domingo, 13 de julio de 2014
sábado, 12 de julio de 2014
San Benito...
ORACIÓN PARA PEDIR LA PROTECCIÓN
DE SAN BENITO
Santísimo confesor del
Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra
salud del alma, cuerpo y mente.Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.
Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén.
Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas.
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
NOVENA BREVE PARA PEDIR UNA GRACIA
Rezar durante nueve días consecutivos la siguiente oración:OH San Benito, mi protector bondadoso y de cuantos van a ti en sus apuros. Intercede por mí a Dios para que alivie mis sufrimientos y dificultades que ahora me agobian
(pídase aquí la gracia que se
desea obtener)
Te lo pido con toda
confianza.Padrenuestro, Avemaría y Gloria
jueves, 10 de julio de 2014
Empezar...
Vuelve a empezar
Después del pecado.
Después del pecado invariablemente viene
un tiempo de reflexión, de abatimiento, de remordimiento. Y esto es un don del
Espíritu Santo, de modo que quien no lo padece, es porque está ya tan
acostumbrado a pecar, que es difícil su conversión, pues su conciencia se ha
como entorpecido, y Dios lo ha dejado como abandonado a su
capricho.
Por eso nunca hay que pecar, pero si
desgraciadamente hemos pecado, soportemos la humillación con valentía, porque si
la falta nos ayuda a ser más humildes, entonces ¡bendita falta! Efectivamente no
hay que hacer el mal para que resulte el bien, como dice el Apóstol; pero
sabemos que Dios puede sacar el bien de los mayores males, y nada hay
irreparable, si pedimos perdón a Dios y comenzamos de nuevo.
Lo que sucede es que muchas veces, después
de pecar, estamos tan abatidos que no tenemos fuerzas para comenzar. Y a veces
es nuestra propia soberbia la que nos pone delante lo que somos, y así nuestro
orgullo no tolera que hayamos caído tan lastimosamente, y el demonio ayuda para
terminar de abatirnos.
Recuperemos la alegría haciendo un acto de
contrición perfecta y yéndonos a confesar cuanto antes con el sacerdote, y
empecemos de nuevo, como si recién saliéramos de la pila bautismal, para
entablar nuevamente el buen combate, porque los santos no fueron santos porque
nunca pecaron, sino más bien porque nunca se cansaron de levantarse de sus
caídas y volvieron a empezar.
miércoles, 9 de julio de 2014
Santoral...
Miles de Peregrinos en Itatí, Argentina


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Audio)
En Argentina -país de Papa Francisco-, María de Nazaret se venera en varias advocaciones. Una de las más antiguas -desde 1616- es Nuestra Señora de Itatí, que tiene su santuario a 70 kilómetros de la Ciudad de Corrientes.
Los peregrinos llegan de todas partes para agradecer y rogar tantos milagros por la intercesión de la Madre por sus hijos ante el Dios altísimo. La gente humilde agradece y pide las cosas esenciales como la salud, el pan, el trabajo, una casa, el amor y la unidad de la familia.
Uno de los milagros más notables de esta advocación ocurrió en 1748: Un gran malón se lanzó para saquear y destruir el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Se retiraron despavoridos ante semejante protección y los habitantes del pueblo acudieron a la capilla para agradecer a su Patrona.
“Itatí” significa en lengua guaraní: “punta de piedra”. Según la tradición, la imagen fue encontrada sobre una piedra en el curso del río Paraná. Los religiosos franciscanos, que estaban desde 1528, la trasladaron a la capilla de la nueva población que pasó a llamarse: "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí".
En esta representación de la Madre de Dios de un metro con veintiséis centímetros de altura, tallada en madera de timbó con el rostro de nogal, la Virgen se ve con las manos juntas a la altura del pecho rezando por aquellos que Jesús en la cruz le dio como hijos. El azul y blanco de su manto, con el dorado de la corana y los bordes del vestido, son los colores de la bandera argentina.
