jueves, 16 de agosto de 2018

Reflexiones...

REFLEXIÓN DEL DÍA

Vivir en el mundo pero sin ser del mundo
Los tres enemigos del cristiano son: el mundo, el demonio y la carne. Esto ya casi no se dice en las clases de catecismo y así no se prepara a los catecúmenos para el combate que deberán enfrentar en esta vida. Y en este combate se juega nuestro destino eterno, pues depende de cómo lo enfrentemos y salgamos de él, y así será lo que nos corresponda: Cielo o Infierno. Y el mundo es uno de estos tres enemigos. El mundo no como la naturaleza creada por Dios, ya que este mundo es bueno, sino el mundo como estructura de pecado, como reino de Satanás, en que éste gobierna sin discusión y arrastra consigo a muchos incautos que se dejan arrastrar por este espíritu mundano.
El mundo tiene sus máximas, que son opuestas totalmente a las máximas y enseñanzas del Evangelio. El mundo dice que hay que gozarlo todo y escapar del sufrimiento. Jesús nos dice que renunciemos a nosotros mismos y lo sigamos llevando nuestra cruz.
Lamentablemente este espíritu mundano se ha introducido también en la Iglesia y muchos sacerdotes, religiosos y fieles viven un cristianismo de nombre pero son seguidores de este mundo pagano. Por eso nosotros debemos estar en guardia y leer siempre el Evangelio de Jesús para adecuar nuestra forma de pensar y conducirnos por dichas enseñanzas, tanto como a las enseñanzas del Papa, y, al igual que los primeros cristianos, tenemos que vivir en medio del mundo pero sin ser del mundo, sino de Cristo. El mundo es el que nos grita “baja de la cruz”. No le hagamos caso y sigamos sufriendo la cruz de cumplir los Diez Mandamientos que nos lleva a la salvación.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Perdón...

Tema de hoy

Dios perdona al que se arrepiente.
Dios es la misma Misericordia, y si pecamos y nos arrepentimos de corazón y le pedimos perdón, Él nos perdona; y no sólo nos perdona, sino que nos premia y nos da la forma de reparar el mal que hicimos. Por eso debemos confiar siempre en Dios, y si tenemos la desgracia de ofenderlo, no debemos desesperarnos ni tener miedo de Dios, sino acercarnos a Él con corazón contrito y humillado y pedirle humildemente perdón.
No hay que cometer el pecado; pero si lo hemos cometido, sepamos que ese mismo pecado nos ayudará a subir más alto, pues nos hará más humildes y conocedores de nuestra nada, y Dios ama mucho a los humildes y premia esta virtud. Ya lo dice Jesús en el Evangelio que quien se humilla será ensalzado, y el que se ensalza será humillado. Entonces, si un pecado que hemos cometido nos sirve para comprobar nuestra debilidad y nuestra miseria y hacernos más humildes, ¡bendito sea Dios, que de un mal sabe sacar un bien para su criatura!
Y es que la función de Dios es sacar un bien del mal realizado; así como la función de Satanás es sacar un mal del bien realizado.
Así que no nos desanimemos si hemos pecado, sino que con mucha humildad pidamos perdón a Dios, hagamos una buena y completa confesión con un sacerdote y sigamos adelante, sabiendo que donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia; y como dice la liturgia en Pascua: “¡Feliz culpa, que nos mereció tan gran Redentor!”. Así nosotros no nos desanimemos por nuestras caídas, sino levantémonos y sigamos adelante con paz en el alma y confianza en la Bondad infinita de Dios que siempre nos perdona.
¡Ave María purísima! 
¡Sin pecado concebida!

martes, 14 de agosto de 2018

Remedio...

