“¡No, no estás sólo. Él está contigo!”

Wednesday...

Nada es mas hermoso que conocer la verdad y, como nada es mas hermoso  que conocer la verdad también, nada es mas vergonzoso que aprobar la mentira y tomarla por verdad...
felíz miércoles, bendiciones, amén...

Nothing is more beautiful than to know the truth and, as nothing is more beautiful than to know the truth too, nothing is more embarrassing to pass the lie and take it for truth ...
happy Wednesday, blessings, amen ...