Dice Papa Francisco: “María nos ha abierto, nos ha hecho entrar en su casa, en su santuario y nos muestra a su Hijo. Ahora ella nos pide: «Hagan todo lo que él les diga» (Jn 2,5). Sí, Madre, nos comprometemos a hacer lo que Jesús nos diga. Y lo haremos con esperanza, confiados en las sorpresas de Dios y llenos de alegría”.
(RV).- (Audio)


Los peregrinos llegan de todas partes para agradecer y rogar tantos milagros por la intercesión de la Madre por sus hijos ante el Dios altísimo. La gente humilde agradece y pide las cosas esenciales como la salud, el pan, el trabajo, una casa, el amor y la unidad de la familia.
Uno de los milagros más notables de esta advocación ocurrió en 1748: Un gran malón se lanzó para saquear y destruir el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Se retiraron despavoridos ante semejante protección y los habitantes del pueblo acudieron a la capilla para agradecer a su Patrona.
“Itatí” significa en lengua guaraní: “punta de piedra”. Según la tradición, la imagen fue encontrada sobre una piedra en el curso del río Paraná. Los religiosos franciscanos, que estaban desde 1528, la trasladaron a la capilla de la nueva población que pasó a llamarse: "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí".
En esta representación de la Madre de Dios de un metro con veintiséis centímetros de altura, tallada en madera de timbó con el rostro de nogal, la Virgen se ve con las manos juntas a la altura del pecho rezando por aquellos que Jesús en la cruz le dio como hijos. El azul y blanco de su manto, con el dorado de la corana y los bordes del vestido, son los colores de la bandera argentina.
Dice Papa Francisco: “María nos ha abierto, nos ha hecho entrar en su casa, en su santuario y nos muestra a su Hijo. Ahora ella nos pide: «Hagan todo lo que él les diga» (Jn 2,5). Sí, Madre, nos comprometemos a hacer lo que Jesús nos diga. Y lo haremos con esperanza, confiados en las sorpresas de Dios y llenos de alegría”.
Purgatorio...
Matar el error, amar al que yerra
El Purgatorio existe.
Los hermanos protestantes niegan el Purgatorio, y para ello suprimen de la Sagrada Escritura el libro de los Macabeos, donde se habla claramente de ofrendar por los difuntos para librarlos de sus pecados.
Pero también dentro de la misma Iglesia Católica no pocas veces están también los herejes, incluso sacerdotes, que niegan la existencia del Purgatorio. O si no lo niegan con las palabras, al menos lo niegan con las obras, porque jamás ofrecen Misas y sufragios por las almas que allí padecen, y desalientan a los fieles que quisieran ofrecerles esas ayudas.
Son verdaderos lobos rapaces disfrazados de ovejas, porque quien niega aunque sea sólo una verdad de fe, ya no es católico, y la existencia del Purgatorio es verdad de fe.
Así que no nos dejemos engañar por los de afuera o los de adentro que niegan el Purgatorio, porque sería seguir a Satanás, maestro del error, él mismo es el Error, y quiere inducir al mayor número de personas a la herejía y al error.
Tengamos en cuenta que el demonio, como buen ladrón y falsificador, no tratará de falsificar las monedas de poco valor, sino el oro y la plata. Por eso querrá quitar o falsificar la devoción a las Benditas Almas, e impedir que por ellas se ofrezcan Misas, oraciones, sacrificios y limosnas, pues él bien sabe que quien se dedica a aliviar a las almas que sufren en el Purgatorio, son presas perdidas para su avidez de demonio.
Nosotros, en cambio, que nos decimos católicos de verdad, creamos firmemente en el Purgatorio y en los tremendos sufrimientos que allí se padecen, porque si no lo creemos así, desengañémonos, pues no somos católicos.
martes, 8 de julio de 2014
Oración...
PON TUS MANOS SOBRE MÍ
Pon tus manos sobre mí, Jesús,
tus manos humanas,
curtidas y traspasadas:
comunícame tu fuerza y energía,
tu anhelo y tu ternura,
tu capacidad de servicio y entrega.
