sábado, 22 de septiembre de 2018

Mensaje...

Mensaje de conversión

Depende de la conversión.
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Esforzaos por cumplir con el Señor, porque es mucha su Gracia entre vosotros. Rogad para que haya más conversión, éstos son sus deseos porque sólo así seréis salvados.
Meditadlo.
Amén. Amén.
(Mensaje de María del Rosario de San Nicolás)
Comentario:
Cada alma en particular, y el mundo entero, dependen de su propia conversión.
Tanto cada uno de nosotros los hombres, como el destino del mundo y de la humanidad, dependen de que ambos reciban el llamado de conversión individual y social que hace el Cielo a través de las apariciones de la Virgen.
Por eso ¡qué importante es que profundicemos en nuestra personal conversión, para que por lo menos nosotros estemos libres de los castigos que han de venir sobre el mundo!
Ciertamente Dios está llamando a los hombres a refugiarse en el Arca que es el Corazón de María. Y así como Noé se salvó del diluvio, así también los que se consagren a María se salvarán del diluvio de fuego que vendrá sobre la tierra.
Pero antes de consagrarnos a la Virgen debemos convertirnos, como la misma Virgen lo pide en uno de sus mensajes.
Entonces es necesario que tomemos en serio la vida cristiana y dejemos de vivir en pecado mortal, y nos confesemos con un sacerdote e iniciemos a vivir en gracia de Dios, cumpliendo los Diez Mandamientos y las enseñanzas de Jesús en el Evangelio.
Porque el Anticristo, cuando aparezca, reclamará para su uso toda alma manchada, y si no estamos convertidos, caeremos bajo su dominio. Por eso la Virgen pide tanta conversión. Además, siempre es conveniente estar convertidos, es decir, vivir en gracia de Dios, porque aumentan las calamidades naturales y todo tipo de desgracias, y es conveniente que la muerte imprevista que puede sobrevenirnos por estas cosas, nos encuentre con las lámparas encendidas y preparados para partir hacia la eternidad, y presentarnos al juicio de Dios.
No dejemos pasar el tiempo y digamos como San Expedito: “HOY, HOY, HOY”. Porque hoy es el día de nuestra conversión, el día que Dios nos ha dado amorosamente para que lo aprovechemos para ser mejores cristianos. No desaprovechemos esta oportunidad ya que mañana puede ser demasiado tarde.