martes, 21 de marzo de 2017

Mirar atrás...

No mirar hacia atrás.

Ya lo ha dicho el Señor en el Evangelio, que quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.
Hagamos el propósito de mirar siempre hacia adelante, dejando el pasado en las manos de Dios, porque nadie pudo jamás cambiar el pasado, y su recuerdo nos tortura y a veces no nos deja vivir bien el presente.
La esposa de Lot se convirtió en estatua de sal por mirar hacia atrás para ver la destrucción de Sodoma. Nosotros también a veces quedamos como petrificados para el bien, por mirar hacia atrás en el tiempo, hacia nuestro pasado y ver los errores que hemos cometido o los males que hemos hecho o nos hicieron a nosotros. De modo que estamos como atrofiados para el bien, para ser felices.
Necesitamos que venga el Arcángel San Rafael y nos saque de la angustia y la desesperación como lo hiciera antiguamente con Sara, la que sería esposa de Tobías.
Hagamos el propósito, a partir de hoy, de mirar hacia adelante. Y cada vez que nos vengan recuerdos negros del pasado, hagamos el esfuerzo de pensar en que Dios nos ama y quiere que estemos bien y contentos para la misión que ahora mismo Él nos tiene preparada, que puede ser una gran misión apostólica, o simplemente cuidar al esposo o esposa, a los hijos, los nietos, compartir con los que necesitan, y tantas, tantas otras hermosas (y todas importantes) misiones que Dios tiene reservadas para sus hijos.
 

lunes, 20 de marzo de 2017

LA VIE EN ROSE Grace Jones

Acusador...

El Acusador.

Acusador
Ya el Apocalipsis llama al demonio “el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de Dios”.
Y es que el demonio procede con astucia, pues nos tienta y nos muestra el pecado bajo un manto de hermosura; pero cuando hemos caído, cuando hemos pecado, se vuelve contra nosotros y nos acusa ante Dios para que recibamos el castigo merecido.
Y en el Juicio particular el diablo estará también allí para acusarnos y reclamará nuestra alma para llevársela con él al Abismo del Infierno.
Abramos los ojos y descubramos que detrás de toda tentación, de la apariencia agradable de la tentación, se esconde la horrible figura de Satanás y sus demonios, y eso lo veremos claramente después de la muerte. Ahí sí veremos lo horrible que es el diablo, que en el mundo se disfrazaba y encubría bajo la belleza, el poder y las riquezas.
No nos dejemos embaucar por el Maligno, sino seamos más astutos que él, y con la ayuda del Espíritu Santo descubramos sus trampas y no caigamos en pecados, porque tendremos un Acusador implacable, el demonio, que hará todo lo posible para condenarnos.
Luchemos contra el pecado, y veamos las cosas según la fe. Porque la tentación es agradable, y ya lo podemos leer en el Génesis, cuando Eva vio que el árbol prohibido era agradable a la vista y deseable para obtener sabiduría, comió de él. Sin embargo, cuando pecó, se le abrieron sus ojos y quedó a merced del Maligno.
También nosotros, cuando pecamos gravemente, nos entregamos en manos del demonio, que hará todo lo posible para perdernos en el tiempo y en la eternidad. Con razón los santos sólo cuidaban especialmente el no pecar jamás. ¿Y qué será de nosotros entonces, que quizás pecamos tan tranquilamente, y nos ponemos en manos del diablo?
Recordemos que el demonio es el Acusador de nuestros hermanos, el acusador de los hombres, que nos trata de convencer para que pequemos, pero después nos acusa implacablemente ante Dios.

domingo, 19 de marzo de 2017

Sto Evangelio...

Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 4, 5-42
Gloria a Ti, Señor.
En aquel tiempo llegó Jesús a un pueblo de Samaria, llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José: allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al pozo. Era cerca de mediodía.
Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dijo: 
"Dame de beber". (Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida). 
La samaritana 
le contestó: 
"¿Cómo Tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?"
(porque los judíos no se trababan con los samaritanos). 
Jesús le dijo: 
"Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a Él, y Él te daría agua viva".
La mujer le respondió: 
"Señor, si no tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo, ¿cómo vas a darme agua viva? ¿Eres Tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo del que bebieron él y sus hijos y sus ganados?" 
Jesús le contestó: 
"El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna".
La mujer le dijo: 
"Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. 
Ya veo que eres profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén".
Jesús le dijo: 
"Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la 
salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así es como el Padre quiere que se le dé culto. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad".
La mujer le dijo: 
"Sé que va a venir el Mesías, Cristo; cuando venga Él nos lo explicará todo"
Jesús le dijo: 
"Soy yo, el que habla contigo".
Cuando los samaritanos llegaron a verlo, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó dos días. Muchos más creyeron en Él al oír su palabra, y decían a la mujer: 
"Ya no creemos por lo que tú nos has contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es de verdad el Salvador del mundo".
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

viernes, 17 de marzo de 2017

Verdades...

