viernes, 5 de enero de 2018

Propósitos...

DOCE PROPÓSITOS
Mi Señor Jesucristo: Deseo regalarte estos 12 propósitos:

1. FE, para abandonarme plenamente en tí. "Si Dios no es tu fin, te encuentras como un hombre sin pies o como el que los tiene torcidos y no puede caminar. Si, además, ansías los bienes de este mundo, corres, sí, pero corres fuera del camino: tu marcha es más bien andar errante que caminar al fin." San Agustín. (In Ep. Io. 10, 1)
2. ESPERANZA, para nunca desfallecer en el camino. "Dirige, pues, tus aspiraciones al fin, dirígelas a Cristo; todo cuanto hagas, refiérelo a él, y cuando en él descanses, no quieras tener más anhelos. Pon en Cristo tu mirada, para que no te detengas en el camino y llegues al fin." San Agustín.

3. CARIDAD, para endulzar la vida. "La caridad es la que nos da paciencia en las aflicciones, moderación en la prosperidad, valor en las adversidades, alegría en las obras buenas; ella nos ofrece un asilo seguro en las tentaciones, da generosamente hospitalidad a los desvalidos, alegra el corazón cuando encuentra verdaderos hermanos ...." San Agustín (Serm 350, 2-3)

4. HUMILDAD y SENCILLEZ, para servirte con el corazón. "No te dejes engañar por la soberbia, al ver que es abundante en obras; ten presente que hace algunas muy semejantes o casi iguales a las inspiradas por la caridad. La caridad da de comer al hambriento, y también lo hace la soberbia; pero la caridad lo hace para que el Señor sea glorificado y la soberbia para ser ella alabada." San Agustín.  ( In Ep, Io,8,9)

"Tu enemigo es tu propio deseo: eres tentado, cuando eres atraído y halagado por tu propio deseo;.." San Agustín. Serm 57, 9.

5. BONDAD, para ser como Tú eres. "Ten entrañas de misericordia, abraza la bondad, a fin de revestirte de Cristo; porque en la medida que practicas la bondad te revistes de Cristo y por la semejanza con Cristo te hace semejante a Dios." San Gregorio Niseno. (D. 1 en Gn 1, 26)

6. SERVICIO, para usar al máximo los dones que me has dado. "Entra pues, dentro de tí mismo, y en todo lo que hagas ten presente que Dios es testigo" San Agustín.

7. SERENIDAD, para tener el tesoro de la paz interior. "Tu barca se agita y amenaza naufragio, porque Cristo duerme dentro de tí. Cuando en el mar de este mundo descubres que los buenos son perseguidos y los malos triunfan, surge la tentación , se encrespan las olas. Tu alma dice: Despierta a Jesús en ti y dile de corazón: ¡Maestro, que perezco! Me aterran los peligros del mundo; ¡estoy perdido! Entonces él despertará, y volverá la fe a tu corazón" San Agustín. (In Ps 25, 4)

8. SABIDURÍA, para actuar como tú quieres. " Entra en tí mismo y deja atrás el ruido y la confusión. Mira dentro de tí. Mira a ver si hay algún delicioso lugar escondido en tu conciencia donde puedas estar libre del ruido y de la discusión. Donde no hay necesidad de continuar tu disputa y hacer proyectos para seguir adelante en tu camino. Escucha la palabra con calma para entenderla." San Agustín. (Sermones 52, 22)

9. AMOR, para sentirte a mi lado. " Donde está el amor, ¿qué puede faltar? Y si el amor no está ¿qué puede valer?" San Agustín. (In Io. 83,3)

"Quita la fe, y desaparece lo que crees; quita la caridad, y desaparece lo que haces. A la primera pertenece lo que crees; a la segunda pertenece lo que obras. Te diré, en conclusión, que la única fe purificadora es la que obra por amor" San Agustín. (Serm. 53,2)

10. PERSEVERANCIA, para cuidar los detalles que te agradan. "¿Quieres ser grande? Comienza por lo más pequeño. Cuanto más alto sea el edificio que se desea levantar tanto más profundos se cavan los cimientos. La construcción de un edificio continuamente va subiendo; en cambio, el que abre las zanjas va bajando. Por consiguiente, todo edificio, antes de alcanzar su altura, debe descender, y el remate se yergue después de haber descendido." San Agustín. (Ser. 69,2)

11.SALUD, para aprovechar la vida que me has prestado. " Tarde te amé, Belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Me has llamado y tu grito rompió mi sordera. Resplandeciste y has disipado mi ceguera. Exhalaste tu perfume, lo respiré y ahora te anhelo. Te he gustado y tengo hambre y sed de ti. Me tocaste y ardo de deseo por tu paz" . San Agustín. (Confesiones 10, 27)

12. OBEDIENCIA, para aceptar tu voluntad.

jueves, 4 de enero de 2018

Salmo...

