sábado, 16 de septiembre de 2017

Café de la noche...


Silencio...

Vivir católico

Silencio.
El silencio es muy necesario para la vida espiritual, porque en el silencio nos habla Dios, y en el silencio podemos tomar las importantes decisiones de la vida.
Busquemos el silencio para hablar con Dios y para meditar las verdades eternas, para hacer la lectura espiritual, para rezar, porque en el ruido es más difícil escuchar a Dios.
También debemos guardar silencio nosotros, con los demás, porque un alma parlanchina jamás llegará a ser santa.
No sigamos a este mundo que está invadido por el ruido y la disipación, sino busquemos en nuestra casa un lugar tranquilo para hacer oración, para hablar con Dios y con María.
Acostumbrémonos también a guardar silencio interior, porque a veces suele suceder que hay silencio en el exterior, pero nuestros pensamientos están llenos de ruidos y de divagaciones, y así no tenemos silencio interior. Hay que saber hacer callar a nuestra mente y esto lo lograremos si nos habituamos a la oración, especialmente al Santo Rosario.
Que cada palabra que salga de nuestros labios esté acompañada de un profundo silencio antes y después de pronunciarla, porque palabra que sale no vuelve, y a veces podemos cometer muchos pecados con la lengua y el hablar de más.
Hoy a veces se hace difícil encontrar un lugar apropiado para estar un momento en silencio, porque Satanás ha logrado con los medios modernos de comunicación, hacer mucho ruido en el mundo y en nuestra alma. Pero si nos proponemos guardar silencio, encontraremos el momento y el lugar apropiados, porque el que busca, encuentra.
Imitemos a Jesús que guardó silencio ante Herodes y ante Pilato, y también nosotros guardemos silencio ante las acusaciones y ofensas, sin devolver palabra dura por ofensa. Y aunque esto nos cueste mucho, agradaremos sobremanera a Jesús, que verá en nosotros a sus fieles hijos e imitadores.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Dolores...


PROMESAS DE LA VIRGEN A LOS DEVOTOS DE SUS DOLORES
Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que la honran diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con siete Avemarías. Santa Brígida.
1º. Pondré paz en sus familias.
2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios.
3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5º. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6º. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7º. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Fair Lady...


Sto Evangelio...

JA
JMJ
Pax
El hijo del hombre tiene que ser levantado
+ Lectura del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo:
"Nadie ha subido al cielo, a no ser el que vino de allí, es decir, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.