viernes, 16 de mayo de 2014

Promesas...

PROMESAS CELESTIALES

En el año 1636 Nuestro Señor le hizo a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento una promesa que se ha hecho muy famosa: “Todo lo que quieras pedir, pídemelo por los méritos de mi infancia, y tu oración será escuchada”.

El día de los Santos Reyes del año 1840 estando la madre Magdalena en oración ante el pesebre del Niño Jesús, y mientras adoraba el sagrado misterio tuvo la siguiente inspiración: ¿Por qué a la Santísima Virgen no se la venera también en su nacimiento, y por qué no se le celebra con cantos de alegría como se hace con el Niño Jesús? Y mientras estaba pensando esto se le apareció la Santísima Virgen Recién Nacida sobre las nubes, acostadita y vestida como una reina y oyó que le decía: "CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA".  

Dijo Jesús Misericordioso a Santa Faustina Kowalska: “Es mi deseo que tengas un conocimiento más profundo del amor que quema Mi corazón, y tú entenderás esto, cuando medites en Mi Pasión. Pidan Mi Misericordia a favor de los pecadores, yo deseo su salvación. Cuando digas esta oración, con un corazón contrito y con fe por el bien de algún pecador, Yo le daré la gracia de la conversión. Esta es la oración: “¡Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, yo confío en Ti!”.

Dijo Jesús a Sor María Marta Chambón: “Debes repetir con frecuencia cerca de los enfermos esta invocación: Jesús mío, perdón y misericordia, por los méritos de tus Santas LlagasEsta oración aliviará a su alma y a su cuerpo. Muchas personas experimentarán la eficacia de esta aspiración”.
“El pecador que dijese la oración siguiente: Eterno Padre, yo te ofrezco las Llagas de nuestro Señor Jesucristo, para curar las llagas de nuestras almasobtendrá su conversión”.

Alabanzas...

Alabanzas a la Divina Misericordia

El Amor de Dios es la flor y la Misericordia el fruto.
Que el alma titubeante lea estas consideraciones sobre la Misericordia Divina y recobre la confianza:

Misericordia Divina, que brotas del seno del Padre, en Ti confío.
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti confío.
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico, en Ti confío.
Misericordia Divina, de donde brotan Vida y Felicidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, más sublime que los Cielos, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de milagros y maravillas, en Ti confío.
Misericordia Divina, que abarcas todo el universo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que bajaste a la tierra en la Persona del Verbo Encamado, en Ti confío.
Misericordia Divina, que manaste de la herida abierta en el Corazón de Jesús, en Ti confío.
Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús por nosotros, y especialmente por los más pecadores, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable en la Institución de la Sagrada Eucaristía, en Ti confío.
Misericordia Divina, que fundaste la Santa Iglesia, en Ti confío.
Misericordia Divina, presente en el Sacramento del Santo Bautismo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos justificas por los méritos de Jesucristo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompañas a lo largo de toda la vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos abrazas, especialmente a la hora de la muerte, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos otorgas la vida inmortal, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos acompañas en cada momento de nuestra vida, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos proteges del fuego del Infierno, en Ti confío.
Misericordia Divina, por quien se convierten los pecadores empedernidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, asombro para los ángeles e incomprensible para los santos, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, que nos rescatas de toda miseria, en Ti confío.
Misericordia Divina, manantial de felicidad y gozo, en Ti confío.
Misericordia Divina, que de la nada nos trajiste a la existencia, en Ti confío.
Misericordia Divina, que abarcas todas las obras de tus manos, en Ti confío.
Misericordia Divina, que presides toda la obra de Dios, en Ti confío.
Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos, en Ti confío.
Misericordia Divina, dulce consuelo de los corazones angustiados, en Ti confío.
Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas, en Ti confío.
Misericordia Divina, remanso de corazones y paz ante el temor, en Ti confío.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas, en Ti confío.
Misericordia Divina, que infundes confianza cuando perdemos la esperanza, en Ti confío.

Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu bondadosa mirada y aumenta Tu misericordia en nosotros para que en los momentos difíciles, no nos desalentemos ni nos desesperemos, sino que, con la máxima confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es Amor y Misericordia.

Oh incomprensible e infinita Misericordia Divina, ¿quién podrá adorarte como Te mereces? Eres la dulce esperanza del pecador. Uníos estrellas, mar y tierra en un sólo himno y cantad a coro, con vuestra mejor voz, la misericordia Divina, cuya comprensión no se nos alcanza. (II, 296-297).