Enseñanzas del Evangelio
Con la misma medida.No juzguen, para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que juzguen serán juzgados, y con la medida con que midan se les medirá. (Mt 7, 1-2).
Enseñanza: 
Si supiéramos aprovechar todos los 
consejos y secretos que Jesús nos da en el Evangelio, como éste que hoy nos 
dice, estaríamos no sólo salvados, sino que viviríamos una vida feliz ya desde 
esta tierra, seguros de que en el Juicio seremos hallados dignos de entrar al 
Cielo.
Porque aquí el Señor nos dice que no 
debemos juzgar a nadie, porque las acciones humanas tienen muchos móviles, de 
los cuales, la mayoría, nosotros los hombres no los conocemos, y sólo Dios 
conoce a fondo por qué una persona actúa de una u otra forma. ¿Cómo es que 
nosotros podemos hacer un juicio sobre alguien, si no vemos su interior, su 
pasado, su carga afectiva o psicológica, etc.?
Es fácil lo que tenemos que hacer: no 
condenar a ninguno, por malo que nos parezca, sino perdonar a todos y pensar 
siempre que nosotros, en lugar de esta persona y bajo ciertas presiones, quizás 
seríamos peores que ella.
Debemos agradecer siempre a Dios que no 
nos deja caer. Pero no debemos agradecer a Dios de que no somos iguales de 
pecadores que los otros hombres, como hacía el fariseo en el Templo, sino más 
bien darle gracias al Señor porque, a pesar de que somos pecadores e incluso más 
que los demás, el Señor no nos deja caer y nos da las gracias suficientes para 
mantenernos en gracia de Dios. Si nos faltara la ayuda de Dios, ¡qué sería de 
nosotros!
Por eso “hagamos la vista gorda”, como se 
suele decir, y midamos con una medida amplia, disculpando y perdonando a todos, 
para que Dios use también nuestra medida para juzgarnos a nosotros, pues eso es 
lo que nos dice hoy este pasaje del 
Evangelio.

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