sábado, 9 de junio de 2012

Catecismo...

APUNTES DE CATECISMO
Del Catecismo de la Iglesia Católica.
Liberación. 
549       Al liberar a algunos hombres de los males terrenos del hambre (cf. Jn 6, 5-15), de la injusticia (cf. Lc 19, 8), de la enfermedad y de la muerte (cf. Mt 11,5), Jesús realizó unos signos mesiánicos; no obstante, no vino para abolir todos los males aquí abajo (cf. LC 12, 13. 14; Jn 18, 36), sino a liberar a los hombres de la esclavitud más grave, la del pecado (cf. Jn 8, 34-36), que es el obstáculo en su vocación de hijos de Dios y causa de todas sus servidumbres humanas. 
Comentario: 
Jesús no vino a abolir todos los males terrenos. Eso es lo que quisieran muchos incrédulos, que dicen que si existe Dios, por qué no remedia todos los males. Si, pues, los males siguen estando, es señal de que Dios no existe o es malo.
Pero Jesús no vino a suprimir el mal y el sufrimiento, sino que Él mismo se hizo víctima para sufrir y entregarse para rescatarnos del pecado.
Jesús no curó a todos los enfermos de su época ni todos los males, y cuando lo querían proclamar rey, porque había hecho el milagro de la multiplicación de los panes, Él huyó.
Entonces hay que tener cuidado con buscar sólo el bienestar terreno, porque esta tierra es de exilio y nos debe ayudar como trampolín para tomar impulso hacia el Cielo, nuestra verdadera Patria.
Por eso las cosas de aquí abajo son relativas en el sentido de que una enfermedad o sufrimiento pueden ser la llave para entrar en el Cielo, mientras que la buena salud y fortuna, mal usados, pueden llevarnos de cabeza al Infierno.
Ya llegará el momento en que todo el mal será vencido para siempre, pero aún no es el momento, ya que es necesario que todo el bien, y todo el mal, se cumpla, y Cristo ha cargado la peor parte del mal, y ahora nos toca a nosotros con la parte que nos corresponde.


viernes, 8 de junio de 2012

Evangelio del día...

viernes 8/JUN/12

Evangelio del día 

Mc 12, 35-37. 
Escuchar a Jesús. 
Jesús se puso a enseñar en el Templo y preguntaba: “¿Cómo pueden decir los escribas que el Mesías es hijo de David? El mismo David ha dicho, movido por el Espíritu Santo: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’. Si el mismo David lo llama ‘Señor’, ¿cómo puede ser hijo suyo?”. La multitud escuchaba a Jesús con agrado. 
Reflexión: 
Nosotros también ahora debemos escuchar a Jesús con mucho agrado y buscar su Palabra en el Evangelio. Sería bueno que hagamos el propósito de leer todos los días uno o varios capítulos del Evangelio, empezando por San Mateo y siguiendo por los demás, y al terminar, volver a comenzar, porque siempre encontraremos nuevas enseñanzas ya que la Palabra de Dios es viva y, además, según vayamos viviendo nuestras vidas le iremos encontrando nuevos y más profundos sentidos a la Escritura en general, y en particular al Evangelio.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de buscar la palabra de Jesús como ciervos sedientos, y que la entendamos con el mismo Espíritu con que fue escrita.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

jueves, 7 de junio de 2012

Evangelio del día...

jueves 7/JUN/12

Evangelio del día 

Mc 12, 28-34. 
El verdadero amor. 
Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”. Jesús respondió: “El primero es: ‘Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No hay otro mandamiento más grande que éstos”. El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”. Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. 
Reflexión: 
A veces escuchamos a algunas personas que dicen que aman mucho a Dios, pero que no cumplen sus mandamientos. De esto debemos deducir que no aman a Dios, porque el que ama trata de cumplir los deseos del ser amado, y si no cumplen los mandamientos de Dios es porque no aman a Dios. Porque el amor se demuestra con las obras más que con las palabras. Ya lo dice Jesús en el Evangelio que el que cumple sus mandamientos, ése es el que lo ama. La clave de todo está en hacer todo por amor a Dios y al prójimo, hasta los actos más pequeños de nuestra vida. Y recordemos que para Dios no hay acción pequeña si está hecha por amor.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de cumplir cada vez mejor estos dos grandes Mandamientos del amor para tener así asegurado el Paraíso.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

miércoles, 6 de junio de 2012

Liturgia - Lecturas del día...


