jueves, 31 de agosto de 2017

Dar gracias...

Pase lo que pase, gracias.

Pase lo que pase, gracias Señor, porque todos tus designios son pura bondad y gracia tuyas hacia nosotros.
Quiero tener siempre este pensamiento de agradecimiento hacia Ti, suceda lo que suceda en mi vida, en las vidas de mis seres queridos y en el mundo entero, porque sé que quien se confía de este modo a Ti, Señor, nunca podrá ser vencido por el mal, sino que triunfará, antes o después en este mundo, y con seguridad triunfará en el Cielo.
No puede quedar confundido y a la deriva quien pone su confianza en Ti, Señor, porque Tú defiendes a tus fieles como a la niña de tus ojos.
Aunque las apariencias sean las de castigos y desgracias, está en nosotros saber verlas a la luz de la fe, a la luz del saber que Tú, Dios nuestro, eres la bondad infinita, y que nada permitirías de malo si no supieras sacar el bien de todo lo que sucede.
Cuando se cierna la noche y la oscuridad en mi mente al ver cosas que me entristezcan, ayúdame, Dios mío, a recordar que Tú dispones todo para el bien de los que Te aman.
Nada malo puede suceder a quien confía en Dios, y todos debemos saber dar gracias en todo tiempo y situación, esto es la fe en acción. Porque es fácil tener fe cuando todo va bien. Lo difícil es mantener la fe y confianza en la Providencia y bondad de Dios cuando las cosas salen mal u ocurren desgracias.
Pero en el Cielo entenderemos todos los misteriosos porqués, y si vivimos lo suficiente en este mundo, quizás los porqués tan misteriosos se nos revelen ya aquí en este mundo, pues el paso del tiempo nos hace entender muchas cosas.
Es muy bueno que ante las situaciones que nos perturban o entristecen, dejemos pasar un poco de tiempo, entonces veremos y comprenderemos muchas cosas que en el momento actual de dolor o perplejidad no entendemos.
Y recordemos siempre, siempre, siempre, que Dios puede cambiar nuestra suerte en un abrir y cerrar de ojos, y hacernos pasar del llanto a la alegría completa en cuestión de segundos. Así que no nos descorazonemos ni creamos que ya nada puede cambiar y que nuestra situación es irremediable, porque en la tierra o en el Cielo triunfaremos.
El paso del tiempo es muy revelador para nuestras preguntas, porque lo que no entendemos hoy, tal vez mañana o dentro de un tiempo se nos descubra en toda su importancia.
¡Cuántas veces queremos cosas, y rezamos y pedimos por obtenerlas, y hasta nos encaprichamos con ellas, creyendo que es lo mejor para nosotros! Al menos así nos parece en ese momento. Pero no pocas veces, ante la negativa de Dios de concedernos aquello con lo que creíamos que seríamos felices, nos pasa que pasado un tiempo ya vemos las cosas con otra óptica.
Así que hagamos algo realmente bueno: Demos gracias a Dios por TODO, y no nos equivocaremos. Y no sólo no erraremos, sino que Dios premia al hijo agradecido, y cada vez que decimos “gracias” a Dios, llueven las bendiciones sobre nosotros y sobre aquellos que amamos.