MEDITACIÓN DE HOY
El amor.
Mas ¿quién fue tan poderoso que movió a Dios a morir ajusticiado en un
patíbulo, en medio de los malhechores, con tanto desdoro de su divina
majestad? ¿Quién hizo esto?, pregunta san Bernardo, y se responde: lo
hizo el amor, que no entiende de puntos de honra. ¡Ah! , que cuando el
amor quiere darse a conocer, no tiene en cuenta lo que hace a la
dignidad del amante, sino que busca el modo de darse a conocer a la
persona amada. Sobrada razón tenía, por lo tanto, san Francisco de Paula
al exclamar ante un crucifijo: “¡Oh caridad, oh caridad, oh caridad!”
De igual modo, todos nosotros, mirando a Jesús crucificado, debiéramos
decir: ¡Oh amor, oh amor, oh amor!
“Práctica de amor a Jesucristo” – San Alfonso María de Ligorio
Comentario:
Dios es como que se ha vuelto loco de amor por los hombres. Ha amado y
ama tanto a los hombres que no ha reparado en pasar por loco divino. Ya
Herodes lo vistió de blanco a Jesús, indicando con ello que lo
consideraba un loco, y así lo hizo caminar por las calles de Jerusalén.
Es que si pensamos que Jesús es Dios y que se ha dejado matar por los
pecadores, por los hombres, entonces nos damos cuenta de que su amor por
los hombres es tan inmenso, infinito, que debemos estar completamente
agradecidos con Él, vivir dándole gracias y contentos de tener un Dios
tan grande, que ya era grande antes de la Encarnación y Pasión, y que
luego ha venido a ser un Héroe de amor, el Todo que se hace Nada por
amor. Es bueno que también nosotros nos volvamos un poco locos de amor
por Dios, pues Él lo merece todo de nosotros. Y ya san Pablo dice que el
que quiera estar en la verdad debe volverse loco. Claro, porque el que
ve la realidad tal cual es, pasará por un verdadero loco para el mundo,
que no entiende de amor, ya que el amor hace que uno sea un héroe.
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