miércoles, 10 de abril de 2013

Secretos de vida...


Secretos para bien vivir
Aprovechar el tiempo.
San Juan Bosco tiene una frase magistral: “Los ociosos, al final de la vida, experimentarán grandes remordimientos por el tiempo perdido.”
Y efectivamente para vivir bien, hay que saber aprovechar el tiempo, aprovecharlo para hacer el bien y lo que cada uno de nosotros debe hacer, porque pronto llega la muerte y ya no hay más tiempo.
¡Qué lástima que muchas personas se dediquen a “matar” el tiempo en pasatiempos inútiles, y no pocas veces pecaminosos! La vida es tan corta que hay que hacer deprisa el poco bien que uno pueda hacer, para merecer el Cielo y evitar el Infierno.
Ya lo dice el Señor en el Evangelio que sólo los esforzados entrarán por la puerta estrecha e irán por el camino angosto que lleva al Cielo, pues la mayoría va por el camino ancho de la pereza.
Los pecadores quieren aprovechar al máximo el tiempo para gozar y divertirse. Nosotros tratemos de aprovecharlo en hacer méritos para ganar el Cielo, pues sólo tenemos esta vida para hacerlo.
¡Fuera todas esas ideas de la reencarnación y cosas semejantes, que son un engaño del demonio para hacernos perder lastimosamente el tiempo, con la vana esperanza de vivir otra vida después; porque el único tiempo de que disponemos, es el de nuestra única vida en la tierra!
Esto no quiere decir que tengamos que “hacer y hacer”, sino que debemos dedicar su tiempo a cada cosa, realizando todo para la gloria de Dios, incluso las cosas comunes de cada día.

martes, 9 de abril de 2013

Consejos...


Diez consejos para vivir la fe cristiana
con alegría

1. No tengas miedo.
Dios nos quiere y está con nosotros. Jesucristo es el único Salvador.
Los diosecillos del momento no han de poder con El.

2. Intenta consolidar tus convicciones.
¿Quién las ataca? ¿Con qué argumentos? ¿Con qué resultados?
Jesús es verdad y es la Verdad, ayer, hoy y siempre. Contra Él
no hay progresismo que valga.

3. No cedas terreno.
No te acobardes. Preséntate como cristiano. Prepárate para dar
razones y explicaciones de tu fe. Ten la seguridad de que nadie
puede presentar otra cosa mejor.

4. Descubre el valor de lo que has recibido.
Conoces la grandeza y la bondad de Dios, cuentas con su perdón
y sus promesas de vida eterna. Tienes contigo a Jesús.
Eres miembro de su Iglesia, con muchos pecadores, pero también
con muchos santos, hermanos y servidores de los pobres.
¿Hay quién dé más?

5. Reza más que antes.
A solas. En casa. En los templos. Asegura por encima de todo
la Misa de los domingos.

6. Honra con buenas obras tu nombre de cristiano.
No hagas daño a nadie ni de palabra ni de obra. Haz todo
el bien que puedas. Pon en ello el primer valor y la principal
preocupación de tu vida.

7. No te dejes engañar por las propagandas del momento
que siempre sirven a los intereses de los poderosos de este mundo.
Jesús nos amó hasta el fin y nos dejó la verdad definitiva.

8. El fundamento de nuestra vida y de todo cuanto existe
es el amor y la bondad de Dios.
Confía en Él, déjate llevar por Él. Responde a su amor
con tu amor y tu obediencia. Vive feliz como un hijo en casa
de tu Padre, como Jesús, con Él y por Él.

9. Fortalece los vínculos con la Iglesia,
con alguna lectura, con tus amistades, con la celebración
del domingo. Que la Iglesia sea como tu familia a lo grande.
Con el amor, la fidelidad y la ternura de la Virgen María.

10. Vive con alegría tu relación de fe y amor con Jesús.
Él te llama cada día. Es tu mejor tesoro. Pon en Él tu corazón.
Trata de conocerlo mejor. Ámale apasionadamente, Déjale ser
el Salvador de tu vida. En Él tenemos la fuerza, la belleza
y la alegría de la vida verdadera.

