miércoles, 1 de enero de 2014

Imitar...

Imitando a Jesús y a María

Amar el retiro. 
Si amamos el retiro, estamos imitando a Jesús y a María, que en cuanto podían y estaba de su parte, se retiraban para estar en silencio y a solas, en oración y meditación.
No es que esté mal el compartir con todos, pero para que el alma se sienta a gusto con Dios, debemos saber retirarnos a la soledad y al silencio, que es donde Dios habla al corazón.
Dice en su Diario Santa Faustina Kowalska, que un alma parlanchina jamás llegará a la santidad.
Y es que en el decir muchas palabras y en el bullicio, difícilmente uno no termina volcándose al exterior, perdiendo así el suave licor del alma, y además también se profieren palabras inútiles, cuando no pecaminosas o inconvenientes. Por eso debemos amar el retiro, si queremos imitar a Jesús y a María.
Leemos varias veces en el Evangelio que Jesús se retiraba solo a orar. Y también María vivió retirada en su casita de Nazaret, cuando San José ya había muerto, y Jesús había comenzado su vida pública, abandonando la casa paterna.
Dios habla en el silencio, y cuanto más silencio hagamos en nuestro exterior, pero también, y sobre todo, en nuestro interior, tanto más escucharemos las cosas que Dios quiere decirnos, sus planes amorosos para nosotros.

Jesús, María, os amo, salvad las almas

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