Liturgia - Lecturas del día




Miércoles, 6 de Junio de 2012

Reaviva el don de Dios que has recibido
por la imposición de mis manos

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo
a Timoteo
1, 1-3. 6-12

Pablo, Apóstol de Jesucristo, por la voluntad de Dios, para anunciar la promesa de Vida que está en Cristo Jesús, saluda a Timoteo, su hijo muy querido. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo.
Doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia pura al igual que mis antepasados, recordándote constantemente, de día y de noche, en mis oraciones.
Por eso te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad. No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios. Él nos salvó y nos eligió con su santo llamado, no por nuestras obras, sino por su propia iniciativa y por la gracia: esa gracia que nos concedió en Cristo Jesús, desde toda la eternidad, y que ahora se ha revelado en la Manifestación de nuestro Salvador Jesucristo. Porque Él destruyó la muerte e hizo brillar la vida incorruptible, mediante la Buena Noticia, de la cual he sido constituido heraldo, Apóstol y maestro.
Por eso soporto esta prueba. Pero no me avergüenzo, porque sé en quien he puesto mi confianza, y estoy convencido de que Él es capaz de conservar hasta aquel Día el bien que me ha encomendado.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL                                 122, 1-2

R.    ¡Levanto mis ojos hacia ti, Señor!

Levanto mis ojos hacia ti,
que habitas en el cielo.
Como los ojos de los servidores
están fijos en las manos de su señor. R.

Como los ojos de la servidora están
en las manos de su dueña:
así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios,
hasta que se apiade de nosotros. R.



EVANGELIO

Dios no es un Dios de muertos, sino de vivientes


a    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos
12, 18-27

Se acercaron a Jesús unos saduceos, que son los que niegan la resurrección, y le propusieron este caso: «Maestro, Moisés nos ha ordenado lo siguiente: "Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda",
Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda y también murió sin tener hijos; lo mismo ocurrió con el tercero; y así ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos ellos, murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?»
Jesús les dijo: «¿No será que ustedes están equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios? Cuando resuciten los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán. sino que serán como ángeles en el cielo. Y con respecto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído en el Libro de Moisés, en el pasaje de la zarza, lo que Dios le dijo: "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob"? Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes. Ustedes están en un grave error».

Palabra del Señor.

Reflexión

2Tim. 1, 1-3. 6-12. Dios quiso confiar el Evangelio a Pablo, para que no sólo fuera apóstol y heraldo, sino maestro del mismo.
El Evangelio es la fuerza de Dios que nos da la salvación no por nuestras obras sino por la gracia que se nos ha manifestado en Cristo Jesús, el cual aniquiló la muerte y nos ofrece la vida inmortal.
Este depósito de fe que Dios confió a Pablo, ahora él lo ha confiado a Timoteo, para que dé testimonio del mismo con la fuerza y el poder de Dios; por eso Timoteo no puede actuar con temor, pues Dios estará siempre con él como lo ha estado con Pablo, ahora prisionero de Cristo y no tanto de los Romanos, pues la vida de la persona de fe está en manos de Dios y no de los hombres.
Quien sufra por el Evangelio estará manifestando que en verdad va por los caminos de Dios y que es fiel a la misión que se le ha confiado. Quien amolde su vida a los criterios de este mundo y se gane la complacencia de los poderosos y malvados dejándolos hundidos en su pecado, será un mercader del Evangelio, pero no apóstol, ni heraldo, y mucho menos maestro del mismo.
Vivamos con lealtad la confianza que Dios ha tenido para con su Iglesia al confiarle el Evangelio y su anuncio al mundo entero para la salvación de todos.

