¡Alégrate, el Señor está contigo!
Liturgia - Lecturas del día
| ||
Domingo, 3 de Junio de 2012
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Deuteronomio 4, 32-34. 39-40 / Romanos 8, 14-17
/ Mateo 28, 16-20
Salmo Responsorial, Sal 32, 4-6. 9. 18-20. 22
R/. "¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!"
Santoral:
San Carlos Lwanga , Beato Juan XXIII,
Santa Mariana de Jesús, San Kevin
y San Pablo Duong
LECTURAS DEL DOMINGO 3 DE JUNIO DE 2012
SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
El Señor es Dios -allá arriba, en el cielo,
y aquí abajo, en la tierra- y no hay otro
Lectura del libro del Deuteronomio
4, 32-34. 39-40
Moisés habló al pueblo diciendo:
Pregúntale al tiempo pasado, a los días que se han precedido desde que el Señor creó al hombre sobre la tierra, si de un extremo al otro del cielo sucedió alguna vez algo tan admirable o se oyó una cosa semejante.
¿Qué pueblo oyó la voz de Dios que hablaba desde el fuego, como la oíste tú, y pudo sobrevivir? ¿O qué dios intentó venir a tomar para sí una nación de en medio de otra, con milagros, signos y prodigios, combatiendo con mano poderosa y brazo fuerte, y realizando tremendas hazañas, como el Señor, tu Dios, lo hizo por ustedes en Egipto, delante de tus mismos ojos?
Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es Dios -allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra- y no hay otro.
Observa los preceptos y los mandamientos que hoy te prescribo. Así serás feliz, tú y tus hijos después de ti, y vivirás mucho tiempo en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 32, 4-6. 9. 18-20. 22
R. ¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!
La palabra del Señor es recta
y Él obra siempre con lealtad;
Él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor. R.
La palabra del Señor hizo el cielo,
y el aliento de su boca, los ejércitos celestiales;
porque Él lo dijo, y el mundo existió,
Él dio una orden, y todo subsiste. R.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.
Nuestra alma espera en el Señor:
Él es nuestra ayuda y nuestro escudo:
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti. R.
Ustedes han recibido el espíritu de hijos adoptivos,
que nos hace llamar a Dios «Abbá », «Padre»
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma
8, 14-17
Hermanos:
Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios «¡Abbá!», es decir «¡Padre!»
El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo, porque sufrimos con Él para ser glorificados con Él.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Bautizándolos en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo
a Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo
28, 16-20
Después de la resurrección del Señor, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de Él; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que Yo les he mandado. Y Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo».
Palabra del Señor.
|
domingo, 3 de junio de 2012
Liturgia - Lecturas del día...
sábado, 2 de junio de 2012
Liturgia - Lecturas del día...
Liturgia - Lecturas del día
Sábado, 2 de Junio de 2012
Dios puede preservarlos de toda caída
y hacerlos comparecer sin mancha
en la presencia de su gloria
Lectura de la carta de san Judas
17. 20b-25
Queridos hermanos:
Acuérdense de lo que predijeron los Apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
Edifíquense a sí mismos sobre el fundamento de su fe santísima, orando en el Espíritu Santo. Manténgase en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la Vida eterna.
Traten de convencer a los que tienen dudas, y sálvenlos librándolos del fuego. En cuanto a los demás, tengan pieda de ellos, pero con cuidado, aborreciendo hasta la tunica contaminada por su cuerpo.
A Aquél que puede preservarlos de toda caída y hacerlos comparecer sin mancha y con alegría en la presencia de su Gloria, al único Dios que es nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, el honor, la fuerza y el poder, desde antes de todos los tiempos, ahora y para siempre. Amén.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 62, 2-6
R. ¡Mi alma tien sed de ti, Señor!
Señor, Tú eres mi Dios,
yo te busco ardientemente;
mi alma tiene sed de ti,
por ti suspire mi carne como tierra sedientea, reseca y sin agua. R.
Si, yo te contemplé en el Santuario
para ver tu poder y tu Gloria.
Porque tu amor vale más que la vida,
mis labios te alabarán. R.
Así te bendeciré mientras viva
y alzaré mis manos en tu Nombre.
Mi alma quedará saciada como un manjar delicioso,
y mi boca te alabará con júbilo en los labios. R.
viernes, 1 de junio de 2012
Liturgia - Lecturas del día...
