lunes, 2 de noviembre de 2015

Palabras...

Dos palabras.

Dice María: 
Ningún hecho puede acaecer si Dios no lo permite. Por lo cual, ya tengas poder, ya seas súbdito, será porque Dios lo ha permitido. Preocúpate, pues, ¡oh tú que tienes poder!, de no hacer de este poder tuyo tu mal. En cualquier caso sería "tu mal", aunque en principio pareciese que lo fuera de otros. En efecto, Dios permite, pero no sin medida; y, si sobrepasas el punto señalado, asesta el golpe y te hace pedazos. Preocúpate, pues, tú que eres súbdito, de hacer de esta condición tuya una calamita para atraer hacia ti la celeste protección. No maldigas nunca. Deja que Dios se ocupe de ello. A Él, Señor de todos, le corresponde bendecir o maldecir a los seres que ha creado.
Dice Jesús: 
Para ser grandes en mi Reino hay que hacerse "pequeños". Quien quiera ser "grande" a los ojos del mundo no es apto para reinar en mi Reino; paja es para el lecho de los demonios. Porque la grandeza del mundo está en antítesis con la Ley de Dios. 
El mundo llama "grandes" a quienes — con medios casi siempre ilícitos — saben conseguir los mejores puestos y, para hacerlo, hacen del prójimo escabel, y ponen su pie encima y lo aplastan; llama "grandes" a los que saben matar para reinar — matar moral o materialmente — y arrebatan puestos o se enseñorean de las naciones y se enriquecen desangrando a los demás, arrebatándoles la riqueza individual o colectiva. El mundo llama frecuentemente "grandes" a los delincuentes. No. La "grandeza" no está en la delincuencia, está en la bondad, la honradez, el amor, la justicia. ¡Observad qué venenosos frutos — recogidos en su malvado, demoníaco jardín interior — vuestros "grandes" os ofrecen!
(De "El Evangelio como me ha sido revelado" - María Valtorta)


domingo, 1 de noviembre de 2015

Angelus Domini 2015.11.01

Obras...

Mensaje sobre el apostolado

Obrar por amor.
En el apostolado podemos hacer mucho o poco, pero ante Dios no tendrá tanto valor la cantidad sino más bien el amor que pongamos en llevarlo a cabo. Porque para Dios no hay obras grandes ni pequeñas, sino más bien hay obras hechas con más o menos amor.
Por eso no nos desanimemos si tenemos pocas oportunidades de hacer apostolado, sino que las veces que lo podamos hacer, hagámoslo con mucho amor a Dios y a las almas. Y si tenemos entre manos una gran obra apostólica, tampoco nos ensoberbezcamos, porque quizás no la estamos haciendo con el amor suficiente que quiere el Señor.
Así que recordemos que las cosas más pequeñas, si las hacemos con amor, tienen un gran valor para Dios, y para nuestra gloria, porque Dios ve el corazón y ve el amor con que actuamos.
Recordemos una frase de San Juan Bosco que nos viene muy bien para entender un poco que lo que importa es que hagamos lo que tenemos que hacer, lo que es la voluntad de Dios, sea poco o sea mucho, y hacerlo con amor. Ésta es la frase del santo: “Hace mucho el que hace poco, pero hace lo que debe. No hace nada el que hace mucho, pero no hace lo que debe hacer.”
A lo que habría que agregarle el que hay que hacerlo todo por amor.


sábado, 31 de octubre de 2015

Mensaje...

Mensaje de María del Rosario de San Nicolás con comentario

El don de la inteligencia.
26-9-84 300
Siento pena de verdad, al ver que algunos no aprovechan la inteligencia que da el Señor, tampoco lo reconocen a Él. 
Digo a mis hijos: Su Palabra es como el agua que corre, regando toda planta que halle en su camino, porque en ella vivirá, dejaos vosotros regar por Ella y viviréis en el Señor. 
Amén. Amén.
Comentario:
Parece mentira pero muchas veces se da que entre los más inteligentes y sabios, hay a veces quienes rechazan y niegan al Señor. Sucedió con Luzbel, que era el ángel más perfecto e inteligente. Sucedió con Judas, que era culto y formado. Y sucede ahora mismo con muchos científicos y sabios que, en lugar de dejarse guiar por la Sabiduría de Dios, niegan a Dios y niegan la Verdad.
Que no nos suceda esto a nosotros, sino más bien, como la Virgen, seamos humildes y sencillos, y si tenemos una poderosa inteligencia, usémosla para el bien, para hablar de Dios a las multitudes, para dar gracias al Señor que nos ha dado esta gracia, que a veces se convierte en una espada de doble filo, pues la inteligencia mal usada nos puede llevar a la soberbia y a la negación de Dios.
Con razón la Virgen está apenada, como lo comunica en este mensaje, ya que ve que muchos de sus hijos más dotados de inteligencia, son los que más alejados están del Señor, y alejan también a muchas almas.
María del Rosario de San Nicolás, ruega por nosotros.


viernes, 30 de octubre de 2015

Alimento Eucarístico...