Las verdades de siempre.

El prurito de oír siempre novedades no viene de Dios sino del Maligno. Porque Dios quiere que meditemos día y noche en las verdades eternas, en las verdades de siempre. En cambio el demonio nos sugiere que busquemos lo nuevo, la novedad. Y no pocos teólogos le siguen la corriente al diablo y elaboran doctrinas perniciosas, difíciles de entender y de explicar, con palabras difíciles y errores doctrinales, siendo que Dios es simple, y la doctrina cristiana también es simple como lo es Dios.
De modo que no vayamos tras la novedad, sino aprendamos a asombrarnos al meditar las verdades de siempre, las que están contenidas en el Santo Evangelio, en la Sagrada Escritura toda, en el Catecismo de la Iglesia Católica, y en los escritos de los Santos.
Si hacemos así, entonces un río de luz iluminará nuestra mente y corazón, y no sólo iremos comprendiendo la verdad y descubriendo algunas facetas de los Misterios de la fe, sino que sobre todo nos enardeceremos en el amor a Dios y a los hermanos, pues de eso se trata la doctrina católica: de amar.
Volvamos a las fuentes. Meditemos siempre en las verdades eternas, en el Cielo, en el Infierno, en la muerte, en el Juicio, en los atributos de Dios, y así iremos haciéndonos sabios y descubriendo hermosuras que están escondidas para quienes no acostumbran a reflexionar.
En estos tiempos en que parece que no hay maestros en ninguna esfera, debemos hacernos discípulos predilectos del Espíritu Santo y que Él nos vaya guiando en el conocimiento de la Verdad, custodiada y enseñada por la Iglesia Católica.
No busquemos leer libros de dudosos teólogos, sino más bien volvamos a las fuentes, a la sólida doctrina, y meditemos día y noche en las verdades de nuestra fe, para que la fe que tenemos se acreciente y así podamos hacer apostolado y vivir felices, porque quien bebe del agua viva de la Verdad, no volverá a tener sed jamás. Vayamos a beber del agua pura y viva de la Verdad, y no deambulemos tratando de beber de otras fuentes dudosas y “novedosas”, porque morirá nuestra fe.

jueves, 16 de marzo de 2017

Devociones...

ivir católico

Devoción a María
Si queremos asegurarnos nuestra salvación eterna, entonces debemos tener una tierna devoción a la Santísima Virgen María. Porque Dios quiso darnos un secreto para alcanzar el Paraíso, y ese secreto es que nos confiemos en las manos de su Madre, porque la ha hecho dispensadora de todas las gracias y dones, y salvadora.
Efectivamente María nos salva de las manos del demonio y del mundo, y nos entrega a Dios, para que seamos gratos en su presencia.
Cada día tendremos que rezar, al menos, tres avemarías, ya que la Virgen ha prometido que quien así lo haga se salvará.
Y los que tengamos más amor a la Virgen y queramos asegurarnos el Cielo, no solo para nosotros sino también para nuestros seres queridos y para muchas almas, entonces recemos todos los días el Rosario, y si fuera posible el Rosario completo, es decir, los veinte misterios.
Si hacemos así, entonces seremos las personas más felices de la tierra, porque María estará constantemente a nuestro lado y nos protegerá de toda adversidad, y la justicia de Dios no nos alcanzará, porque Dios no nos castigará debido a que tenemos gran devoción y amor a la Virgen.
Y si somos generosos y queremos asegurarnos más nuestra salvación eterna, entonces nos tenemos que consagrar al Inmaculado Corazón de María, porque en estos tiempos peligrosos en que el demonio se ha puesto muy astuto y arrastra a muchas almas a la perdición, incluso a los que son maestros e inteligentes, es conveniente consagrarse a la Virgen ya que Ella misma ha prometido que quien se le consagre no perderá la fe ni será engañado por el Maligno.
A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy devoto de la Santísima Virgen.
María es el arma secreta de Dios, y quien tiene devoción y amor a María, es señal de que está predestinado al Cielo, porque Dios ama mucho a los que aman mucho a su Madre.