miércoles, 7 de junio de 2017

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Catecismo...

Repasando el Catecismo

1. ¿Cuál es la plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios?
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La plena y definitiva etapa de la Revelación de Dios es la que Él mismo llevó a cabo en su Verbo encarnado, Jesucristo, mediador y plenitud de la Revelación. En cuanto Hijo Unigénito de Dios hecho hombre, Él es la Palabra perfecta y definitiva del Padre. Con la venida del Hijo y el don del Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido plenamente, aunque la fe de la Iglesia deberá comprender gradualmente todo su alcance a lo largo de los siglos.
«Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar» (San Juan de la Cruz)
(Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica)
Comentario:
Todo lo que necesitamos saber para salvarnos, ya ha sido revelado en Cristo Jesús, en su Evangelio, en la Sagrada Escritura, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Ahora toca al Magisterio de la Iglesia ir descubriendo esta verdad y profundizando en todas sus facetas. ¿Pero entonces Dios ya no hablará más? Dios es Verbo y no puede no comunicarse. Entonces no debemos entender mal esta afirmación de que ya está todo dicho. ¡No! Si bien Dios ya ha dado todo lo que es necesario para nuestra salvación y muchos más todavía, infinitamente más nos ha dado; también es cierto que el Señor se sigue comunicando con los hombres para llevarlos a comprender mejor toda la Revelación y hacerlos vivir mejor las normas que Él mismo ha dado. Por eso las revelaciones privadas tienen una gran importancia también, y si están aprobadas por la Iglesia, como las apariciones de Fátima o las del Sagrado Corazón de Jesús, entonces hay que aceptarlas y prestarles mucha atención porque podemos correr el riesgo de cerrarle la puerta a Dios, de no aprovechar los consejos que nos da Jesús y la Virgen para que evitemos peligros o saquemos más provecho de las enseñanzas de siempre.
¡Alabado sea Dios!