Liturgia - Lecturas del día
Viernes, 1° de Junio de 2012
Sean Buenos administradores
de la multiforme gracia de Dios
Lectura de la primera carta del
Apóstol san Pedro
4, 7-13
Queridos hermanos:
Ya de acerca el fin de todas las cosas: pore so, tengan la moderación y la sobriedad necesarias para poder orar. Sobre todo, ámense intensamente los unos a los otros, porque “el amor cubre todos los pecados”. Practiquen la hospitalidad, sin quejarse.
Pongan al servicio de los demás los dones que han recibido, como Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. El que ha recibido el don de la Palabra, que la enseñe como Palabra de Dios. El que ejerce un ministerio, que lo haga como quien recibe de Dios ese poder, para que Dios sea glorificado en todas las cosas, por Jesucristo. ¡A Él sea la Gloria y el poder, por los siglos de los siglos! Amén.
Queridos míos, no se extrañen de la violencia que se ha desatado contra ustedes para ponerlos a prueba, como si les sucediera algo extraordinacio. Alégrense en la medida en que puedan compartir los sufrimientos de Cristo. Así, cuando se manifieste su Gloria, ustedes también desbordarán de gozo y de alegría.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 95, 10-13
R. ¡El Señor viene a gobernar la tierra!
Digan entre las naciones: «¡El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud». R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra,
Resuene el mar y todo lo que hay en él;
Regocíjese el campo con todos sus frutos. R.
Griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor,
Porque él viene a gobernar la tierra. R.
Él gobernará al mundo con justicia,
Y a los pueblos con su verdad.
El Señor viene a gobernar la tierra. R.
EVANGELIO
Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones.
Tengan fe en Dios
a Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos
11, 11-25
Jesús llegó a Jerusalén y fue al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los Doce hacia Betania.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús sintió hambre. Al divisar de lejos una higuera cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había más que hojas, porque no era la época de los higos. Dirigiéndose a la higuera, le dijo: «Que nadie más coma de tus frutos». y sus discípulos lo oyeron.
Cuando llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el Templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en él. Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, y prohibió que transportaran cargas por el Templo. Y les enseñaba: «¿Acaso no está escrito: "Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones"? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones».
Cuando se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas, buscaban la forma de matarlo, porque le tenían miedo, ya que todo el pueblo estaba maravillado de su enseñanza.
Al caer la tarde, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar otra vez, vieron que la higuera se había secado de raíz. Pedro, acordándose, dijo a Jesús: «Maestro, la higuera que has maldecido se ha secado».
Jesús le respondió: «Tengan fe en Dios. Porque Yo les aseguro que si alguien dice a esta montaña: "Retírate de ahí y arrójate al mar", sin vacilar en su interior, sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá. Por eso les digo: Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán.
Y cuando ustedes se pongan de pie para orar, si tienen algo en contra de alguien, perdónenlo, y el Padre que está en el cielo les perdonará también sus faltas».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Sr Jesús...
Vía Crucis...
Promesa para librarnos del Purgatorio
PROMESAS para los devotos del Vía Crucis
1. Yo concederé todo cuanto se Me pidiere con fe, durante el Vía Crucis.
2. Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Vía Crucis.
3. Durante la vida, Yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
4. Aunque tuvieran más pecados que las hojas de la hierba que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Vía Crucis. (Nota: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
5. Los que acostumbran rezar el Vía Crucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el Cielo.
6. Después de la muerte, si estos devotos llegasen al Purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
7. Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Vía Crucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
8. A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar tranquilamente en Mis Brazos.
9. Si lo rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde Me complaceré en derramar Mi Gracia.
10. Fijaré la mirada de Mis Ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
11. Así como Yo fui clavado en la Cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que Me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
12. Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de Mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
13. En la hora de la muerte, Yo les consolaré con Mi presencia, e iremos juntos al Cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del Vía Crucis.
14. Para estos devotos del Vía Crucis, Mi Alma será un escudo de protección que siempre les prestará el auxilio cuando recurran a Mí.
jueves, 31 de mayo de 2012
Evangelio del día...
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Lucas
1, 39-56
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
María dijo entonces:
«Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquéllos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.
Palabra del Señor.
Reflexión
Is. 12, 2-3. 4. 5-6. Aún en medio de las más grandes esclavitudes Dios se manifiesta como Padre amoroso para los suyos, y los libera de la mano de sus enemigos. Los conduce por el desierto hacia la posesión de la tierra que mana leche y miel, y que Él prometió dar a los descendientes de nuestros antiguos padres.
