viernes, 8 de abril de 2016

Voluntad...

Perseverar es la contraseña

Voluntad firme.
21-6-84 182
Mensaje para los jóvenes: La juventud, la juventud toda necesita de nuestro Señor, necesita salvarse. Deben aprender a encaminar sus vidas. 
Hijos míos: debéis vencer la inconstancia para dar paso a la perseverancia, a la fe en Dios. No la dejéis debilitar, sino que debéis aumentarla, confiad en El, dejad que penetre en vosotros su Palabra y descubriréis qué justo es el Señor. 
Escuchadlo y abridle vuestro corazón. 
Amén. Amén. 
Dad a conocer. 
Leed: Hebreos C. 12, V. 1-2-3
1 Por lo tanto, ya que estamos rodeados de una verdadera nube de testigos, despojémonos de todo lo que nos estorba, en especial del pecado, que siempre nos asedia, y corramos resueltamente al combate que se nos presenta.
2 Fijemos la mirada en el iniciador y consumador de nuestra fe, en Jesús, el cual, en lugar del gozo que se le ofrecía, soportó la Cruz sin tener en cuenta la infamia, y ahora está sentado a la derecha del Trono de Dios.
3 Piensen en Aquél que sufrió semejante hostilidad por parte de los pecadores, y así no se dejarán abatir por el desaliento.
(Mensaje de María del Rosario de San Nicolás - Argentina)
Comentario:
Para perseverar en el bien hace falta, además de la ayuda de Dios, la firme voluntad del alma. Pero ¿podemos esperar que los jóvenes, y todos en general, tengan voluntad, cuando pasan horas y horas frente al televisor, que arruina la voluntad desde la infancia?
Todo lo que debilita la voluntad, hay que rechazarlo como demoníaco, pues es la voluntad la que peca, y la que se mantiene fiel. Si nos atacan la voluntad, entonces somos juguetes del demonio.
Pero la voluntad solamente no alcanza, sino que es necesaria la ayuda de Dios, que se obtiene por medio de la oración. Pero no rezaremos si no estamos convencidos de que la oración es hablar con Dios, que es un Padre que nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Si no conocemos a Dios, si la gente y los jóvenes no conocen a Dios, entonces no lo amarán, y por lo tanto no rezarán, y muy pronto estarán envueltos en pecados graves.
Así que de estas cosas se desprende que es muy necesario dar a la gente un conocimiento de Dios, pues incluso sacerdotes en las Misas dan una visión de Dios muy pobre, cuando no hereje. ¿Y así cómo se pretende perseverancia? ¿Cómo se quiere inducir a la gente a que rece, si se le ha presentado una caricatura de Dios y de la vida? Si no se les dice a los jóvenes y a todos los hombres que la vida es un combate continuo, una prueba en que está en juego el destino eterno del alma, y quizás las de muchas almas encomendadas, entonces es lógico que pocos sean los que perseveran.
Si ya no se habla del Infierno, y de que éste es eterno, ¿quién pondrá los medios para evitar ir allí?

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