Interpretación del Apocalipsis
La Gran Babilonia.
La Gran Babilonia, la Ciudad Pecadora, la Prostituta del Apocalipsis, es toda la Tierra. Y como ella es destruida en una hora por fuego que cae del cielo, es lógico que nos preparemos y convirtamos lo antes posible, pues sólo con las bombas atómicas ello puede suceder. Y si pensamos que la bomba atómica era un arma creada hace más de cincuenta años, ¿qué clase de armas habrán creado los “sabios” y científicos desde ese tiempo hasta hoy?
La verdad es que es tiempo de gritar por todas partes: “¡Conviértanse!”, pues no sabemos cuándo sucederá esto. Pero ya el Señor da a entender que así sucederá, cuando nos dice que en aquél tiempo sucederá como en tiempos de Lot, que cuando salió de Sodoma, cayó fuego del cielo.
Así también Dios nos está esperando que cambiemos de vida, para que ese día tremendo de la ira de Dios, no nos encuentre alejados del Señor por el pecado mortal.
Recordemos que Jesús ha querido dar a conocer los tiempos finales, pero en varias referencias a distintos acontecimientos.
Cuando el Señor se refiere al fin, a veces lo hace mirando el fin de Jerusalén, otras el Fin de los Tiempos, y otras veces el Fin del Mundo.
Nuestra muerte es para nosotros el fin del mundo, y ya sea que nos sobrevenga en tiempos de paz, o en tiempos apocalípticos con los castigos descritos en el último Libro de la Biblia, lo importante es que nos encuentre en gracia de Dios, convertidos.
A juzgar cómo está el mundo, y teniendo en cuenta que el Señor dice que en esos tiempos los hombres vivirán naturalmente, casándose, comprando, vendiendo y construyendo, hay que estar preparados porque Jesús en sus profecías se refiere a distintos acontecimientos, y si bien habrá señales de la Venida del Hijo del Hombre, quizás no las haya para el fuego que cae del Cielo, porque Cristo da a entender que los hombres estarían viviendo en tranquilidad.
Por ello el Señor nos dice que vendrá a la hora menos pensada, no tanto en su Segunda Venida, que será precedida por signos, sino que se refiere más a la venida en los castigos, que precipitará en el más allá a buenos y malos, y ésa será la venida de Cristo para cada uno.
Así que debemos estar siempre preparados y en gracia de Dios, porque Cristo llegará a la hora del ladrón, cuando nadie lo espera.
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