Pon tus manos sobre mí, Jesús,
y abre en mi ser y vida
surcos claros y ventanas ciertas
para el Espíritu que vivifica:
líbrame del miedo y de la tristeza,
de la mediocridad y de la pereza.
Pon tus manos sobre las mías, Jesús,
que están sucias y perdidas;
dales ese toque de gracia que necesitan:
traspásalas, aunque se resistan,
hasta que sepan dar y gastarse
y hacerse reflejo claro de las tuyas.
Déjame poner mis manos en la tuyas
y sentir que somos hermanos,
con heridas y llagas vivas
y con manos libres,
fuertes y tiernas,
que abrazan. Amén.
Pon tus manos sobre mí, Jesús,
tus manos humanas,
curtidas y traspasadas:
comunícame tu fuerza y energía,
tu anhelo y tu ternura,
tu capacidad de servicio y entrega.
Pon tus manos sobre mí, Jesús,
y abre en mi ser y vida
surcos claros y ventanas ciertas
para el Espíritu que vivifica:
líbrame del miedo y de la tristeza,
de la mediocridad y de la pereza.
Pon tus manos sobre las mías, Jesús,
que están sucias y perdidas;
dales ese toque de gracia que necesitan:
traspásalas, aunque se resistan,
hasta que sepan dar y gastarse
y hacerse reflejo claro de las tuyas.
Déjame poner mis manos en la tuyas
y sentir que somos hermanos,
con heridas y llagas vivas
y con manos libres,
fuertes y tiernas,
que abrazan. Amén.
lunes, 7 de julio de 2014
Mensaje espiritual...
Mensaje espiritual
Dios es bueno.
Nunca meditaremos lo suficiente en esta
verdad de que Dios es bueno. Porque a veces, incluso en la Sagrada Escritura,
vemos como un rostro desfigurado de Dios, como alguien que castiga. Y no pocas
veces podemos atribuir a Dios todas nuestras desgracias y las desgracias de
quienes amamos. Pero hay que saber que el mal, de cualquier naturaleza que sea,
nunca, jamás puede venir de Dios, porque el mal es una imperfección, y de Dios
no sale nada imperfecto ni hay nada que sea imperfecto.
Entonces ¿de dónde sale tanto mal que hay
en el mundo y en nuestras vidas? La fuente de todo mal es Satanás y sus
demonios. Es el pecado y todas sus consecuencias. Porque por el pecado vienen
todas las desgracias y adversidades.
Entonces cuando veamos que alguien sufre,
pensemos que sufre por causa del pecado, suyo o de otros, y por obra de los
demonios, y acertaremos.
El mismo diluvio universal no fue enviado
por Dios, sino causado por el demonio y los pecados de los hombres. Porque Dios
no puede hacer positivamente el mal, sino que Él a veces lo permite como castigo
misericordioso para que entremos en razón y, al menos en medio del sufrimiento,
levantemos los ojos al Cielo y pidamos misericordia.
Dios es bueno, y por eso Jesús en el
Evangelio nos dice que nadie conoce al Hijo sino el Padre, y que nadie conoce al
Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar. Pues bien, el
Señor nos está revelando que el Padre es bueno, que no nos hace el mal, sino que
todos los males del mundo vienen de otra fuente muy distinta.
Entonces, ¡qué grande debe ser nuestra
confianza y amor al Padre eterno, sabiendo que Él quiere y busca sólo nuestro
bien!
Pero tenemos que rezar mucho, para no ser
vencidos por la prueba, y para que Dios no permita ciertas cosas y desgracias
que nos dejarían abatidos. Por ello es que la oración es tan importante,
porque Dios quiere ayudarnos, pero ha condicionado mucho su ayuda a que nosotros
se la pidamos. Si no le rogamos a Dios, entonces el mal y el Maligno nos
estropearán los mejores planes, y al final terminaremos en un rotundo fracaso:
el infierno eterno.
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