Tema de hoy
Perseverar en el 
bien. 
Es fácil ser buenos mientras todo nos va 
bien y los días se suceden unos a otros en calma. Lo difícil es continuar siendo 
buenos cuando el dolor y el infortunio golpean a nuestra puerta. 
Por eso no cantemos victoria que todavía 
no estamos confirmados en gracia, no estamos ya en el Cielo, sino que vamos de 
camino. Estemos atentos a ser fieles a Dios siempre, preparándonos a afrontar 
cualquier prueba, y seguir siendo buenos a pesar de todo y de todos, pues en eso 
consiste la victoria del cristiano en el mundo.
Como bien dice San Pablo, aún no hemos 
derramado la sangre por el Evangelio, y por eso tenemos que ser sobrios y 
estables, preparados a afrontar cualquier dificultad, confiando siempre en Dios, 
sabiendo que Él es bueno, y que todo lo que quiere o permite en nuestras vidas 
es por amor y para nuestro bien espiritual.
En verdad la vida cristiana se prueba en 
el dolor, porque cuando todo nos va bien, es relativamente fácil cumplir los 
mandamientos; pero cuando sufrimos injusticias y el demonio zarandea nuestra 
familia y nuestra vida, entonces es allí donde deberemos perseverar en el bien, 
en la bondad, en la fe. Y no sólo eso, sino que es en esos tiempos en que 
debemos crecer en la fe, y así como el incienso, cuando más se lo comprime y 
quema, más grato olor da; así también cuando nosotros seamos comprimidos y 
constreñidos por el dolor, tenemos que dar mejor olor ante el trono de Dios y 
ante los hombres.
¡Qué puesto tan elevado de gloria espera a 
quienes combaten de esta forma y perseveran en ser buenos hasta el 
fin!
¡Ave María purísima!
¡Sin pecado 
concebida!
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