Salmo 98(97),1.7-8.9.
Canten al Señor un canto nuevo, 
porque él hizo maravillas: 
su mano derecha y su santo brazo 
le obtuvieron la victoria.

Resuene el mar y todo lo que hay en él, 
el mundo y todos sus habitantes;
aplaudan las corrientes del océano, 
griten de gozo las montañas al unísono.

Griten de gozo delante del Señor, 
porque él viene a gobernar la tierra: 
él gobernará al mundo con justicia, 
y a los pueblos con rectitud.

miércoles, 3 de enero de 2018

Sto Evangelio...

Evangelio según San Juan 1,29-34.
Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo.
Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel".
Y Juan dio este testimonio: "He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: 'Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo'.
Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios". 

martes, 2 de enero de 2018

Kansas - Dust in the Wind (Official Video)

Mensajes...

Mensaje sobre la oración

Mensajes de María al Padre Gobbi, sobre el poder de la oración.
13-05-1982: "Si no se consigue aún resolver los más graves problemas para la Iglesia y para el mundo, a pesar de todos los medios humanos puestos en práctica, es señal de que debéis poner ya ahora toda vuestra confianza en la fuerza de la oración".
27-10-1988: "Orad siempre; orad más; orad con el Santo Rosario.
Con la oración podéis alcanzar todo del Señor.
Con la oración hecha Conmigo, vuestra Madre Celeste, podéis obtener el gran don del cambio de los corazones y de la conversión.
Cada día, con la oración, podéis alejar de vosotros y de vuestra Patria muchos peligros y muchos males".
Comentario:
Ya no hay tiempo para encuentros y proyectos, sino que estos son tiempos de emergencia, en que hay que empuñar las armas de la oración, porque con la oración podemos obtener todo de Dios, podemos aplazar los castigos tantas veces decretados por el Señor, y podemos hacer florecer sobre el mundo el tiempo de la Misericordia.
No perdamos tiempo en frivolidades y pasatiempos inútiles, sino tomemos el Rosario en nuestras manos y comencemos a rezar más, porque de nuestra oración depende no sólo nuestro destino temporal y eterno, sino también el destino de muchísimas almas.
Ya la Virgen en Fátima dijo a los pastorcitos que muchas almas iban al Infierno porque no había nadie que se sacrificara y rezara por ellas. Entonces es tiempo de tomarnos en serio este lamento de la Virgen, y comenzar una vida seria de oración y penitencia.
Hagamos oración con lo que más nos mueva. Si nos cansamos de rezar el Rosario, recemos la Coronilla de la Misericordia, o el Vía Crucis, u otras oraciones que más nos gusten y nos sean más fáciles, o simplemente hablemos con Dios y con la Virgen, diciéndoles que los amamos, o repitamos una y mil veces el acto de amor: JESÚS, MARÍA OS AMO, SALVAD LAS ALMAS, por el que Jesús ha prometido que cada vez que se dice, se salva el alma de un pecador y se repara por mil blasfemias.
Dios nos da muchos medios para rezar. Si no empleamos ninguno, entonces es señal de que estamos atrapados por el Maligno, que si no nos tiene del todo atrapados, muy pronto nos tendrá, porque quien no reza algo, antes o después terminará en manos de Satanás.

lunes, 1 de enero de 2018

Libro...

