domingo, 8 de julio de 2018

Sto Rosario...

La Virgen y el Rosario.

Reina de la Paz
Mientras Santo Domingo predicaba el rosario cerca de Carcasona, le presentaron un albigense poseído del demonio. Exorcizólo el Santo en presencia de una gran muchedumbre. Se cree que estaban presentes más de doce mil hombres. Los demonios que poseían a este infeliz fueron obligados a responder, a pesar suyo, a las preguntas del Santo y confesaron:
1.º que eran quince mil los que poseían el cuerpo de aquel miserable, porque había atacado los quince misterios del rosario;
2.º que con el rosario que Santo Domingo predicaba causaba terror y espanto a todo el infierno y que era el hombre más odiado por ellos a causa de las almas que arrebataba con la devoción del rosario;
3.º revelaron, además, muchos otros particulares.
Santo Domingo arrojó su rosario al cuello del poseso y les preguntó que de todos los santos del cielo, a quién temían más y a quién debían amar más los mortales.
A esta pregunta los demonios prorrumpieron en alaridos tan espantosos que la mayor parte de los oyentes cayó en tierra, sobrecogidos de espanto. Los espíritus malignos, para no responder, comenzaron a llorar y lamentarse en forma tan lastimera y conmovedora, que muchos de los presentes empezaron también a llorar movidos por natural compasión. Y decían en voz dolorida por la boca del poseso: “¡Domingo! ¡Domingo! ¡Ten piedad de nosotros! ¡Te prometemos no hacerte daño! Tú que tienes compasión de los pecadores y miserables, ¡ten piedad de nosotros! ¡Mira cuánto padecemos! ¿Por qué te complaces en aumentar nuestras penas? ¡Conténtate con las que ya padecemos! ¡Misericordia! ¡Misericordia! ¡Misericordia!”
El Santo, sin inmutarse ante las dolientes palabras de los espíritus, les respondió que no dejaría de atormentarlos hasta que hubieran respondido a sus preguntas. Dijéronle los demonios que responderían, pero en secreto y al oído, no ante todo el mundo. Insistió el Santo, y les ordenó que hablaran en voz alta. Pero su insistencia fue inútil: los diablos no quisieron decir palabra. Entonces, el Santo se puso de rodillas y elevó a la Santísima Virgen esta plegaria: “¡Oh excelentísima Virgen María! ¡Por virtud de tu salterio y rosario, ordena a estos enemigos del género humano que respondan a mi pregunta!” Hecha esta oración, salió una llama ardiente de las orejas, nariz y boca del poseso. Los presentes temblaron de espanto, pero ninguno sufrió daño. Los diablos gritaron entonces: “Domingo, te rogamos por la pasión de Jesucristo y los méritos de su Santísima Madre y de todos los santos, que nos permitas salir de este cuerpo sin decir palabra. Los ángeles, cuando tú lo quieras, te lo revelarán. ¿Por qué darnos crédito? No nos atormentes más: ¡ten piedad de nosotros!”
“¡Infelices sois e indignos de ser oídos!”, respondió Santo Domingo. Y, arrodillándose, elevó esta plegaria a la Santísima Virgen: “Madre dignísima de la Sabiduría, te ruego en favor del pueblo aquí presente –instruido ya sobre la forma de recitar bien la salutación angélica–. ¡Obliga a estos enemigos tuyos a confesar públicamente aquí la plena y auténtica verdad al respecto!”
Había apenas terminado esta oración, cuando vio a su lado a la Santísima Virgen rodeada de multitud de ángeles que con una varilla de oro en la mano golpeaba al poseso y le decía: “¡Responde a Domingo, mi servidor!” Nótese que nadie veía ni oía a la Santísima Virgen, fuera de Santo Domingo.
Entonces los demonios comenzaron a gritar:
“¡Oh enemiga nuestra! ¡Oh ruina y confusión nuestra! ¿Por qué viniste del cielo a atormentarnos en forma tan cruel? ¿Será preciso que por ti, ¡oh abogada de los pecadores, a quienes sacas del infierno; oh camino seguro del cielo!, seamos obligados –a pesar nuestro– a confesar delante de todos lo que es causa de nuestra confusión y ruina? ¡Ay de nosotros! ¡Maldición a nuestros príncipes de las tinieblas!
¡Oíd, pues, cristianos! Esta Madre de Cristo es omnipotente, y puede impedir que sus siervos caigan en el infierno. Ella, como un sol, disipa las tinieblas de nuestras astutas maquinaciones. Descubre nuestras intrigas, rompe nuestras redes y reduce a la inutilidad todas nuestras tentaciones. Nos vemos obligados a confesar que ninguno que persevere en su servicio se condena con nosotros. Un solo suspiro que Ella presente a la Santísima Trinidad vale más que todas las oraciones, votos y deseos de todos los santos. La tememos más que a todos los bienaventurados juntos y nada podemos contra sus fieles servidores.
Tened también en cuenta que muchos cristianos que la invocan al morir y que deberían condenarse, según las leyes ordinarias, se salvan gracias a su intercesión. ¡Ah! Si esta Marieta –así la llamaban en su furia– no se hubiera opuesto a nuestros designios y esfuerzos, ¡hace tiempo habríamos derribado y destruido a la Iglesia y precipitado en el error y la infidelidad a todas sus jerarquías! Tenemos que añadir, con mayor claridad y precisión –obligados por la violencia que nos hacen–, que nadie que persevere en el rezo del rosario se condenará. Porque Ella obtiene para sus fieles devotos la verdadera contrición de los pecados, para que los confiesen y alcancen el perdón e indulgencia de ellos.”
Entonces, Santo Domingo hizo rezar el rosario a todos los asistentes muy lenta y devotamente. Y a cada avemaría que recitaban –¡cosa sorprendente!– salía del cuerpo del poseso gran multitud de demonios en forma de carbones encendidos. Cuando salieron todos los demonios y el hereje quedó completamente liberado, la Santísima Virgen dio su bendición –aunque invisiblemente– a todo el pueblo, que con ello experimentó sensiblemente gran alegría.
Este milagro fue causa de la conversión de muchos herejes, que llegaron hasta ingresar en la Cofradía del Santo Rosario.
(De "El Secreto admirable del Santísimo Rosario" - San Luis M. G. de Monfort)

