martes, 21 de mayo de 2013


Papa Francisco ‏@Pontifex_es
Me uno al dolor de las familias que perdieron a sus seres queridos, muchos de ellos niños, en el tornado de Oklahoma. Recemos por ellos.

Reflexiones...


Reflexionando sobre el Purgatorio
Sabemos poco sobre el Purgatorio.
¿Y qué sabemos del purgatorio?... Sabemos poco, pero ese poco tiene extraordinaria importancia, y podemos conocerlo con la certeza de la fe, con la fe de la Iglesia católica.
Reflexión: 
Sabemos poco sobre el Purgatorio, pero eso poco que sabemos es de capital importancia y debe movernos a hacer cualquier cosa por aliviar a las almas que están detenidas en ese lugar de tormento.
Lo que sabemos del Purgatorio lo sabemos por la infalibilidad de la enseñanza de la Iglesia católica, y por eso podemos quedarnos tranquilos de que estamos en la verdad y de que las cosas son como ella, la Iglesia, nos dice.
Siendo así las cosas, cuando profundizamos un poco en el tremendo e inimaginable sufrimiento que padecen aquellas almas, no podemos quedarnos de brazos cruzados, sino que tenemos el deber de ayudarlas a salir de ese estado, pues ellas no pueden hacer nada por sí mismas, pero sí pueden hacer muchísimo por nosotros, que todavía peregrinamos en la tierra.
Las Almas del Purgatorio son un tesoro infinito que está al alcance de nuestra mano, porque aliviándolas a ellas, estamos haciendo obras de misericordia, y ya nos ha prometido el Señor que quien sea misericordioso, obtendrá también misericordia. Pero, además de que estas almas benditas nos permiten ayudarlas y así practicar el amor entre hermanos, también nos premian con dones y gracias de todas clases, porque las Benditas Almas del Purgatorio son poderosísimas ante Dios, y ofrecen su “martirio” por nosotros que las ayudamos.
Benditos somos si tenemos devoción a las Almas purgantes, porque nuestra salvación está asegurada, y hasta se puede decir que está asegurada también la salvación de todos nuestros seres queridos.
Encomendémonos a las Benditas Almas y avancemos confiados en el combate contra las fuerzas del mal.