El libro de tu vida

librosHoy cierras un volumen más del libro de tu vida, pues acaba el año. Cuando comenzaste este libro todo era tuyo, te lo puso Dios en las manos, podías hacer de él lo que quisieras: un poema, una pesadilla, una blasfemia, un sistema, una oración... Podías... Hoy ya no puedes; no es tuyo, ya lo has escrito, ahora es de Dios. Te lo va a leer Dios el mismo día en que mueras con todos sus detalles. Ya no puedes corregirlo. Ha pasado al dominio de la eternidad.
Piensa por unos momentos en esta última noche del año. Toma tu viejo libro y hojéalo despacio, deja pasar sus páginas por tus manos y por tu conciencia. Ten el gusto de verte a ti mismo. Lee todo. Repite aquellas páginas de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo.
No te olvides de que uno de tus mejores maestros eres tú mismo. Lee también aquellas páginas que quisieras no haber escrito nunca. No, no intentes arrancarlas. Es inútil, ten valor para leerlas. Son tuyas, no puedes arrancarlas; pero puedes anularlas cuando escribas tu siguiente libro. Si lo haces, Dios pasará éstas de corrido cuando lea tu próximo libro en el último día.
Lee tu libro viejo en la última noche del año. Hay en él trozos de ti mismo, es un drama apasionado en el que el primer personaje eres tú. Tú en la escena con Dios, con tu familia, con tu trabajo, con la sociedad. Tú lo has escrito con el instrumento asombroso de tu libre albedrío sobre la superficie inmensa y movediza del mundo. Es un libro misterioso que en su mayor parte, la más interesante, no pueden leerlo más que Dios y tú.
Si tienes ganas de besarlo, bésalo; si quieres llorar, llora; llora fuerte sobre tu libro viejo en esta última noche del año. Pero sobre todo, reza sobre tu libro viejo. Tómalo entre tus manos, levántalo hacia el cielo y dile a Dios solo dos cosas: ¡Gracias! y ¡Perdón!... Después dáselo a Cristo.
No importa cómo esté, aunque tenga páginas negras. Cristo sabe perdonar. Esta noche te ha de dar Dios otro libro completamente blanco y nuevo. Es todo tuyo. Vas a poder escribir en él lo que quieras.
Pon el nombre de Dios en la primera página. Después dile que no te deje escribirlo solo. Dile que te lleve siempre de la mano... y del corazón...

domingo, 31 de diciembre de 2017

Amor...

Amar a todos.

El Señor nos ha enseñado en su Evangelio que debemos amar a todos, comenzando por Dios, a quien debemos amar con todo nuestro ser y por encima de todas las cosas, y también amar a todo hombre en Dios.
Toda nuestra vida será una lucha entre el amar y el odiar, pues efectivamente, según vaya pasando el tiempo, nos vamos desencantando con los hombres, y no pocas veces, por el mal que recibimos, nuestra primera reacción es el odio. Y eso es justamente un triunfo para el Maligno, pues lo que el diablo quiere es que odiemos, que no amemos, y por eso siembra el mundo de lágrimas, pleitos, desgracias y males.
Nuestra perseverancia en amar y en no odiar, es lo que nos hará santos, al igual que el Santo de los santos, Jesucristo, que amó y perdonó incluso a sus enemigos y a quienes le daban muerte.
Debemos amar a todos, ya que amar es desear el bien, y nunca el mal.
Todos los esfuerzos del Infierno van dedicados a que, antes o después, odiemos en nuestra vida. Y si llegamos a odiar, entonces ese es un triunfo para el Mal.
En cambio, si aprendemos a perdonar, si vencemos el espíritu de odio y discordia que aflora en nosotros cuando somos ofendidos, con la ayuda de la gracia ciertamente, entonces ahí es donde hemos vencido, Dios ha vencido en nosotros, y el premio es muy grande.
Nunca odiemos. Nunca deseemos el mal a ninguno, porque al odiar, los primeros que nos hacemos daño somos nosotros mismos, excluyéndonos del Paraíso y de la comunión con Dios. Y si el odio es a muerte, entonces perdemos la gracia santificante, perdemos a Dios y el Cielo, y nos espera el infierno para siempre, que es reino de odio sin fin.
Es cierto que ante algunas actitudes de nuestros prójimos, nos surge casi instintivamente el deseo de venganza, o el hacer justicia y llegar a odiar. Pero no somos sólo humanos, sino que Dios nos ha conquistado y nos ha proveído de una fuerza muy grande que es la gracia, que es el Espíritu Santo, que nos ayuda a superar todo rencor y venganza.
No dejemos que el odio se anide en nosotros. Echémoslo por la ventana de nuestra alma, y ni siquiera demos lugar a la justa ira, porque si bien nuestra ira puede ser justa, quizás sea el puntapié inicial para hacernos iracundos y llenos de odio con nuestros hermanos.
Dios es Amor. Satanás es Odio. Si amamos, estamos con Dios y tendemos a Él. Si odiamos, estamos con el demonio, que nos tiene atrapados, y somos como demonios.
Toda la historia de la vida humana y de la Humanidad entera es este tire y afloje entre el amor y el odio.
No odiemos a nadie y por ningún motivo, y pidamos la ayuda a Dios para que nos enseñe a amar y a perdonar.