  Sal. 123 (122). Después de cumplir fiel y amorosamente con la misión que Dios nos ha confiado de proclamar su Evangelio no sólo con las palabras, sino con la vida misma, contemplamos esperanzados sus manos para recibir, no el premio de lo que hayamos hecho, sino lo que, en su amor, por pura gracia, Él ha prometido para quienes siendo sus amigos le vivan fieles: la Vida eterna, junto a su propio Hijo. Que esta esperanza, que no defrauda, nos mantenga firmes en nuestro trabajo y seguros en la proclamación del Evangelio de la Gracia. Aún en medio de las grandes persecuciones, por las que debamos pasar por ser fieles a Cristo, contemplémoslo a Él, que, después de padecer, ahora vive eternamente. 

Aprendamos también a dejarnos contemplar por Dios. Él nos ama y no nos abandonará a la muerte, pues nuestra vida es muy preciosa a sus ojos; valemos la Sangre de su propio Hijo. Seamos, pues, fuertes y valientes en el testimonio de nuestra fe, sabiendo que el Señor jamás nos ha abandonado, y que jamás se olvidará de nosotros, sus hijos, que queremos ser también siervos de su Evangelio.

Evangelio:

Como los saduceos de aquella época negaban la resurrección de los muertos, ahora hay quienes afirman y creen en la reencarnación, es decir que después de morir el alma se vuelve a reencarnar ya sea en otra persona o en un animal, y así sucesivamente hasta llegar a su evolución final y volver a Dios que es considerado como una energía. Esto es un error gravísimo del cual nos tenemos que precaver, pues el hombre tiene una sola vida, y después de su muerte viene el juicio particular en donde se decide su destino eterno. Esto de la reencarnación es una argucia del demonio que quiere hacernos olvidar que después de esta vida solo queda el Cielo o el infierno, y especialmente él nos quiere hacer olvidar del infierno, justamente para que caigamos en él.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de tener una fe firme en la resurrección y en toda la doctrina católica, y no dejarnos llevar ni siquiera en broma por los que defienden la reencarnación.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.


martes, 5 de junio de 2012

Liturgia - Lecturas del día...


Liturgia - Lecturas del día









 Martes, 5 de Junio de 2012

 

 Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva



 Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pedro

 3, 11b-15a. 17-18



 Hermanos:

 ¡Qué santa y piadosa debe ser la conducta de ustedes, esperando y acelerando la venida del Día del Señor! Entonces se consumirán los cielos y los elementos quedarán fundidos por el fuego. Pero nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia.

 Por eso, queridos hermanos, mientras esperan esto, procuren vivir de tal manera que Él los encuentre en paz, sin mancha ni reproche. Tengan en cuenta que la paciencia del Señor es para nuestra salvación.

 Hermanos míos, ustedes están prevenidos. Manténganse en guardia, no sea que, arrastrados por el extravío de los que hacen el mal, pierdan su firmeza. Crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A Él sea la gloria, ahora y en la eternidad!



 Palabra de Dios.





 SALMO RESPONSORIAL                                 89, 2-4.10. 14.16



 R.     ¡Tú eres nuestro refugio, Señor!



 Antes que fueran engendradas las montañas,

 antes que nacieran la tierra y el mundo,

 desde siempre y para siempre,

 Tú eres Dios.  R.



 Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,

 con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos».

 Porque mil años son ante tus ojos

 como el día de ayer, que ya pasó,

 como una vigilia de la noche.  R.



 Nuestra vida dura apenas setenta años,

 y ochenta, si tenemos más vigor:

 en su mayor parte son fatiga y miseria,

 porque pasan pronto, y nosotros nos vamos.  R.



 Sácianos en seguida con tu amor,

 y cantaremos felices toda nuestra vida.

 Que tu obra se manifieste a tus servidores,

 y que tu esplendor esté sobre tus hijos.  R.







