miércoles, 26 de septiembre de 2018

Devolución...

De pecadores a santos

Devolver.
Así como Zaqueo al convertirse devolvió parte de sus riquezas mal adquiridas a quienes perjudicó, también quien quiere convertirse y ha tenido una vida en que ha robado de una u otra forma, debe tratar de devolver y reparar por el daño causado.
Tal vez ya las personas a las que perjudicó no vivan en la tierra, o no haya modo de hacerlo. Pero siempre podemos reparar el error, el pecado, con nuestra oración por ellos, con nuestros sufragios por sus almas si es que están en el Purgatorio.
¡Qué gracia tan grande nos da el Señor de poder reparar por los pecados! Debemos saber agradecer esta posibilidad que nos da Dios, puesto que sin reparación no podremos entrar en el Cielo, y ya sea en la tierra o en el Purgatorio, tendremos que devolver lo que hemos robado materialmente o espiritualmente.
¡Qué felicidad que Dios nos dé la posibilidad de nacer de nuevo, puesto que quien repara los pecados pasados no sólo se desata de las ataduras en que lo tenía amordazado el pecado, sino que gana en desprendimiento y en pobreza de espíritu, y Jesús ha dicho que son felices los pobres de espíritu, no sólo en el Cielo, sino que ya lo son desde la tierra!
Aprovechemos el dinero y los bienes que tenemos para ganarnos amigos que en la puerta del Cielo nos abran y nos dejen pasar. Porque en la puerta del Paraíso están los pobres a los que hemos ayudado, pero también están los pobres a quienes no hemos ayudado o, lo que es peor, a los que hemos perjudicado o robado de mil formas. Pensemos esto cuando hagamos ventas o negocios, y más vale a veces es mejor perder un poco de dinero en este mundo, antes que acaparar muchos bienes pero ser pobres ante Dios.