domingo, 19 de octubre de 2014
sábado, 18 de octubre de 2014
lunes, 6 de octubre de 2014
Reflexión...
Reflexión mariana
Necesidad de una Madre.
Todos los hombres tenemos necesidad de una madre, porque Dios nos ha creado así, para que dependamos en todo de nuestra mamá, y así por ese motivo nos ha dado una Madre, la Santísima Virgen, que cuida de todos nosotros, y que suple a la madre natural en caso de que ésta ya no esté física, moral o espiritualmente junto a nosotros.
La Virgen es la Madre de todos los hombres, y Dios ha querido que ninguno de los seres humanos se sienta huérfano, porque hay un Padre en el Cielo, y una Madre también en el Cielo y en la Tierra, María Santísima, que vela por todos y que espera el momento oportuno para colmar de bienes y gracias a sus hijos queridos.
Seamos buenos hijos para con la mejor de las madres, ya que la Virgen sabe agradecer con generosidad sin medida a quien la ama y le regala pequeños o grandes obsequios espirituales.
Hagamos todo por amor a María, y entonces haremos todo por amor a Dios, y sabemos que ésa es la perfección, pues no interesa tanto el hacer obras grandiosas o estrepitosas, sino más bien que, hagamos lo que hagamos, aunque sean cosas pequeñas e insignificantes, las hagamos por amor
domingo, 5 de octubre de 2014
La tentación...
La tentación
La tentación no es pecado. Es pecado ceder a ella.
La tentación viene de alguno de los tres enemigos que tiene el cristiano, que son: el mundo, el demonio y la carne.
El mundo con sus modas indecentes y con todo el ambiente de corrupción y de pecado, quiere llevarnos a cometer el pecado.
El demonio, el primer pecador, quiere que pequemos para alejarnos de Dios y llevarnos con él a su Infierno para atormentarnos allí por los siglos de los siglos, en venganza contra Dios.
Y la carne son nuestras malas inclinaciones y pasiones que no se quieren someter a la razón, y con sus deseos nos llevan a pecar.
Tenemos que resistir la tentación, venga de donde venga, ya sea de uno de estos enemigos o de varios a la vez.
Dios permite la tentación para que, combatiéndola, ganemos méritos para el Cielo y aprendamos a pelear, ya que nadie es buen soldado hasta que no entra en combate contra el enemigo, y la tentación nos da la oportunidad de ejercitarnos en la lucha.
Dios da su ayuda para vencer la tentación, pero es necesario que le pidamos esa ayuda a través de la oración.
Nadie es tentado más allá de sus fuerzas, porque Dios no lo permitiría. Así que no podemos culpar a Dios de nuestras caídas, ni al demonio, ni al mundo ni a la carne, sino que en definitiva es nuestra responsabilidad, porque si la tentación es de 10, Dios da 10 e incluso más para resistirla.
Muchas veces queremos ceder a la tentación, porque nos gusta hacer aquello que sabemos que está mal.
La tentación, al ser rechazada por nosotros, nos da una alegría espiritual. Y si en cambio caemos en pecado, eso nos produce tristeza.
Mientras vivimos en este cuerpo mortal, los hombres somos tentados. Y en el momento de la muerte la tentación suele hacerse más violenta, pues el demonio se juega todo en la última oportunidad que se le concede para perdernos.
No debemos buscar las tentaciones, porque el solo hecho de ponernos en peligro de pecado grave, ya es pecado, porque como dice la Escritura: Quien ama el peligro, perecerá en él.
Jesús también fue tentado y con su ejemplo nos enseñó cómo se debe comportar uno frente a la tentación.
sábado, 4 de octubre de 2014
Divina Misericordia...
Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska,
"La Divina Misericordia en mi alma", con comentario
Intimidad.
581 Muchas mas cosas te diré cuando hables Conmigo en lo profundo de tu corazón; allí nadie puede impedir Mi actuar, es allí donde descanso como en un jardín cerrado.
Comentario:
Si bien el director espiritual o los superiores pueden conocer a las almas, en realidad éstas están en lo íntimo de su corazón con el Esposo divino, que es el único que las conoce a fondo, y es en la intimidad que el Señor se manifiesta a las almas.
Quizás muchas veces nos sucederá que no somos comprendidos ni siquiera por nuestro director o superior, e incluso ni siquiera tampoco por algún amigo. Y esto lo permite Jesús para que nos unamos más estrechamente a Él, que es el único que comprende cada acción, cada movimiento de nuestro corazón, por pequeño que sea, y así nos refugiemos en su pecho para ser comprendidos y consolados como sólo el Señor sabe hacerlo con nosotros.
Dios nos ama infinitamente y es muy celoso de nosotros, y es por eso que Él quiere tener la llave de nuestro corazón. No demoremos en entregarle esa llave a Jesús, que es el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir, como bien lo dice el libro del Apocalipsis.
Jesús, en Vos confío.
domingo, 28 de septiembre de 2014
Evangelizar...
Quienes nos rodean.
A veces quisiéramos ir a evangelizar a tierra de misión como por ejemplo la China o el África, y no caemos en la cuenta de que alrededor nuestro hay personas que no conocen el Evangelio, o lo conocen mal.
También nos puede pasar que tenemos muchos amigos y conocidos en las redes sociales y en los contactos del celular, pero nos olvidamos de las personas cercanas, de carne y hueso, que están a nuestro lado o que son vecinos, y a los cuales no prestamos atención ni los socorremos si están en necesidad.
Hagamos un momento de reflexión y pensemos si no estamos excesivamente “metidos” en el mundo virtual, descuidando la caridad y misericordia para quienes sufren a nuestro alrededor.
Porque en definitiva Dios nos ha colocado en un lugar determinado en el planeta, y quiere que allí nos santifiquemos, con las personas que nos rodean, y la realidad que debemos vivir.
¿Qué diríamos de uno que se preocupe de hacer apostolado con los lejanos, pero que no lo hiciera con los más cercanos, los más prójimos? Diríamos que ese tal está muy equivocado, porque como bien dice el dicho popular: “La caridad bien entendida empieza por casa”. Es decir que hay que comenzar a evangelizar por el propio hogar, el barrio, la ciudad, el país y el mundo, en ese orden.
También es hora de que dejemos de mirar a cada momento nuestro celular o tablet, y veamos quiénes están a nuestro lado, qué necesitan de nosotros, para socorrerlos y practicar la caridad y la misericordia con ellos, con el consiguiente bien para nosotros y para nuestro entorno real.
miércoles, 27 de agosto de 2014
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