martes, 29 de septiembre de 2015

Imitar...

Imitando a Jesús y a María

Pureza.
Debemos imitar a Jesús y María en especial en la pureza, porque Ellos eran muy puros, purísimos, y nosotros debemos tratar de imitarlos según nuestra capacidad y con la ayuda de Dios, ya que la pureza es una virtud muy amada por Jesús y María.
La pureza da claridad al pensamiento, y cuando uno comete un pecado impuro, se desmantela todo el edificio espiritual. No es por casualidad que el demonio siempre comience por tentar contra la pureza, pues bien sabe que induciendo a un alma a la impureza, ya la tiene completamente con él.
Es necesario que, para guardar esta virtud tan grata a Dios, cerremos los ojos al mal y a las modas provocativas que se ven por todas partes. Es también necesario que nos encomendemos a la Santísima Virgen, quien ayuda muchísimo a las almas que quieren guardarse castas y puras.
La Santísima Virgen de Fátima le ha confiado a la Beata Jacinta Marto, vidente de estas apariciones, que los pecados que más almas llevan al infierno son los pecados de la carne. De manera que no es poca cosa el guardar la pureza, porque ya tenemos un gran trecho de camino recorrido hacia la santidad, pues lo que más cuesta vencer, a veces, es dominar las tentaciones impuras.
Jesús, María, os amo, salvad las almas