miércoles, 5 de abril de 2017
Perdón...
Dios es bueno y nos ama
Perdón.
Si Dios Padre ha enviado a su Hijo Único a la cruz para perdonarnos y
así salvarnos, no podemos ahora dudar de su amor y su perdón hacia
nosotros, puesto que Dios es Dios y no cambia.
Dios, cuando más demuestra su divinidad, es justamente en el perdón de los pecados, pues sólo Él puede perdonarlos.
Entonces si cometemos un pecado, no estemos lamentándonos y
entristeciéndonos, sino arrojemos todas nuestras miserias al horno
ardiente de la Misericordia de Dios, para obtener el Perdón y vivir
felices, sabiendo que Dios destruye el pecado cuando le pedimos perdón
con arrepentimiento.
¡Qué bueno que es Dios! Pero el demonio, envidioso de nosotros y con
odio a Dios, nos pone en la mente la idea de que Dios es malo y
castigador, siendo que Dios sólo castiga cuando se ve obligado a ello, y
que siempre sus castigos no son por maldad sino movidos por bondad y
amor, y para el bien de la criatura, pues es mejor ser reprendidos en
este mundo, que serlo para siempre en el Infierno.
Es lógico que cuando pecamos, enseguida venga el demonio y nos diga:
“¡Mira lo que hiciste!”, “¡Siempre igual, no cambias nunca, eres un
desagradecido!”, etc., todas ideas que tratarán de llevarnos al
desaliento y a la desconfianza en el amor de Dios y en su perdón.
No le demos el gusto al diablo y en lugar de lamentarnos, arrojémonos a
los brazos de Dios con un acto de sincero amor, como el niño que confía
en que su padre es bueno y no lo castigará por sus travesuras que ha
cometido y de las cuales está arrepentido sinceramente.
martes, 4 de abril de 2017
Mensaje...
25 DE AGOSTO DE 1920
“Quiero que Me lo ofrezcas todo, aun lo más pequeño, para compensar el dolor que Me causan las ofensas de las almas”.
(Mensaje del Sagrado Corazón a Sor Josefa Menéndez)
Comentario:
Dios quiere que le ofrezcamos todo, incluso lo que nos parece lo más pequeño, porque hasta la mínima acción hecha por amor a Dios, vale mucho ante sus ojos. Por es en la vida espiritual no hay cosa pequeña, porque todo lo que hacemos, si lo hacemos por amor a Dios y al prójimo, adquiere un valor enorme a los ojos de Dios. Es necesario que nosotros, los Apóstoles del Sagrado Corazón, reparemos con nuestro amor todo el dolor que le causan los pecados a Jesús, y la forma de reparar es cumpliendo los Diez Mandamientos, pues ya Jesús nos dice que el que lo ama es el que cumple sus mandamientos. Dios es Amor, y busca amor en sus criaturas. Digámosle frecuentemente a Jesús que lo amamos con toda el alma, y Él estará muy feliz con nosotros.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
lunes, 3 de abril de 2017
Mensaje...
Mensaje sobre el Santo Rosario
Promesa de la Santísima Virgen María a los que rezan el Santo Rosario
3. El Rosario
será la defensa más poderosa contra las fuerzas del infierno. Se
destruirá el vicio; se disminuirá el pecado y se vencerá a todas las
herejías.
Comentario:
El Rosario es el arma de combate de las batallas espirituales de los
Últimos tiempos, es decir, de estos tiempos en que nos encontramos
ahora. Si deseamos hacer el bien y no encontramos la forma adecuada,
tomemos en las manos el Rosario y recémoslo que, aunque parezca que
hacemos poco, en realidad hacemos mucho. El Rosario nos santifica y nos
aleja del pecado, haciéndonos correr ligeros por el camino de la
santidad. Tenemos que quemar etapas rezando el Rosario, ya que al
rezarlo avanzamos a grandes pasos por el camino que Dios nos ha señalado
y rescatamos muchas almas del poder del Maligno. La Virgen, en todas
sus apariciones nos pide que recemos mucho el Rosario. Si Ella lo pide
tanto y tan insistentemente es porque aquí hay un misterio y una gran
gracia. Con ello nos quiere indicar que el Rosario es la solución a
TODOS los problemas. Recemos el Rosario y comprobemos por nosotros
mismos los frutos que de su rezo se derivarán.
sábado, 1 de abril de 2017
Lentejas...
Por un plato de lentejas.
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Leemos en la Sagrada Escritura que Esaú vendió su primogenitura a su
hermano por un plato de lentejas. Y no pocos hoy venden su fe, su alma,
por un beneficio material.
La fe no se negocia. El alma no se vende. No sería de extrañar que si
aparece el Anticristo dando un bienestar material, sean legiones los que
lo sigan y adoren. Muchos venden su alma al diablo con tal de tener pan
y circo, y eso lo saben muchos gobernantes, precursores de aquél
antagonista último del Señor.
¿Se puede ser marxista y hombre de bien? No. ¿Se puede ser comunista y
católico? No. Sin embargo muchos creen que sí. Pero el marxismo es un
error diabólico, porque se basa en el odio, que no puede tener origen
sino en Satanás. Odio entre clases, odio entre sexos, odio a la
justicia, odio, odio y más odio. Por lo tanto vemos que son
incompatibles el ser cristiano y hombre de bien y el ser marxista o
comunista. Porque disfrazando esta perniciosa doctrina bajo el manto de
bien social o de favorecer a los pobres, en realidad no se ama a los
pobres, sino se siembra odio por todas partes, y sabemos que la fuente
del odio es el demonio.