viernes, 6 de julio de 2018

Purgatorio...

Las Benditas Almas nos ayudan.

animas-benditas-purgatorio
Por medio de la Comunión de los Santos estamos muy unidos a las almas que se purifican en el Purgatorio. Y ellas pueden hacer mucho por nosotros pero, nosotros, al no tenerlas en cuenta ni solicitarles su ayuda, desaprovechamos un mar de gracias y favores de todo género.
Es tiempo de que pensemos más en las almas del Purgatorio, ofreciendo por ellas todo lo que vamos haciendo en el día, y entonces veremos cómo nos auxilian y protegen de manera admirable.
También tenemos que encomendarnos a ellas cuando realizamos un viaje, o también encomendar a nuestros seres queridos que viajan, pues los accidentes los causa el demonio, y las Benditas Almas protegen a las personas de accidentes.
Si supiéramos todo lo que las almas purgantes pueden y quieren hacer por nosotros, no seríamos tan tibios en socorrerlas con nuestras oraciones, haciendo celebrar misas por ellas y también oyendo misas en su favor, y aliviándolas con el ofrecimiento, no sólo de pequeños sacrificios, sino haciendo las más pequeñas cosas de todos los días en su favor, para aliviarlas.
Tenemos un tesoro inagotable por descubrir: Las Almas del Purgatorio. Si nos encomendamos a ellas y encomendamos también a quienes amamos, a nuestro país y al mundo entero, entonces veremos lo que son milagros.
Pero no sólo ellas ayudan en lo espiritual, sino que prodigan favores en lo material, de modo que quedaremos pasmados de lo que pueden y quieren hacer ellas por sus benefactores.
No perdamos más tiempo, y ya que tenemos tantas necesidades de todo tipo, no dejemos pasar esta oportunidad de comenzar, a partir de ahora mismo, a ofrecer todo para el alivio de las Benditas Almas del Purgatorio.
Si tenemos que salir de casa, dejemos a las Benditas Almas el encargo de que cuide de ella. Si tenemos que hacer un viaje o tarea riesgosa, pongámoslo bajo el patrocinio de las almas purgantes. Y en todo peligro o apretura en que nos encontremos, no nos olvidemos de que las Almas del Purgatorio nos pueden ayudar y mucho. Ofrezcamos el Rosario por ellas, y cuando queramos alguna gracia, hagamos como hacía la Madre Teresa de Calcuta: ofrecía el Rosario a las Benditas Almas y ellas se encargaban de obtenerle todo.
Ellas sufren muchísimo y son infinitamente agradecidas para quienes las alivian. Y si por nuestras oraciones y sacrificios, alguna de ellas logra salir del Purgatorio y alcanzar el Cielo, tendremos un alma santa que desde el Cielo nos protegerá incondicionalmente durante toda nuestra vida, y protegerá también a quienes amamos.
Rezar por las Benditas Almas y aliviarlas es un “negocio redondo”, porque saldremos ganando y los bienes de todo tipo no se harán esperar en nuestras vidas y en las de nuestros seres queridos.

jueves, 5 de julio de 2018

Salmos...

