lunes, 5 de diciembre de 2016

Andrés Calamaro - Cuando no estás (Videoclip oficial)

Evangelio del día...

Evangelio del día.

Lunes 5/DIC/16.
Lc 5, 17-26.
Salvar almas.
Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para sanar. Llegaron entonces unas personas trayendo a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para ponerlo delante de Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron por entre las tejas con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”. Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: “¿Quién es éste que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: “¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados están perdonados’, o ‘Levántate y camina’? Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico- a ti te digo, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa”. Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: “Hoy hemos visto cosas maravillosas”.
Reflexión:
Estas personas que llevaban al paralítico nos dan una buena lección a nosotros para que seamos serviciales con nuestros hermanos que más sufren. En otra ocasión también un paralítico, al borde de la piscina, se quejaba de que no había nadie que lo ayudara a meterse en el agua cuando el Ángel del Señor bajaba a mover las aguas y así curarse. Nosotros, que somos católicos, tenemos que ser como estos hombres que ayudan a los paralíticos. ¿Y quiénes son los paralíticos de hoy? Los pecadores. Entonces con nuestro buen consejo, ayuda y oración, tenemos que guiar a estos paralíticos espirituales a encontrar la curación, con una sincera confesión ante un sacerdote, y nosotros tenemos la misión de ir preparando este encuentro, porque dice el texto que Jesús lo perdonó y curó al ver la fe de “ellos”, no solo del paralítico, sino también la fe de los que lo acompañaban. También el Señor acogerá favorablemente a los pecadores que le presentemos, y Él verá nuestra fe y constancia, y así curará el alma de los pecadores que le llevemos.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de hacer obras de misericordia corporales y espirituales, y especialmente orar por los pecadores, que son tan amados por Nuestro Señor y que no quiere que ninguno se pierda.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.