sábado, 29 de noviembre de 2014

Vivir católico...

Vivir católico

Vender cara la vida. 
Tenemos que vender cara nuestra vida, es decir, pelear valientemente contra el Mal, para ganar muchas almas para Cristo.
Hay personas que han tenido que combatir en una guerra, y para reducirlas hizo falta emplear muchos guerreros, y entre todos no podían reducir a tan valientes combatientes.
Así también tenemos que ser nosotros en el campo espiritual: valientes guerreros que vendan cara su vida. Que los demonios tengan terror de nosotros, porque vivimos en gracia de Dios, hacemos apostolado por todas partes y a todas horas, visitamos enfermos y hacemos toda clase de obras de misericordia y caridad, rezamos mucho, en especial el Rosario, y en definitiva somos como la fuerza de avanzada y también la retaguardia del ejército de los cristianos.
Tenemos esta sola vida sobre la tierra para emplearla en ganar gloria para el Cielo, porque debemos recordar que todo lo que hacemos en el mundo, tiene peso para la eternidad. De manera que si obramos bien y hacemos muchas buenas obras, nuestra gloria en el más allá será deslumbrante y pasaremos una eternidad felicísima, sabiendo que en la Tierra hicimos todo lo que debíamos hacer, y más todavía.

Desempolvemos las armas espirituales que quizás tenemos arrumbadas y empuñemos el escudo de la fe y la coraza de la oración, y lancémonos a la conquista del mundo para Cristo, porque si doce hombres, pobres pescadores, difundieron la Iglesia por toda la Tierra, nosotros, que somos muchos más, podemos hacer maravillas extraordinarias en el mundo.