Partículas de Evangelio

Alimento eucarístico.
Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: “Tomen, coman, éste es mi cuerpo.” Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: “Beban de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. Y les digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con ustedes, nuevo, en el Reino de mi Padre.” (Mt 26, 26-29).
Comentario:
Todos debemos beber de la sangre de Cristo y comer su cuerpo resucitado para tener vida en nosotros, pues de lo contrario estaremos muertos para el Cielo.
Por eso la santa madre Iglesia nos manda confesar y comulgar al menos una vez al año, de ser posible en el tiempo pascual.
¡Y nosotros, que por tan poca cosa dejamos de ir a Misa entre semana, y dejamos de recibir la Eucaristía, que tanto le ha costado a Cristo, pues es Él mismo hecho Víctima!
Pero es que a veces hasta dejamos de ir a Misa los domingos, días en los que no podemos faltar sin motivo grave.
Pensemos un poco lo que le hemos costado al Señor, y no dejemos que pasen los días, uno tras otro, sin acercarnos a la mesa del Señor, a la Comunión, de ser posible diaria, porque allí es donde está la fuerza para poder resistir a tantas cosas que nos van sucediendo en la vida de cada día.
Si no comulgamos frecuentemente, no nos extrañemos que poco a poco nos vayamos entibiando y enfriando en el fervor, hasta que, cuando menos nos descuidemos, estemos transitando por el camino en pendiente de los pecados, cada vez más graves.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

jueves, 29 de octubre de 2015

Alimento...

Rayos de Fe

Alimento de la fe.
El alimento de la fe es la Palabra de Dios. Pero también el alimento de la fe es la Eucaristía, pues si no comulgamos de manera frecuente, es lógico que nos vayamos enfriando en la fe.
Efectivamente quien pierde la fe, no lo hace de un momento a otro, sino que ha habido un proceso gradual, que las más de las veces ha comenzado con un paulatino alejamiento de la Mesa eucarística. Se ha dejado la Comunión, y por eso poco a poco se ha entibiado el alma, hasta enfriarse del todo, y caer luego en pecados cada vez más graves.
Es necesario que nos despertemos de este sueño en que nos tiene adormecidos el demonio, y que volvamos a frecuentar la Comunión diaria, porque así como el cuerpo vive gracias al alimento material; también el alma, es decir la gracia de Dios en el alma, la vida de Dios en ella, vive gracias a la Eucaristía. Porque en la Eucaristía están concentrados todos los bienes, ya que es el mismo Bien, pues es Dios mismo quien viene a nosotros en la Comunión.
Volvamos a nuestro primitivo fervor, yendo todos los días a Misa, a recibir a Jesús Sacramentado, porque los tiempos son cada vez más difíciles, y como lo vio en sueños San Juan Bosco, los dos pilares fundamentales en la vida espiritual de un cristiano que debe combatir contra el mundo, el demonio y la carne, son la devoción a la Virgen y la Comunión frecuente.
Aprovechemos que el Señor se sigue ofreciendo en nuestros altares, para bien nuestro y de muchos, porque necesitamos cada vez más la fe, necesitamos robustecerla, pero por nosotros mismos somos medio impotentes para hacerlo, entonces necesitamos que sea el mismo Jesús resucitado y eucarístico quien nos encienda la fe debilitada o perdida.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Catecismo...

CATECISMO PARA NIÑOS

Poner límites.
Si dejamos a los niños que hagan lo que quieran y no les ponemos límites, estamos fomentando el capricho y haciendo que cuando crezcan los pequeños, tengan serias dificultades, porque en la vida hay que saber renunciar a muchas cosas y es necesario el espíritu de sacrificio en todo, incluso en el matrimonio y en formar una familia.
También debemos cuidar que los niños no sean golosos, porque la droga es un pecado de gula, y quien desde pequeño tuvo todos los gustos, y fue goloso, de grande puede caer también en el vicio de la droga, porque nunca supo dominarse y renunciar a un gusto.
Nadie dice que la tarea de los padres sea fácil, pero ¡qué importante es! ¡Qué importante que ellos no deleguen su misión a otros!
Hay que tratar todo lo posible, que los niños estén con la madre y con el padre, pero especialmente con la madre.
Hoy las mujeres creen haber conquistado mucho al salir a trabajar afuera y dejar a los niños bajo el cuidado de una niñera. Pero más allá de que habrá algún caso en que esto sea necesario, por el sustento; también hay que darse cuenta de que ésta es una trampa del Maligno, que sabe las ventajas que trae aparejadas el que la mujer se quede en el hogar cumpliendo su rol de madre y ama de casa.
Estas cosas que el mundo moderno no quiere oír, y que algunas personas, quizás “feministas” se quieran desgarrar las vestiduras al oírlas, son una gran verdad que hay que decir, aunque a muchos no les guste, porque el mundo se quiebra en ruinas porque la familia está en desmembrada, y en ella la mujer, que es la reina del hogar, está volcada hacia afuera, y los hijos vagan de una parte a otra, sin contención ni amor.