Cartas de San Pablo.
Evangelizar.
Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios, que había ya prometido por medio de sus profetas en las Escrituras Sagradas, acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne, constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro. Por él hemos recibido la gracia del apostolado, para obtener la obediencia de la fe a gloria de su nombre entre todos los gentiles, entre los cuales se cuentan también ustedes, llamados de Jesucristo. A todos los amados de Dios que están en Roma, santos por vocación, a ustedes gracia y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Rm 1, 1-7).
Comentario:
Todos los hombres somos “santos por vocación”, es decir, que somos llamados por Dios a ser santos, y además, apóstoles, pues cada uno en su lugar debe portar a Cristo, llevarlo a las almas, que en este mundo paganizado están cada vez más lejos de Dios y no le conocen o le conocen mal, pues si lo conocieran bien, no podrían no amarlo. Es nuestra misión llevar el verdadero rostro de Cristo a las gentes. Tal vez no nos toque como al Apóstol San Pablo, llevar a Jesús a todo el mundo o a grandes muchedumbres; pero sí debemos llevar a Jesús a las almas con las cuales estamos en contacto todos los días. Y para esto no es necesario tener gran elocuencia de las palabras y ser grandes predicadores, sólo basta con que vivamos de acuerdo al Evangelio y cumpliendo los Diez Mandamientos EN TODO, tanto en lo privado como en lo público, y así daremos buen testimonio cristiano y acercaremos las almas a Jesús.
¡San Pablo, ruega por nosotros!
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