lunes, 13 de febrero de 2017

Mensajes...

25 DE AGOSTO DE 1920
“Déjate en Mis Manos... No Me importan tu pequeñez y tu flaqueza; lo que pido es que Me ames y que lo ofrezcas todo para consolar Mi Corazón. Quiero que sepas cuánto te amo y qué tesoros te reserva Mi amor”.
Comentario:
Dios sabe que somos una “nada”, pero Él de todos modos quiere que esa “nada” la ofrezcamos completamente a Él para hacer con ella algo grande a sus ojos. Dios quiere colmarnos de dones, pues nosotros somos un abismo vacío y él es un abismo repleto, y puede volcar en nosotros tesoros incontables, si le dejamos hacer. Lo importante es que lo amemos, pues Él solo busca amor, y de los hombres recibe casi solamente ingratitud. “El amor no es amado”, decía un santo. Hagamos entonces el propósito de dejar de lado todo lo demás y dedicarnos solo a amar a Dios con todas las fuerzas, pues en definitiva este es el primer mandamiento de la Ley de Dios, y el segundo es semejante al primero, y en ellos está el resumen de lo que debemos hacer: amar a Dios y a Dios en el prójimo.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.