 EVANGELIO



 Den al César lo que es del César

 y a Dios  lo que es de Dios.



 a     Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

 según san Marcos

 12, 13-17



 Le enviaron a Jesús unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarlo o no?»

 Pero Él, conociendo su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario».

 Cuando se lo mostraron, preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?».

 Respondieron: «Del César».

 Entonces Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».

 Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.



 Palabra del Señor.

Signos de los tiempos...


Signos de los tiempos

Desorientación. 
En estos tiempos uno de los signos más alarmantes es que en todos los ámbitos hay desorientación y no se sabe bien a ciencia cierta a quién seguir, porque los que están firmes hoy, mañana caen miserablemente.
Pueden caer los sabios, los doctores, los buenos, los sencillos, todos en realidad pueden claudicar y traicionar. Y así no se sabe a qué atenerse, porque además los medios de comunicación social ayudan no poco a confundir a todos y echar más leña al fuego y crear un caos mayor. Y ya sabemos que como dice el dicho “a río revuelto, ganancia de pescadores”, es decir, que en medio de este caos de ideas y de palabras el demonio es quien sale beneficiado, porque su pesca es más que abundante.
Pero aunque parezca paradójico, también en estos tiempos hay una gran oportunidad de encontrar la Verdad, y por eso los últimos Papas nos han invitado a los católicos a navegar mar adentro y echar las redes, pues los hombres que se desilusionan de los poderosos y de los “grandes” de este mundo, tienen la posibilidad de encontrarse con la verdad y abrazarla.
Así que si estos tiempos son de perdición, también son tiempos de salvación; tiempos en que el Evangelio es anunciado a toda la tierra y en que la Buena Noticia llega hasta los confines del mundo, también por los medios de comunicación bien empleados.
Y sabemos que este anuncio del Evangelio en todo el orbe, significa que estamos muy cerca del Fin de los Tiempos, pues este anuncio será una de las señales de que se aproxima el fin, como bien lo ha profetizado el Señor.
¡Ven Señor Jesús!

lunes, 4 de junio de 2012

Liturgia - Lecturas del Día...


Liturgia - Lecturas del día




Lunes, 4 de Junio de 2012

Se nos ha concedido las más grandes y valiosas promesas,
A fin de que ustedes lleguen a participar de la naturaleza divina

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pedro
1, 2-7

Hermanos:
Lleguen a ustedes la gracia y la en abundancia, por medio del conocimiento de Dios y de Jesucristo, nuestro Señor.
Su poder divino, en efecto, nos ha concedido gratuitamente todo lo necesario para la vida y la piedad, haciéndonos conocer a Aquél que nos llamó por la fuerza de su propia gloria. Gracias a ella, se nos han concedido las más grandes y valiosas promesas, a fin de que ustedes lleguen a participar de la naturaleza divina, sustrayéndose a la corrupción que reina en el mundo a causa de los malos deseos.
Por esta misma razón, pongan todo el empeño posible en unir a la fe, la virtud; a la virtud, el conocimiento; al conocimiento, la templanza; a la templanza, la perseverancia; a la perseverancia, la piedad; a la piedad, el espíritu fraternal; y al espíritu fraternal, el amor.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL                                                    90, 1-2. 14-16

R.    ¡Dios mío, confío en ti!

Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío».  R.

«Él se entregó a mí,
por eso, Yo lo glorificaré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y Yo le responderé.  R.

Estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación».  R.



EVANGELIO

Apoderándose del hijo amado, lo mataron
 y lo arrojaron fuera de la viña

a    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos
12, 1-12

Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y les dijo:
«Un hombre plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
A su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía. Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
De nuevo les envió a otro servidor, y a éste también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes. Envió a un tercero, y a éste lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros.
Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: "Respetarán a mi hijo". Pero los viñadores se dijeron: "Éste es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra". Y apoderándose de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros. ¿No han leído este pasaje de la Escritura:
"La piedra que los constructores rechazaron
ha llegado a ser la piedra angular:
ésta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos"?»

Entonces buscaban la manera de detener a Jesús, porque como prendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron.

Palabra del Señor.