domingo, 6 de enero de 2013

El pasado...


No pensar en el pasado
Es bueno pensar en el pasado para tratar de no volver a cometer los mismos errores. Pero esa forma de quedarnos atrapados en el pasado, que nos desanima y nos hace lamentar, y que nos amarga el presente y echa sombrías nubles sobre el futuro, no es buena.
Por eso tenemos que tratar de aceptar el pasado, sabiendo que Dios ha permitido que todo sucediera de esa forma, y que desde toda la eternidad estaba escrito que eso fuera así.
Ningún mortal ha podido cambiar el pasado. Entonces lo que hay que saber hacer es dejar todo lo pasado en la Misericordia de Dios, sabiendo y confiando en que Dios ve todo y sabe y perdona todo.
No pocas veces es el demonio quien nos pone delante los hechos pasados, para desalentarnos en el camino de la santidad, diciéndonos algo así como: "Tú, que hiciste esto y aquello, ¿quieres ser santo? Imposible para ti". Y no sólo nos dice cosas por el estilo, sino que si puede trata de llevarnos a la desesperación más radical, haciendo que desconfiemos del perdón de Dios, de su infinita misericordia.
Tengamos siempre bien presente que Dios, cuando perdona, olvida todo completamente, destruye el pecado, no se acuerda más de nada. No seamos entonces nosotros quienes nos quedemos atados al pasado, desaprovechando el momento presente para ser cada día más buenos.


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