Les doy las gracias por sus sueños y oraciones
(RV).- (audio) “Con los niños, Jesús tiene un vínculo especial: siempre está cerca de ustedes". Pocas palabras, pero pronunciadas con aquel amor paterno del Papa Francisco que con su cálida presencia estimula a todos, pequeños y mayores. Este sábado por la tarde el Obispo de Roma estuvo cerca de 2 horas y 45 minutos de visita en el Hospital Pediátrico Bambino Gesù, en su sede principal ubicada en el parque del Gianicolo. Dieron la bienvenida al Papa, fuera del centro médico, unas cuatro mil personas. Es el quinto Pontífice que visita las instalaciones de este hospital que pertenece a la Santa Sede. Como otras veces, cuando está entre amigos o se encuentra íntimamente con personas conocidas, el Santo Padre renunció a su discurso oficial para dedicar todo el tiempo a estar y a escuchar a los pequeños, en contacto también con sus padres y el personal del hospital pediátrico.
Tres días antes de Navidad, la cueva de Belén fueron estas salas del Nió Jesús. Camas y cunas donde asoman pequeños rostros y pequeñísimas caritas de recién nacidos, que son la carne de Cristo, pero que llevan ya grabado en el cuerpo, o dentro de él, el estigma de la cruz. El Papa Francisco les saludó lentamente con su sonrisa, infatigable. Se detuvo con cada uno de ellos, se inclinó, habló con ellos, los besó ante las mamás y los papás que lloraban de gratitud y de esperanza. Más tarde, en la capilla del hospital, las palabras breves, directas y espontáneas del Papa Francisco sonaban con la verdad sólida de la fe:
Queridos niños,
Le doy las gracias por sus sueños y sus oraciones que han recogido en aquella canasta que me dieron. ¡Muchas gracias! Los presentamos juntos a Jesús: Él los conoce mejor que nadie; Él sabe de lo que está en el profundo de nuestro corazón. Especialmente con los niños, Jesús tiene un vínculo especial, está siempre cerca de ustedes. Ahora, oremos juntos una oración a Nuestra Señora en frente de esta hermosa estatua de la Virgen con Jesús
Dios te salve, María...
Que Dios Todopoderoso los bendiga ...
¡Muchas gracias!
Tres días antes de Navidad, la cueva de Belén fueron estas salas del Nió Jesús. Camas y cunas donde asoman pequeños rostros y pequeñísimas caritas de recién nacidos, que son la carne de Cristo, pero que llevan ya grabado en el cuerpo, o dentro de él, el estigma de la cruz. El Papa Francisco les saludó lentamente con su sonrisa, infatigable. Se detuvo con cada uno de ellos, se inclinó, habló con ellos, los besó ante las mamás y los papás que lloraban de gratitud y de esperanza. Más tarde, en la capilla del hospital, las palabras breves, directas y espontáneas del Papa Francisco sonaban con la verdad sólida de la fe:
Queridos niños,
Le doy las gracias por sus sueños y sus oraciones que han recogido en aquella canasta que me dieron. ¡Muchas gracias! Los presentamos juntos a Jesús: Él los conoce mejor que nadie; Él sabe de lo que está en el profundo de nuestro corazón. Especialmente con los niños, Jesús tiene un vínculo especial, está siempre cerca de ustedes. Ahora, oremos juntos una oración a Nuestra Señora en frente de esta hermosa estatua de la Virgen con Jesús
Dios te salve, María...
Que Dios Todopoderoso los bendiga ...
¡Muchas gracias!
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