Por Mons. Fernando Sebastián Aguilar
Arzobispo Emérito de Pamplona y Tudela


lunes, 8 de abril de 2013

Silencio, ternura y amor...


Silencio, ternura y paz

Viene el ángel, María.
Recíbele y háblale.
Dile que el mundo necesita de Dios.
Que, el cielo nos queda muy lejos.
Que, el hombre, juega demasiado a ser “señor”.

Llega, el ángel, María.
Hazle sabedor de los sufrimientos de la humanidad.
Que estamos esperando la salvación.
Que, los caminos de muchos,
no son los caminos que van hacia Dios.

Silencio... sólo el silencio habla.
Porque, en el silencio, el hombre también habla.
Porque, en el silencio, María se orienta hacia el Creador.
Porque, en el silencio, la semilla del Eterno
se incorpora en un seno virginal y humano.
Ternura…ternura para el ángel del Señor.
Y, ternura, del mensajero hacia la Hija de Sión.
Ternura, de los labios de una Virgen.
Ternura, en suave aleto,
del ángel portador de tanto bien        .

Paz…. con paz queda María.
Y, en paz se marcha Gabriel.
Con paz…. comienza a germinar la VIDA.
Con paz… lleva las buenas nuevas
la singular respuesta
desde Nazaret hasta el Edén.

Y, en medio de tanto silencio, ternura y paz,
José medita… José sueña… José asiente.
Y, por las ventanas, pequeñas y recias
de aquel humilde hogar nazareno,
se deslizan amoríos y respuestas:
¡Hágase! ¡Hágase!

P. Javier Leoz



Life Tests

Life is a test.

Not only will reflect that in life there are tests, but all life on earth is a great test, which can be good and bad, saved or doomed forever. So what is important is that we are aware of this, because if we look at things from this point of view, then we will get ready to face the trials of life as well as possible, barricaded for combat, armed against discouragement and discouragement, which make such havoc in many souls.

The Virgin has said in one of his posts that human life is like a big waiting room, where men expect to get into the real life, the afterlife, because death is only a step from the temporal to the eternal .

Things being so, we have to see all the events of the world and our lives, in light of these truths that tell us that this is not definitive, but it is definite after death, and will reward or punishment what we have done or not in this world.

So it is important not to judge anyone, not to say "this is a failure," or say, "this is a winner" because we do not know what will be the man in eternity, and now seems a failure, perhaps in the beyond is one of the winners eternal.

The example of this that we say it clearly in Jesus Christ, our Lord, who on earth and for a good part of men, ended his days in a resounding failure. However there is more triumphant than Jesus.

The evidence for life will come sooner or later, but they will come, because this world is dominated by the Evil One, who sets traps and suffering to those elected and other men.


Pruebas...


Pruebas de la vida
La vida es una prueba.
No sólo reflexionaremos que en la vida hay pruebas, sino que toda la vida sobre la tierra es una gran prueba, de la cual podemos salir bien o mal, salvados o condenados para siempre. Por eso ¡qué importante es que tengamos conciencia de esto, ya que si sabemos ver las cosas desde este punto de vista, entonces nos prepararemos a afrontar las pruebas de la vida lo mejor posible, apertrechados para el combate, armados contra el desaliento y el desánimo, que tantos estragos hacen en muchas almas.
La Virgen ha dicho en uno de sus mensajes que la vida humana es como una gran sala de espera, en que los hombres esperamos para entrar a la verdadera vida, al más allá, porque la muerte es sólo un paso de lo temporal a lo eterno.
Siendo las cosas así, tenemos que ver todos los acontecimientos del mundo y de nuestra vida, a la luz de estas verdades que nos dicen que esto no es lo definitivo, sino que lo definitivo viene después de la muerte, y será premio o castigo de lo que hayamos hecho o no en este mundo.
Por eso es importante no juzgar a nadie, no decir “éste es un fracasado”, o decir: “éste es un triunfador”, porque no sabemos qué será ese hombre en la eternidad, y el que ahora parece un fracasado, quizás en el más allá sea uno de los triunfadores eternos.
El ejemplo de esto que decimos lo tenemos claramente en Jesucristo, Nuestro Señor, que en la tierra y para una buena parte de los hombres, terminó sus días en un fracaso rotundo. Sin embargo no hay mayor triunfador que Jesús.
Las pruebas durante la vida vendrán antes o después, pero vendrán, porque este mundo está dominado por el Maligno, que pone trampas y sufrimientos a los elegidos y a los demás hombres.