Salmo 19(18),8.9.10.11.
La ley del Señor es perfecta, 
reconforta el alma; 
el testimonio del Señor es verdadero, 
da sabiduría al simple.

Los preceptos del Señor son rectos, 
alegran el corazón; 
los mandamientos del Señor son claros, 
iluminan los ojos.

La palabra del Señor es pura, 
permanece para siempre; 
los juicios del Señor son la verdad, 
enteramente justos.

Son más atrayentes que el oro, 
que el oro más fino; 
más dulces que la miel, 
más que el jugo del panal.

miércoles, 4 de julio de 2018

Evangelio del día...

Evangelio del día.

Miércoles 4/JUL/18.
Mt 8, 28-34.
Defensa contra el mal.
Cuando Jesús llegó a la otra orilla del lago, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. Y comenzaron a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?”. A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: “Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara”. Él les dijo: “Vayan”. Ellos salieron y entraron en los cerdos: éstos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio.
Reflexión:
En estos tiempos la táctica de los demonios es la de hacernos creer que ellos no existen. Pero debemos ponernos en guardia y convencernos de que ellos no solo sí existen sino que además es un número muy elevado. Y ellos son los que producen todo desorden, porque están congelados en el mal y odian a la humanidad con todas sus fuerzas. Es hora de que tomemos las armas necesarias para defendernos de ellos: los Nombres de Jesús y María, el agua bendita, las medallas, rosarios y escapularios, los Sacramentos, los exorcismos como por ejemplo la oración a San Miguel Arcángel que es muy eficaz, etc., y acudir a un sacerdote piadoso que rece exorcismos en privado.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de no subestimar al enemigo ya que por ser ángeles caídos son muy superiores a la naturaleza humana. Acudamos, pues, a quienes nos pueden defender: Dios, la Virgen, los Santos, los Ángeles.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

martes, 3 de julio de 2018

Carta...

Carta de San Pablo a los Efesios 2,19-22.
Hermanos: 
Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. 
Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. 
En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. 
En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu. 

lunes, 2 de julio de 2018

Cuento...

Reconocer nuestras faltas

Un hombre que tenía un grave problema de miopía se consideraba un experto en evaluación de arte. Un día visitó un museo con algunos amigos. Se le olvidaron las gafas en su casa y no podía ver los cuadros con claridad, pero eso no lo detuvo a la hora de vociferar sus fuertes críticas.

Tan pronto entraron a la galería, comenzó a criticar las diferentes pinturas. Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo: "El marco es completamente inadecuado para el cuadro. El hombre está vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su retrato. Es una falta de respeto".

El hombre siguió su parloteo sin parar hasta que su esposa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó discretamente para decirle en voz baja: "Querido, ¡¡¡estás mirando un espejo!!!".

Muchas veces nuestras propias faltas, las cuales tardamos en reconocer y admitir, parecen muy grandes cuando las vemos en los demás. Debemos mirarnos en el espejo más a menudo, observar bien para detectarlas, y tener el valor moral de corregirlas; es más fácil negarlas que reconocerlas. Por eso, es necesario dejar a un lado el orgullo, pues sólo con humildad podremos ver nuestros defectos y corregirlos.

"El que encubre sus faltas no prosperará, más el que las admite y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13"

domingo, 1 de julio de 2018

Cartas...

Carta II de San Pablo a los Corintios 8,7.9.13-15.

Y ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en elocuencia, en ciencia, en toda clase de solicitud por los demás, y en el amor que nosotros les hemos comunicado, espero que también se distingan en generosidad.
Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza.
No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad.
En el caso presente, la abundancia de ustedes suple la necesidad de ellos, para que un día, la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes. Así habrá igualdad,
de acuerdo con lo que dice la Escritura: El que había recogido mucho no tuvo de sobra, y el que había recogido poco no sufrió escasez.