jueves, 1 de octubre de 2015

Reflexión...

REFLEXIÓN DEL DÍA

Aprovechar el tiempo.
Es una verdadera lástima que dejemos pasar el tiempo a veces tan inútilmente, sin aprovecharlo para hacernos más buenos, para hacernos más santos y dedicarlo al apostolado.
No perdamos más el tiempo que, como dicen los maestros de la vida espiritual: “El tiempo es gloria”, ya que cada segundo, si lo aprovechamos para el bien, nos acarrea un peso de gloria que disfrutaremos en la eternidad, pero que ya desde la tierra nos trae aparejado un gran bien.
Llenemos nuestra jornada diaria de oración, de buenas obras, aunque sean pequeñas cosas que vayamos haciendo, pero todas hechas con amor a Dios y al prójimo, serán de un gran bien para nosotros y para nuestra santificación.
Recordemos que sólo tenemos esta vida terrena y que no habrá una segunda oportunidad. Los cristianos no creemos en la reencarnación ni en vidas sucesivas, sino que sabemos bien que después de esta vida en este mundo, llega la muerte, y con la muerte, el juicio, en que recibiremos la sentencia eterna: Cielo o Infierno, y quizás provisoriamente Purgatorio.
Si pensáramos más en estas cosas, no perderíamos tanto tiempo en banalidades, sino que invertiríamos el tiempo en cosas productivas según Dios, en rezar más, en meditar, en hacer buenas obras, o en hacer todo lo que hacemos habitualmente, pero de manera más perfecta.
Pensemos en ello y a partir de hoy hagamos el propósito de aprovechar mejor el tiempo de vida, porque no sabemos cuándo vendrá Nuestro Señor, ya sea en su Segunda Venida, o en el día de nuestra muerte, día en que para nosotros habrá terminado el mundo.