Reflexionando con la Biblia
Respeto por la Creación.
El hombre debe tener respeto por la Creación, por toda la Creación, pues toda ella sale de las manos de Dios, y todo lo que hizo el Señor es bueno y útil. Desde el mosquito hasta el elefante, desde la palmera hasta el tallo de hierba, todo es bueno y útil al hombre, porque Dios nunca, jamás hace nada inútil, sino que usa de su Inteligencia y Poder para crear cada cosa al servicio del hombre.
Por eso debemos tener un gran respeto y amor a la Creación, en especial a los animales y plantas, que son seres vivos, que sirven al hombre y le hacen menos triste la estancia en esta tierra de sombras, en este valle de lágrimas -al decir de la Salve- que es la tierra.
Pero hay que amar a las cosas y las creaturas en su justa medida, no anteponiéndolas a Dios.
Es cierto que muchas veces las cosas y los animales son más fieles a Dios y al hombre, de lo que lo son los mismos hombres, porque sólo el hombre es el que puede pecar, y de hecho peca, llevando desorden a toda la creación.
Tomemos el ejemplo de San Francisco de Asís y amemos la obra del Creador. Dios todo lo ha hecho bueno, incluso había creado a los ángeles buenos, pero una tercera parte de ellos se quisieron volver malos ellos mismos, y de allí nació el Mal.
Los animales no son como nosotros, porque nosotros tenemos un alma inmortal, que estará para siempre o en el Cielo o en el Infierno. En cambio los animales, cuando mueren, desaparecen. Y mientras viven, sufren, aman, gozan, pero una vez muertos, ya dejan de existir. Son detalles de amor que el Creador quiere tener para con sus hijos los hombres, así que agradezcámosle tratando bien a todas las creaturas, tanto animadas como inanimadas.
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