Por eso, teniendo a Dios de parte nuestra nada tememos, pues Él es nuestra fuerza y nuestra protección, y nos conducirá sanos y salvos, no tanto a la posesión de bienes temporales, sino hacia la posesión de los bienes definitivos.
Dios, en Cristo Jesús, se ha hecho presente entre nosotros para liberarnos de la esclavitud al mal y para conducirnos a la posesión de los bienes definitivos. Ojalá y escuchemos hoy su voz y vivamos en un camino de esperanza y de fe, no haciendo el paraíso aquí en la tierra, pero sí haciendo un reflejo de él entre nosotros por el amor fraterno y por esforzarnos para que cada día el Reino de Dios se abra paso con mayor firmeza entre nosotros.
Lc. 1, 39-56. Quien tenga a Dios consigo no podrá sino encaminarse, de un modo presuroso, para comunicarlo a los demás. Ante el amor hecho servicio tal vez los demás eleven cantos de alabanzas hacia nosotros y nos llamen dichosos, pues nos habremos convertido en una bendición para ellos. Mas no podemos convertirnos en ídolos de los demás. Nosotros sólo somos siervos inútiles, que no hacen si sólo aquello que debían hacer.
Por eso nuestro canto de Victoria y de alabanza será siempre reportado hacia Dios. Él, sólo Él es el que realiza la obra de salvación en nosotros. Nosotros sólo somos sus humildes siervos, instrumentos a través de los cuales Dios hace grandes cosas en favor de los suyos.
Dejémonos conducir por el Espíritu de Dios, de tal forma que la Iglesia de Cristo sea un instrumento eficaz de la misericordia que Dios quiere que llegue a todos. Sólo entonces la Victoria de Cristo será nuestra Victoria, pues vencido el pecado y la muerte, Dios reinará en nuestros corazones, y desde nosotros será ocasión de que se levanten las esperanzas de los decaídos, y de que todos brinquen de gozo porque Dios nos ha visitado y redimido, y se ha convertido en peregrino junto a nosotros, para conducirnos a la Patria eterna.
Dios, en Cristo, ha salido a nuestro encuentro. La iniciativa es de Dios. Él mismo es el que nos reúne en esta celebración Eucarística. Esta Obra de salvación de Dios es una de las grandes cosas que el Todopoderoso ha hecho en nosotros, pues entramos en Comunión de Vida con Él.
Su Muerte y su gloriosa Resurrección no son acontecimientos lejanos para nosotros, beneficiándonos de algo que históricamente sucedió hace ya mucho tiempo, sino que se realizan hoy para nosotros en un auténtico Memorial de la Pascua de Cristo, realizada de un modo concreto para nosotros, que en este tiempo peregrinamos hacia la Patria eterna.
El Padre Dios quiere que nos revistamos de su propio Hijo, que Él tome carne en nosotros, de tal forma que unidos al Cristo glorioso, peregrinemos por este mundo como un signo visible de Él con toda su fuerza y eficacia salvadora.
Por eso la participación en la Eucaristía no es un juego, ni una celebración realizada por costumbre o tradición, sino que es todo un compromiso de amar como nosotros hemos sido amados por Dios, pues Él ha convertido a su Iglesia en el único instrumento de salvación para todos los pueblos.
Participando de la Eucaristía y haciendo nuestra la misma vida de Cristo, el Señor, por obra del Espíritu Santo, nos hace ser la Palabra Encarnada, no al margen de Cristo, sino unidos a Él como se unen los miembros a la cabeza. Así en Cristo participamos, ya desde ahora, de su gloria, de su dignidad que le corresponde como a Hijo unigénito del Padre, y de su poder salvador.
Toda esta gracia recibida es para que nos encaminemos presurosos a comunicarla a los demás, a ser motivo de paz y de alegría para ellos por vivir con lealtad nuestro servicio nacido del amor fraterno.
La Iglesia de Cristo no puede provocar divisiones entre las personas, sino que debe ser instrumento de unidad y de paz para todos. Puestos al servicio de la salvación en favor de los demás debemos buscar sólo la gloria de Dios y no la nuestra, ya que si procedemos conforme a los criterios de este mundo, buscando nuestra gloria y utilizando mal el poder para oprimir o explotar a los demás, o para hacerles más pesada su vida, en lugar de gloria seremos destronados y humillados para siempre.
Roguémosle al Señor que nos conceda, por intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Madre, la gracia de sabernos amar como hermanos, de tal forma que la Iglesia se convierta en un auténtico signo del Señor, de su paz, de su alegría y de su amor para todo el mundo. Amén.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)