Enseñanzas del Evangelio
Seguir al Señor.
El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. (Mt 10, 38).
Enseñanza:
En
 este mundo tenemos que sufrir, porque el dios de este mundo, el 
demonio, nos pondrá trabajos y sufrimientos para tratar de acobardarnos y
 de hacernos renegar de Dios, para que le echemos la culpa al Señor de 
todo lo que sufrimos. Pero es el Maligno el que hace sufrir, y Dios lo 
permite porque quiere que tengamos mérito en padecer para merecer, ya 
que la gloria del Cielo se merece con el padecimiento en la tierra.
¿Y
 adónde tenemos que seguir al Señor? Tenemos que seguirlo hasta el 
Calvario, porque toda la vida del hombre sobre la tierra es un vía 
crucis, un camino hacia el monte Calvario, hacia la muerte.
Esta
 vida terrena es la Gran Tribulación de que habla el Apocalipsis, porque
 en este mundo domina el diablo, es el príncipe de este mundo que hace 
sufrir a los elegidos y en cambio deja tranquilos a los que son suyos.
Así
 que tenemos que hacer acopio de paciencia porque tendremos sufrimientos
 y pruebas, y debemos rezar mucho para que el Señor nos dé sus ayudas 
para poder salir airosos de la prueba de la vida, porque Dios no 
permitirá que seamos tentados y probados más allá de nuestras fuerzas, 
pero tenemos que ser constantes en la oración, porque Dios nos quiere 
ayudar pero a cambio de que se lo pidamos en la oración.
Tenemos
 que tomar la cruz de cada día y seguir a Jesús, pero recordando que la 
cruz no nos aplastará, porque es ala y es báculo que nos sostendrá en el
 camino, pues como ya lo dice el Señor en el Evangelio: “Mi yugo es 
suave y mi carga ligera”. Basta que nos decidamos a sufrir y a hacer la 
voluntad de Dios, para que todo se haga llevadero y hasta suave y 
delicioso, pues sabemos que con nuestro padecer, ayudamos a salvar a 
innumerables almas.

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