Dios es bueno y nos ama

Remedio amargo.
A ninguno nos gustaba, de pequeños, tomar ningún remedio amargo. Y ahora, que somos pequeñuelos de Dios, también queremos sólo bebidas dulces, pero no remedios amargos.
Pero es que los remedios nos hacen bien cuando estamos enfermos. Y nosotros estamos muchas veces enfermos, no tanto en el cuerpo, sino en el alma, y es necesario que Dios de vez en cuando nos administre algún medicamento amargo, es decir, algún sufrimiento, o dolor.
Si Dios no haría esto con nosotros, entonces no adelantaríamos, porque el adelanto está en asimilar las cosas que nos van sucediendo cada día, buenas y malas, pensando que si Dios las quiso para nosotros, o que al menos las ha permitido, es siempre por un bien para nosotros.
Son las podas del Señor, como el mismo Cristo ha dicho en el Evangelio. Son las podas del Padre, que a veces parecen que hacen más daño que bien. Incluso quien ha paseado por algún viñedo en época de poda, cree que el viñador ha matado a la planta, de tanto como la ha podado. Pero que venga en tiempos de frutos y verá lo admirable de los frutos de esa vid.
También a veces el Señor permite algún dolor en nuestra vida que “nos mata” aparentemente. Pero esperemos que pase el tiempo, y veremos cómo da sus frutos. Y el sólo hacernos más misericordiosos, sabiendo compadecer a quienes pasan un dolor semejante al nuestro, ya es un buen fruto, porque no otra cosa ha hecho el Señor, que vino a padecer con los hombres para entender en carne propia lo que significa sufrir, y así ser compasivo.
¡Bendito sea Dios!

lunes, 13 de agosto de 2018

Mensajes...

Mensaje sobre la reparación

Mensajes de María del Rosario de San Nicolás:
Amor reparador.
24-9-88 1522
Veo a la Santísima Virgen, me dice: Cristo Jesús, Cordero sin tacha, Corazón Purísimo, Redentor del mundo, que lavó con Su Sangre, los pecados de los hombres. ¡Tanto Amor encierra Su Corazón y tanto dolor!
Amado sea por todas las almas, porque siendo amado, serán reparados los ultrajes que recibe.
Si es amado, Su Amor, descenderá copiosamente sobre las almas.
Gloria al Señor.
Hazlo conocer.
Comentario:
Los pecados hieren a Jesús. Y en el fondo de todo pecado está el odio. Por eso si queremos reparar tenemos que amar mucho al Señor, para equilibrar la balanza de la justicia, y que el platillo del amor a Dios, pese más que el del odio y del pecado.
A veces nos puede pasar que estamos tan ocupados en “cumplir” las cosas de Dios, que nos olvidamos de lo más importante que es amar a Dios, amar a Jesús.
Reavivemos cada día el fuego del amor a Dios y así repararemos por tantos pecados, que no son otra cosa que falta de amor al Señor.
Dice Jesús en el Evangelio que el que verdaderamente lo ama es aquél que cumple su palabra, es decir, los Mandamientos y las enseñanzas de Jesús. Entonces cumplamos los mandatos del Señor y así estaremos demostrándole nuestro amor. También digámosle muchas veces al día que lo amamos, porque Él quiere oírnoslo decir, puesto que Él es el Amor, y busca en nosotros, los hombres, sus criaturas, solo amor.
 
 

sábado, 11 de agosto de 2018

Desobediencia...

La desobediencia, señal satánica.

