sábado, 8 de octubre de 2016

Meditación...

MEDITACIÓN DE HOY

Los tiempos de Dios.
Estamos acostumbrados a la rapidez, a querer todo ya, a buscar los objetivos a corto plazo y a lo instantáneo. Sin embargo Dios, con su larga creación, nos muestra que debemos tener paciencia, esperar cada cosa en su momento, sin apresuramientos ni ansiedades. Dios ha creado el universo en miles y millones de años, cada cosa a su tiempo. También nosotros debemos acostumbrarnos a vivir el momento presente, el día de hoy, sin tratar de adivinar el futuro, sino aprovechando cada momento para ser felices y hacer felices a los demás.
¡Cuántas veces perdemos preciosos momentos por imaginar el futuro o pensar en el pasado! Tratemos de atarnos al presente, sin torturarnos por lo que pasó, ni acobardarnos y amedrentarnos por un futuro imaginario y terrible.
Pensemos que Dios existe, que nada ni nadie escapan de las manos de Dios, y Él es un Padre bondadoso, y tiene cuenta incluso del pajarillo que cae en tierra. ¡Cómo no va a tener cuenta de nosotros, de nuestra vida y de nuestras cosas!
No sigamos a este mundo en su loca carrera contra el tiempo, sino vayamos pacientemente, a la manera de Dios, haciendo lo que cada día tenemos que hacer, manteniendo la paz en el alma y la voluntad firme de querer agradar a Dios en todo momento.

viernes, 7 de octubre de 2016

Santo Evangelio...

Si yo expulso a los demonios con el poder de Dios, eso significa que el Reino de Dios ha llegado a ustedes
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó un demonio, algunos dijeron:
"Expulsa a los demonios con el poder de Satanás, príncipe de los demonios".
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, conociendo sus malas intenciones, les dijo:
"Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina, y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo echo a los
demonios con el poder de Satanás; y si yo echo los demonios con el poder de Satanás, ¿con el poder de quién los arrojan sus hijos? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo echo los demonios con el poder de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas en que confiaba y dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no hallarlo, dice: "Volveré a mi casa de donde salí". Y al llegar la encuentra barrida y arreglada. Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí. Y la situación final de aquel hombre resulta peor que la del principio".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

jueves, 6 de octubre de 2016

Mensaje...

Mensaje de confianza
Recurrir a María.
Jesús domina las fuerzas de la naturaleza. –En los comienzos de su ministerio apostólico, asiste a las Bodas de Caná. Durante el banquete, faltó vino. ¡Qué humillación para la pobre gente que había convidado al Maestro con su Madre y los discípulos! La Virgen María se dio cuenta enseguida del contratiempo: Ella es siempre la primera en darse cuenta de nuestras necesidades y en aliviarlas. Dirige al Hijo una mirada de súplica; le murmura en voz baja una corta oración. María conoce su poder y su amor. Y Jesús, que nada sabe rehusarle, transforma el agua en vino. Este fue su primer milagro.
(De "El Libro de la Confianza", P. Raymond de Thomas de Saint Laurent)
Comentario:
María es mujer y madre, y por experiencia, y también por tener un corazón de mujer y de madre, sabe de nuestras necesidades, y trata de satisfacerlas siempre. Por eso nuestra confianza en Dios debe ser grande, y también nuestra confianza en la Virgen debe ser grandísima, puesto que Dios es su Hijo, y este Hijo no niega nada a su Madre.
Pero recordemos también que a veces el Señor nos hace esperar. Esto sucede por varios motivos, algunos de los cuales podemos vislumbrarlos en este mundo, y otros los sabremos en el más allá. Porque Dios quiere concedernos una gracia, pero a veces estamos tan mal preparados para recibirla y apreciarla, que el Señor se dilata en concederla, para que la apreciemos más al recibirla.
Si queremos ser oídos por Dios y colmados de gracias y favores celestiales y hasta materiales cuando ello no estorba a nuestra salvación y santificación, entonces vayamos a María. Porque quien acude a la Virgen muy pronto verá sus deseos satisfechos, puesto que esta Madre obtiene todo de Dios para sus hijos.
Recordemos que el primer milagro que hizo Jesús, lo realizó por pedido de María, en las Bodas de Caná, convirtiendo el agua en vino. Y esto nos debe dar la clave, el secreto de que es María la que inicia la manifestación taumatúrgica de Jesús. Incluso María aparentemente adelanta el tiempo, pues no era hora todavía de milagros, como Jesús se lo dice claramente a su Madre: “Mujer, aún no ha llegado mi hora”. Pero sin embargo accede al pedido de su Madre, adelantando los tiempos.
También el Señor adelanta los tiempos para concedernos las gracias que pedimos por María. Efectivamente si acudimos a la Virgen para rogar, tendremos el milagro que necesitamos, o algo muchísimo mejor, y en el tiempo oportuno.
 

