sábado, 13 de enero de 2018

Reflexiones...

Las mismas cosas.

A veces escuchamos los mensajes de nuestra Madre del Cielo, que en muchas partes de la tierra nos invita a aumentar la oración, y creemos que sólo se trata de aumentar materialmente el tiempo de oración. Pero lo que debemos hacer es ser más conscientes de los actos de piedad que hacemos todos los días. 
Efectivamente a veces desperdiciamos las mejores obras y oraciones porque las hacemos rutinariamente y con la mente y el corazón en otra parte. 
Entonces no se trata tanto de aumentar el tiempo material de oración y de piedad, sino más bien de poner todo el corazón en lo que hacemos habitualmente, cada día. Y esto vaya no sólo para el tiempo de oración, sino para cada acción que realizamos durante el día, porque nos olvidamos de vivir bien cada momento, de aprovechar el momento presente para santificarnos. Quizás esperando las grandes ocasiones de servir a Dios, nos olvidamos y desperdiciamos las pequeñas ocasiones de servir a Dios que nos trae el vivir cotidiano. 
Tenemos una sola vida para aprovecharla y ser santos, y el tiempo es un tesoro que va pasando por nuestras manos, y que no hay que malgastarlo ni por un instante, sino que ya sea rezando, trabajando, descansando o recreándonos, tenemos que aprovecharlo para alcanzar la santidad. 
Las mismas misas, los mismos sacramentos, las mismas obras de misericordia y las mismas oraciones de siempre, pero haciéndolas por amor y con más ardor, nos santificarán, ya que no se trata de aumentar la cantidad sino más bien de mejorar la calidad de nuestras obras. 
Y todo se hace fácil si amamos, porque quien ama encuentra todo fácil de realizar. El amor es el motor para todo, y quien ama se hace semejante a Dios, que todo lo puede, y para quien no hay nada imposible.


viernes, 12 de enero de 2018

Tácticas...

Perseverar es la contraseña

Táctica del Adversario.
Jesús ha dicho en su Evangelio que quien persevere hasta el fin, se salvará. Pero para perseverar debemos tener un motor, un motivo, un objetivo a alcanzar, que nos encienda el deseo de alcanzarlo, para poder poner los medios necesarios para la perseverancia en el bien, en medio de todos los males externos e internos.
Y es aquí donde viene el Maligno, el Adversario, y de un zarpazo nos borra el objetivo, nos quiere hacer creer que no ganaremos el Cielo, que el Paraíso no es para nosotros, que el mal está triunfando en todas partes, que ya no hay nada que hacer, que está todo perdido...
¡Ay de nosotros si nos dejamos embaucar por esta astucia realmente diabólica! Porque entonces, al no tener la esperanza de alcanzar la felicidad, de que el amor venza el odio, de que el Bien venza al mal, entonces nos desanimamos, ¿y quién puede perseverar en estas condiciones?
Sepamos que la victoria no será del demonio, sino de Dios y de su Madre, porque el demonio ya está vencido, ya fue vencido por Cristo en la Cruz. No nos desanimemos al ver los coletazos del mal en el mundo, ni nos quedemos hipnotizados por sus aparentes prodigios y triunfos, porque es un vencido, es el gran Vencido, y Dios es el Vencedor eterno.
Así que renovemos nuestro ánimo maltrecho, y aumentemos nuestra esperanza y confianza en Dios y en su Madre, porque Ellos son y serán quienes venzan, y nosotros venceremos con Ellos.
Si no hacemos así, es lógico que nos desanimemos, y un ejército desanimado va a la derrota. Es necesario arengar a la tropa de los cristianos, y convencernos nosotros mismos de que el Corazón Inmaculado de María triunfará, como lo ha prometido la Virgen, y el Reino de Dios vendrá a la tierra, y nosotros, con nuestro buen obrar y nuestra oración, seremos quienes lo traeremos a este mundo.
Con este objetivo, que sabemos se cumplirá a su tiempo, avancemos confiados y con la luz de la esperanza en el corazón, perseverando cada día en el bien y la verdad, en la gracia de Dios.

jueves, 11 de enero de 2018

The Cyrkle - Red Rubber Ball (1966)

Almendra - 01. Muchacha Ojos de Papel (Almendra 1969)

Almendra - Tema De Pototo (Para Saber Como Es La Soledad)

Sed...

Enseñanzas del Evangelio

Sed de justicia.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. (Mt 5, 6)
Enseñanza:
Esto se puede entender mal, si se cree que la justicia de que se habla aquí es la justicia humana.
Hoy muchos hacen marchas y buscan que se haga justicia, y odian a muchos. Pero no es esto lo que nos ha enseñado el Señor. Él nos ha enseñado a no odiar a nadie y a perdonar.
Entonces no se trata de tener hambre y sed de justicia humana ni de justicia divina, sino que lo que se entiende aquí por justicia es la santidad. Son felices los que tienen deseos de santidad porque la alcanzarán y serán colmados, ya que no se llegará nunca a ser santo si no se desea llegar a serlo.
Hoy pocos son los que buscan la santidad. Se busca solo los bienes materiales y la comodidad y los placeres, pero todo lo que signifique renuncia y sacrificio, es rechazado como malo. Pero es solo renunciando a nosotros mismos como podemos seguir al Señor, llevando nuestra cruz de cada día y alcanzar la felicidad del Cielo.