Hoy cada uno quiere regirse por sí mismo y pocos son los que toleran la autoridad y obedecen a sus superiores.
Pero debemos tener bien presente que la desobediencia es señal satánica, puesto que el primer desobediente fue Lucifer, que con su caída arrastró a una tercera parte de los ángeles, y ahora son demonios horripilantes congelados en el mal y fuentes de todo mal.
También muchas mujeres de hoy quieren desobedecer a Dios y a sus esposos, siendo que la Santísima Virgen, Modelo de toda mujer, obedeció a Dios y también a su esposo José, aunque María era superior a su esposo pues era la Madre de Dios. Sin embargo vemos que en la huida a Belén, el Ángel le dice a San José que tome al Niño y a su Madre y huya a Egipto. María obedeció a su esposo, y toda buena mujer debe obedecer a su esposo en todo lo que sea justo.
Pero hoy nadie quiere obedecer, y se toma el ser desobediente como una conquista de la libertad, de la autonomía.
Muchos rasgarán sus vestiduras al oír que la mujer debe obedecer a su esposo. Si la Santísima Virgen lo hizo, entonces toda mujer debe hacerlo, si es que quiere ser verdadera y perfecta mujer. Digan lo que digan las corrientes de pensamiento de moda, ésta es la realidad y el orden que Dios ha dado a la humanidad.
Esta sociedad tiene el distintivo satánico de la desobediencia, porque como no tolera autoridad, se rebela, al igual que el diablo, que no quiso someterse a la voluntad de Dios.
Ésta es la sana doctrina del Evangelio y de toda la Sagrada Escritura, y la Virgen, haciéndose obediente a Dios y a su esposo terreno, conquistó el lugar más alto del Cielo. Y Cristo, obedeciendo a su Padre del Cielo, a su Madre la Virgen, a su padre adoptivo San José, y hasta a los mismos verdugos que le maltrataban, recibió el Nombre que está sobre todo Nombre, y su trono está a la diestra de Dios Padre.
Vemos, entonces que la desobediencia es señal satánica, mientras que la obediencia es señal divina y nos obtiene el ser semejantes a Dios.
Miremos a cada uno a ver si es obediente o desobediente, y tendremos una noción de qué espíritu lo mueve.

viernes, 10 de agosto de 2018

Perseverar...

Perseverar es la contraseña

Voluntad firme.
21-6-84 182
Mensaje para los jóvenes: La juventud, la juventud toda necesita de nuestro Señor, necesita salvarse. Deben aprender a encaminar sus vidas.
Hijos míos: debéis vencer la inconstancia para dar paso a la perseverancia, a la fe en Dios. No la dejéis debilitar, sino que debéis aumentarla, confiad en El, dejad que penetre en vosotros su Palabra y descubriréis qué justo es el Señor.
Escuchadlo y abridle vuestro corazón.
Amén. Amén.
Dad a conocer.
Leed: Hebreos C. 12, V. 1-2-3
1 Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una verdadera nube de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba, en especial del pecado, que siempre nos asedia, y corramos resueltamente al combate que se nos presenta.
2 Fijemos la mirada en el iniciador y consumador de nuestra fe, en Jesús, el cual, en lugar del gozo que se le ofrecía, soportó la Cruz sin tener en cuenta la infamia, y ahora está sentado a la derecha del Trono de Dios.
3 Piensen en Aquél que sufrió semejante hostilidad por parte de los pecadores, y así no se dejarán abatir por el desaliento.
(Mensaje de María del Rosario de San Nicolás - Argentina)
Comentario:
Para perseverar en el bien hace falta, además de la ayuda de Dios, la firme voluntad del alma. Pero ¿podemos esperar que los jóvenes, y todos en general, tengan voluntad, cuando pasan horas y horas frente al televisor, que arruina la voluntad desde la infancia?
Todo lo que debilita la voluntad, hay que rechazarlo como demoníaco, pues es la voluntad la que peca, y la que se mantiene fiel. Si nos atacan la voluntad, entonces somos juguetes del demonio.
Pero la voluntad solamente no alcanza, sino que es necesaria la ayuda de Dios, que se obtiene por medio de la oración. Pero no rezaremos si no estamos convencidos de que la oración es hablar con Dios, que es un Padre que nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Si no conocemos a Dios, si la gente y los jóvenes no conocen a Dios, entonces no lo amarán, y por lo tanto no rezarán, y muy pronto estarán envueltos en pecados graves.
Así que de estas cosas se desprende que es muy necesario dar a la gente un conocimiento de Dios, pues incluso sacerdotes en las Misas dan una visión de Dios muy pobre, cuando no hereje. ¿Y así cómo se pretende perseverancia? ¿Cómo se quiere inducir a la gente a que rece, si se le ha presentado una caricatura de Dios y de la vida? Si no se les dice a los jóvenes y a todos los hombres que la vida es un combate continuo, una prueba en que está en juego el destino eterno del alma, y quizás las de muchas almas encomendadas, entonces es lógico que pocos sean los que perseveran.
Si ya no se habla del Infierno, y de que éste es eterno, ¿quién pondrá los medios para evitar ir allí?