miércoles, 19 de julio de 2017

Purgatorio...

Mensajes desde el Purgatorio.

19 de julio de 1976

EL ÚNICO DESEO

Somos almas de la Iglesia Purgante en espera de nuestro encuentro con el eterno Juez divino.

Somos almas que esperamos el consuelo de la ayuda fraterna que apresure nuestra liberación.
Consideramos superfluo intentar tratar de haceros comprender nuestra pena.
Si una imagen pudiera servir para daros una idea de ello, entonces os decimos: intentad imaginar a un hombre que arde entre las llamas y el deseo que tiene de salir para sumergirse en aguas frescas y limpias.
Es una pálida idea que puede haceros comprender el deseo ardiente de poner fin a la atormentada espera que nos impide unirnos al solo, único Bien por quien hemos sido creados.
En la tierra, distraídos como estáis continuamente por mil intereses, influidos por los sentidos y distraídos en tantas exigencias de la vida material, vosotros no podéis comprendernos a nosotros, almas purgantes. Estamos abrasadas por la única necesidad, por la única aspiración, por el único e inmutable deseo: reunirnos con Aquel, que es Causa y Fin de nuestra existencia. No podéis comprendernos, porque vemos de manera diferente a vosotros. Hermano sacerdote, Don O., tú sabes que no podemos hacer nada por nosotras mismas; pero sabes bien que podemos rezar y obtener para vosotros, todavía militantes en la tierra.
Esto sucede por un admirable designio de la Providencia que ha querido que circule en toda la Iglesia, como Cuerpo Místico, el amor que transcurre entre Jesús y los miembros entre ellos.