miércoles, 5 de octubre de 2016

Mensaje...

Mensaje sobre el Santo Rosario

Madre de Dios.
La Santísima Trinidad reveló la primera parte. Santa Isabel –iluminada por el Espíritu Santo– añadió la segunda. Y la Iglesia –en el primer concilio de Efeso, celebrado en 430– sugirió la conclusión, después de condenar el error de Nestorio y definir que la Santísima Virgen es verdaderamente Madre de Dios. El concilio ordenó que se invocase a la Santísima Virgen bajo este glorioso título con estas palabras: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”.
(De “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario”, San Luis María Grignion de Montfort)
Comentario:
Este título de la Virgen: “Madre de Dios”, es el título por el que le llegan a María todas las demás excelencias. No es de extrañar que este título sea tan atacado por los herejes, y por el mismo demonio, casi tanto como la virginidad perpetua de María, pues con el título de Madre de Dios, la Iglesia dice que María es sólo inferior a Dios, que en cierta manera Dios se le somete como Hijo suyo, y que la Virgen es la Omnipotencia suplicante, y que todo lo que Dios hace por naturaleza, María también lo hace por gracia.
Cosas grandiosas se deducen de que María es la Madre de Dios, y por eso los malos quieren borrar este título de la Virgen. Pero los católicos, lo repetimos muchas veces en el rezo del Rosario, al cual el enemigo le teme profundamente.
Recemos mucho el Rosario y tendremos a esta Madre de Dios, pero también Madre nuestra, con nosotros, y nada malo nos podrá suceder, porque si Dios nos puede proteger, y mucho; María nos protege como lo hace Dios, pero además, nos protege como madre, porque una madre sabe dar lo mejor a sus hijos.

martes, 4 de octubre de 2016

The Bee Gees – Alone - Lyrics

Médico...

Médico divino.
31 DE AGOSTO DE 1922
Jesús continúa dictando a Sor Josefa:
“Quiero que escribas. Quiero hablarte de las almas… ¡las amo tanto!... Quiero que encuentren siempre en Mis palabras, remedio a todas sus enfermedades”.
Comentario:
Todos los hombres estamos más o menos enfermos, quizás no en el cuerpo, pero sí en el alma, pues todos somos combatidos por el Maligno, y no pocos caemos en pecado, o al menos estamos raquíticos en la vida de la gracia, en la vida de nuestra alma, que va avanzando como a tirones, y que no pocas veces retrocede ante las dificultades y pecados. Es por eso que el Señor, su Sagrado Corazón, nos quiere dar estas palabras, estas revelaciones de su Corazón, para que los hombres encontremos el remedio para nuestros males espirituales. Ya que muchos sacerdotes han claudicado y ya no apacientan al rebaño, es el mismo Jesús que, con estos mensajes celestiales, y otros similares, viene en nuestro auxilio, porque no quiere que se pierda ni una sola de las almas tan queridas por Él.
Demos gracias a Dios y no hagamos como los orgullosos y soberbios que rechazan los mensajes y revelaciones privadas, o al menos no les dan mucha importancia, porque Dios no hace nada inútilmente, y si el Señor ha decretado manifestarse sobrenaturalmente con mensajes del Cielo, es porque existe una necesidad. Aprovechemos estos tesoros celestiales.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.