Providencia
Hoy, fiesta de San José, el Santo de la Divina Providencia, a quien me encomiendo, y conmigo a esta Obra en Internet, cito unas palabras del Beato Obispo Manuel González, para animarlos a colaborar:
“La incuestionable escasez de dinero para muchas obras buenas.
Es cierto de toda certeza:
1º. Que hace falta dinero para las obras de que hablamos, ¡claro que sí! Un Catecismo y una escuela necesitan dinero; un centro, una biblioteca, un Círculo de estudios, una Mutualidad, una propaganda cualquiera necesitan casa, luz, muebles, dependientes, libros, materiales; es decir, necesitan dinero, y de ordinario, mientras con más dinero cuenten, más bien podrán hacer.
2º. Que el dinero católico escasea, y mucho, en determinados sitios y para determinadas obras.
Dice un amigo que uno de los trabajos a que preferentemente deben dedicarse hoy los cristianos es a bautizar un sinnúmero de pesetas que andan por ahí, y aún en cajas de católicos más moras que el mismísimo Sultán de Marruecos.
Sí, ahora que estamos en la época del laicismo hay que tener en cuenta que la mayor parte del dinero que circula por el mundo es laico.
Sin que podamos decir, porque sería una gran mentira y una gran injusticia, que se han secado los cauces de la generosidad cristiana, bien puede asegurarse que en determinadas circunstancias y para determinadas obras sufren interrupciones o mermas bastante lamentables.
Es un hecho, desgraciadamente muy cierto, que en no pocas obras católicas se padecen hambre y sed de muchas cosas por falta de dinero.”
(“Apostolados menudos” – Obispo Manuel González)
Dice un amigo que uno de los trabajos a que preferentemente deben dedicarse hoy los cristianos es a bautizar un sinnúmero de pesetas que andan por ahí, y aún en cajas de católicos más moras que el mismísimo Sultán de Marruecos.
Sí, ahora que estamos en la época del laicismo hay que tener en cuenta que la mayor parte del dinero que circula por el mundo es laico.
Sin que podamos decir, porque sería una gran mentira y una gran injusticia, que se han secado los cauces de la generosidad cristiana, bien puede asegurarse que en determinadas circunstancias y para determinadas obras sufren interrupciones o mermas bastante lamentables.
Es un hecho, desgraciadamente muy cierto, que en no pocas obras católicas se padecen hambre y sed de muchas cosas por falta de dinero.”
(“Apostolados menudos” – Obispo Manuel González)
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