Se está llevando a cabo una revolución mundial, que quiere poner todo
patas arriba, en espera del Anticristo. Por eso tenemos que estar
atentos y ser astutos como serpientes y no dejarnos engañar por la
cantinela que a todas horas y por todos los medios de comunicación nos
cantan, tratando de convencernos de que es bueno seguir a la Bestia, de
que es bueno ser secuaz del Dragón rojo del Apocalipsis, a saber, el
ateísmo marxista.
Recordemos que el Anticristo se presentará como salvador del mundo y
como seductor, que seducirá a muchísimos, y ojalá no seamos nosotros de
su número.
El trigo y la cizaña están muy mezclados, no sólo en el mundo, sino
también dentro de la misma Iglesia, y es por eso que vemos cosas graves
en el seno de la Iglesia, y lo que no vemos quizás sea más grave aún.
Pero a no temer porque hay promesa fiel de Jesús que las puertas del
Infierno no prevalecerán contra la Iglesia. El triunfo será de Dios que,
por medio de María Santísima, aplastará la cabeza de la serpiente
maldita y vendrá al mundo el Reino que pedimos en el Padrenuestro. Pero
para ello tendremos que pasar por la Gran Tribulación que ya ha
comenzado y cuyo epílogo no está quizás lejano.
Nunca como en estos tiempos se hace tan necesario vigilar y orar, pues
el demonio, como león rugiente, anda en torno nuestro buscando a quién
devorar.
viernes, 31 de marzo de 2017
Palabras...
Diez palabras
Diez palabras La palabra de dos letras más egoísta: Yo
Evitémosla
La palabra de tres letras más venenosa: Ego
Eliminémosla
La palabra de cuatro letras más usada: Amor
Practiquémoslo
La palabra de cinco letras más rápida: Rumor
Ignorémoslo
La palabra de seis letras más necesaria: Perdón
Apliquémoslo
La palabra de siete letras más satisfactoria: Nosotros
Usémosla
La palabra de ocho letras más agradable: Humildad
Aprendámosla
La palabra de nueve letras más esencial: Confianza
Tengamos fe
La palabra de diez letras más amorosa: Jesucristo
Sigámoslo
Diez palabras La palabra de dos letras más egoísta: Yo
Evitémosla
La palabra de tres letras más venenosa: Ego
Eliminémosla
La palabra de cuatro letras más usada: Amor
Practiquémoslo
La palabra de cinco letras más rápida: Rumor
Ignorémoslo
La palabra de seis letras más necesaria: Perdón
Apliquémoslo
La palabra de siete letras más satisfactoria: Nosotros
Usémosla
La palabra de ocho letras más agradable: Humildad
Aprendámosla
La palabra de nueve letras más esencial: Confianza
Tengamos fe
La palabra de diez letras más amorosa: Jesucristo
Sigámoslo
jueves, 30 de marzo de 2017
Prédicas...
Un Dios a mi medida.
Debemos conocer a Dios, leer su Palabra y meditar en los Misterios de la
Fe, porque muchas veces nos puede pasar que nos formamos una idea
equivocada de Dios, lo pensamos a nuestra medida, y para seguir una vida
cómoda nos escudamos en que Dios es bueno y misericordioso y no tendrá
en cuenta ciertas fechorías que hemos hecho o que hacen los hombres.
Sin embargo éste es un engaño, porque Dios no cambia ni puede cambiar.
Dios es el mismo siempre, y podemos conocer su forma de obrar si leemos
las Sagradas Escrituras.
De modo que no hay que hacerse un Dios a medida, sino adaptar la propia
vida a Dios, para que en el Juicio no estemos faltos de méritos y
pasemos bien el “examen”.
Muchos dicen amar a Dios, amar a Jesús, pero sin embargo viven como se
les da la gana, sin tener en cuenta los Mandamientos, sin cumplirlos
ellos y sin enseñárselos a cumplir a los demás. Éstos tales no aman a
Dios, aunque se llenen la boca diciendo que sí Lo aman, pues ya ha dicho
el Señor en el Evangelio que el que verdaderamente Lo ama es aquél que
cumple sus palabras, sus mandatos, es decir, los Diez Mandamientos.
Y son diez los mandamientos, no cinco, ni dos, sino diez. Y quien no cumple alguno de ellos ya no está en regla.
Por eso no hagamos un Dios a nuestra medida, sino adaptémonos y
corrijamos lo que sea necesario para conformarnos a Dios, porque algunos
incluso creen que en el Juicio Dios hará la “vista gorda” dejando pasar
muchas cosas malas que se hicieron. Sin embargo el Señor ha dicho en su
Evangelio que en el Juicio se pedirá cuenta hasta de la menor palabra
ociosa.
Estamos engañados por el Maligno si creemos que Dios no nos juzgará
hasta las últimas consecuencias, porque después de la muerte sólo queda
el tiempo de la Justicia, y por ello debemos aprovechar el tiempo de
misericordia que es mientras estamos vivos en este cuerpo mortal.
Aprovechemos ahora, que es el tiempo oportuno, para pedirle perdón al
Señor, para hacer las cosas bien y, con una vida de penitencia y buenas
obras, reparemos todo el mal que hemos hecho. No vayamos confiados y
despreocupados al Juicio de Dios, porque quizás no nos alcanzará para
evitar la condenación.
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