domingo, 7 de abril de 2013


hola para toda la audiencia, les doy mis buenos días y les deseo un feliz domingo y muchas bendiciones, amén...

hello to every audience, I give my good morning and wish you a good Sunday and many blessings, amen ...


Reflexiones del Evangelio...


Los Padres de la Iglesia nos iluminan
Ustedes saben tan bien como yo que nuestro Señor y Salvador Jesucristo es el médico de nuestra salud eterna, y que asumió la enfermedad de nuestra naturaleza, para que nuestra enfermedad no fuera sempiterna. Asumió, en efecto, un cuerpo mortal, para en él matar la muerte. Y si es verdad que fue crucificado por nuestra debilidad —como dice el Apóstol—, vive ahora por la fuerza de Dios.
Del mismo Apóstol son estas palabras: Ya no muere más, la muerte ya no tiene dominio sobre él.Todo esto es bien conocido de la fe de ustedes. Pero debemos también saber que todos los milagros que obró en los cuerpos tienen por blanco el hacernos llegar a lo que ni pasa ni tendrá fin. Devolvió a los ciegos unos ojos que un día había de cerrar la muerte; resucitó a Lázaro, que nuevamente debería morir. Y todo cuanto hizo por la salud de los cuerpos, no lo hizo para hacerlos inmortales, bien que tuviera la intención de otorgar incluso a los cuerpos, al final de los tiempos, la salud eterna. Pero como no eran creídas las maravillas invisibles, quiso, por medio de acciones visibles y temporales, levantar la fe hacia las cosas invisibles.
Nadie, pues, diga, hermanos, que en la actualidad ya no obra nuestro Señor Jesucristo los milagros que antes hacía y, en consecuencia, prefiera los primeros tiempos de la Iglesia a los presentes; pues en cierto lugar el mismo Señor pone a los que creen sin ver sobre los que creyeron por haber visto. En efecto, la fe de los discípulos era por entonces en tal modo vacilante, que, aun viendo resucitado al Maestro, necesitaron palparlo para creer.
No les bastó verlo con los propios ojos: quisieron palpar con las manos su cuerpo y las cicatrices de las recientes heridas; hasta el punto de que el discípulo que había dudado, tan pronto como tocó y reconoció las cicatrices, exclamó: ¡Señor mío y Dios mío! Aquellas cicatrices eran las credenciales del que había curado las heridas de los demás.
¿No podía el Señor resucitar sin las cicatrices? Sin duda, pero sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, que habrían de ser curadas por las cicatrices conservadas en su cuerpo. Y ¿qué respondió el Señor al discípulo que, reconociéndole por su Dios, exclamó: Señor mío y Dios mío? Le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
¿A quiénes llamó dichosos, hermanos, sino a nosotros? Y no solamente a nosotros, sino a todos los que vengan después de nosotros. Porque no mucho tiempo después, habiéndose alejado de sus ojos mortales para fortalecer la fe en sus corazones, cuantos en adelante creyeron en él, creyeron sin verlo, y su fe tuvo gran mérito: para conquistar esa fe, movilizaron únicamente su piadoso corazón, y no el corazón y la mano deseosa de comprobar.
P. Max Alexander

Buen Fin de Semana
Saludos