jueves, 13 de diciembre de 2012

Happy thursday...


y con los deseos de un feliz jueves, los saludo con mil besos y con todo el cariño de mi corazón, bendiciones, amén...

and the wishes of a happy Thursday, greet with a thousand kisses and all the love of my heart, blessings, amen ...


Las palabras...


El daño de las palabras

Hay un proverbio castellano que dice:
Los palos y las piedras podrán romper mis huesos,
pero las palabras nunca me podrán hacer daño.
¡Totalmente falso!

Las palabras pueden hacer un daño silencioso,
incluso a  nivel físico. Cuando alguien te decepciona
o te injuria, la ira o el miedo que alimentas dentro de ti
producen profundos cambios en tu ritmo cardíaco 
y en tu tensión arterial.

Tu cuerpo se prepara para luchar o para huir.
En casos extremos se pueden producir ataques cardíacos,
resultado de haber escuchado palabras crueles o de haber
presenciado sucesos horribles.

El dolor es una importante válvula de seguridad.
Si recibes una cortada en una pierna, el dolor
que sientes te avisa del mal y te recuerda que tienes
que ser más cuidadoso.

Te hará ir corriendo en busca de un ser querido
para que te consuele; o en busca de un médico
para que te ponga unos puntos.

No es malo el sentirse airado cuando alguien 
te ha herido, es una reacción normal e indica
una sana personalidad.

Si el asunto ha sido trivial o de poca importancia,
lo único que necesitas es, simplemente, admitir
ese sentimiento y controlarlo.

Pero, cuando la herida ha sido más seria,
es fácil que necesites ayuda.
Hasta conviene manifestárselo a alguien 
para que pueda animarte y ayudarte.

Frecuentemente, el hablar de ello con la persona
que nos ha herido, puede llevamos a la reconciliación.
Normalmente, esto será suficiente para aliviar
gran parte del dolor de la herida e iniciar una
recuperación rápida, algo así como ocurre con una
herida tratada, bien desinfectada y que pronto sanará.

Este es el mejor sistema de curación.
Pero, suponte que el uno no quiere hablar
o el otro no quiere admitir que existe un problema.
La herida no se cura, el resentimiento se encona.

Cada vez que piensas en ello, se te revuelve
tu interior, y va penetrando en tu personalidad
y comienza también a  enturbiar tus relaciones
con los demás.

"No volveré a confiar en nadie piensas,
y comienzas a distanciarte también de los demás

Si el resentimiento es profundo, puede llegar
a afectar el cuerpo. Los médicos saben
que los pacientes crónicos empeoran cuando
abrigan  en su interior, un resentimiento mal curado.

Y así, la irritación puede ser buena al comienzo,
pero una ira permanente si no es curada, puede ser
ciertamente, muy peligrosa.